Baobab, una marca colombiana, llega pisando fuerte a Medio Oriente

150 personas, entre influenciadores, revistas de moda como Vogue Arabia y compradores de tiendas de lujo fueron testigos de un evento de moda sin precedentes en el mundo.

“El camino más largo se recorre dando el primer paso y al dar el primer paso, ya se ha recorrido más de la mitad del camino”. Ese camino ha llevado a Baobab hasta las dunas de Dubai, en donde celebraron su llegada al mercado del Medio Oriente con una pasarela donde presentaron su nueva colección “Las Mil y Una Noche”.

El ADN de esta marca colombiana: disruptiva, sostenible y con la naturaleza como protagonista, los llevó a incluir camellos como protagonistas del desfile, honrando así la tradición de las comunidades beduinas. Por esta razón, se aliaron con comunidades locales que se dedican al tratamiento ético y responsable de los camellos, los cuales caminaron con telas propias de la nueva colección de Baobab.

Influenciadoras, medios como Vogue Arabia y compradores como Harvey Nichols, vivieron la magia que evoca esta cultura y disfrutaron del “bar de coco”, uno de los elementos diferenciadores de Baobab.

Este emprendimiento, con apenas seis años de nacido, se enfrentó a los retos propios de crear un evento al otro lado del mundo, así como el inesperado crecimiento del dólar.

“Este evento se planeó hace dos meses cuando el dólar era otro, pero en el momento en el que vimos que esto empezó a salirse de las manos presupuestalmente dijimos no importa, nosotros somos una empresa idealista, nos gusta soñar en grande, creemos en el poder de las ideas, pero sobre todo en la importancia de entender cómo ejecutarlas”, dijo Isabella Espinosa, fundadora y directora creativa de la marca Baobab.

“La inspiración siempre viene de la sostenibilidad”, aseguró Isabella Espinosa al explicar el significado de Baobab, el cual se traduce literalmente en el “árbol de la vida”.

La marca nació sembrando un árbol por cada vestido de baño vendido. Ahora, tienen alianzas estratégicas con distintas corporaciones, entre ellas la Fundación Corales de Paz. Por medio de este acuerdo, por cada prenda vendida, Baobab ha aportado a la rehabilitación de arrecifes de coral en la isla de Providencia.

“Hemos restaurado más de 500 metros cuadrados de arrecife de coral, nosotros lo pensamos como una pequeña “Casa Baobab debajo del mar”.

La edad como impedimento

Las caras visibles de Baobab son mujeres que no superan los 30 años, quienes con mucho esfuerzo y dedicación crearon un impacto en la empresa, en la moda y han cambiado la manera en cómo se comunica la moda colombiana al mundo.

“Que bueno que la edad nunca sea un limitante”, el propósito de los jóvenes. Para Isabella, este es un evento sin precedentes y disruptivo que les demuestra a las nuevas generaciones que con “una mentalidad idealista se pueden sacar muchos proyectos adelante”.

Definitivamente, esta reflexión llega desde la experiencia. Durante cinco años mientras estudiaba Derecho, Isabella combinó el Código Civil con una maleta llena de retazos de telas para iniciar la confección de los primeros vestidos de baño de Baobab.

Lo difícil y lo complejo es empezar, según la creadora de esta marca. “Es salirse de ese complejo de que en una biblioteca de derecho tiene que estar estudiando para un parcial en vez de estar escogiendo unas telas para una empresa que antes era algo que solo existía en mi cabeza y que hoy en día es el sustento, es el anhelo de mucha gente que se levanta a trabajar todos los días por esa profecía de llevar a Baobab a todos los lugares del mundo”.

Y definitivamente, Isabella Espinosa y su equipo lo están logrando. Decoraron París con una pasarela itinerante sobre el Río Sena y conquistaron el Medio Oriente con una Casa Baobab en medio de las dunas.

¿Qué sigue para Baobab? No lo sabemos, pero definitivamente seguirán haciendo historia en el mundo de la moda.

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