Deportes

¿Por qué los colombianos son tan buenos en ciclismo?

En un Giro de Italia histórico, los "escarabajos" han dominando una de las carreras más importantes del mundo, demostrando que tienen un talento especial para este tipo de deportes

A Nairo Quintana le luce el rosa. Tal vez ya lo sabía de antemano, porque al día siguiente de su épica victoria en el ascenso a Val Martello, en la etapa número 16 del Giro de Italia, todo su atuendo era de ese color: las gafas, el casco, las zapatillas. La camiseta.

O tal vez lo que ya sabía es que iba a ser el líder, el vencedor que ahora le sonríe a todos desde el podio de los triunfadores.

La campaña de Colombia en este Giro ha sido histórica: virtualmente tienen el primer y segundo lugar, montaña, cuatro etapas ganadas hasta ahora y la sospecha de que el ciclismo del país sudamericano se encuentra en las puertas de una nueva (o mejor) época dorada.

"La época de oro del ciclismo colombiano ya está ocurriendo: este Giro, el segundo puesto de Urán y Nairo el año pasado en Italia y Francia. La medalla de plata de en los Juegos Olímpicos son muestras de eso", le dijo a BBC Mundo el técnico de ciclismo Claudio Corti, quien dirige al Equipo Colombia.

Los apellidos sobran: a los enormes de Quintana y Urán, se suman el de Duarte, Arredondo -quien ganó una etapa-, Betancur que se ya robó la Paris-Niza de este año y en 2013 se vistió con la camiseta blanca del mejor joven del Giro. Todos nombres por sonar.

Todos ellos vienen de las tres cordilleras que cruzan el país donde aprendieron a subir y flotar en la bicicleta.

El mundo, de rodillas

El planeta del ciclismo parecía haber perdido las emociones de antaño gracias al devastador impacto del doping de la década pasada. Los ídolos caían por los escaños de la popularidad gracias a sendos escándalos: Pantani, Amstrong, Contador, entre otros.

Ahora, gracias en parte al esfuerzo de los colombianos y otras figuras como el italiano Fabian Arú, los ingleses Bradley Wiggins y Chris Froome, el aestraliano Cadel Evans, entre otros que adornan el panorama, parece recobrar su fuerza. Y los medios alrededor del mundo observan atentos el fenómeno.

"Arú (el ciclista italiano Fabian Arú, la gran esperanza italiana) hizo un tremendo tiempo, pero llegó con la lengua afuera a la meta en la cima de Grappa, Quintana lo superó en tiempo sin mostrar ni siquiera que estaba haciendo fuerza en el ascenso", se leyó en el sitio online del diario

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"En la etapa 19, fue mejor la lección de Quintana, quien después de que su Movistar condujera al pelotón toda la etapa se quedó solo en los últimos kilómetros rodeado de todos los principales de la general esperando que le atacaran. Más ninguno le atacó a él directamente, sino que más bien se atacaban todos entre sí, peleando por los puestos de honor tras el intocable colombiano", escribió Carlos Arribas en El País de España.

El mundo atento a Nairo y a los colombianos. "Las cosas claras, en el Giro manda Colombia y Quintana se muestra todopoderoso" publicó el diario Marca.

Respirando grueso

¿Pero cómo un grupo de colombianos se encumbraron de esta manera a la cima del ciclismo en los últimos años?

La mayoría de los ciclistas colombianos salen de dos regiones: el altiplano cundiboyacense, ubicado en el centro del país y la región de Antioquia, en el occidente, donde hay ascensos que pueden llegar fácilmente a los 3.000 metros de altura.

"Subir y bajar montañas se vuelve una costumbre para los ciclistas colombianos. Después van perfeccionando la técnica", le explicó a BBC Mundo el periodista colombiano Pablo Arbeláez, quien ha cubierto el ciclismo colombiano desde hace 30 años.

"Y estas montañas están a una altura considerable. Desde niños están respirando grueso, como ellos dicen y cuando se acostumbran a esa altura, la hemoglobina se sube y el hematocrito también", añadió Arbeláez.

e ha hecho en algunas regiones de Colombia.

"Así encontramos a Nairo. Con un programa de la Gobernación de Boyacá, citamos a varios jóvenes para empezar a trabajar y entre ellos estaba él, con un potencial increíble", dijo Belda a BBC Mundo.

"Recuerdo que cuando le hicimos las primeras pruebas a Quintana, con apenas 18 años, daba los mismos resultados de potencia y resistencia que Santiago Botero cuando llevaba años de profesional. Era tremendo", recordó.

Para Corti, además, tiene que ver mucho la preparación que están haciendo en Europa estas últimas generaciones.

"Rigoberto se fue cuando tenía 18 años a correr a Europa. Varios han seguido ese camino. Y eso ha sido fundamental para su mentalidad, para saber que pueden ganar las grandes carreras", señaló Corti.

El oro y el EPO

Pero esto no es un fenómeno aislado o reciente: los colombianos en los últimos 40 años siempre han estado allí. Por ejemplo, desde 1973 han ganado 19 etapas en el Giro.

Primero con el trabajo solitario de Martín Emilio "Cochise" Rodríguez, que ganó un par de etapas del Giro en los años 70 hasta llegar a la gran década de los 80 y los 90 liderada por ciclistas como Lucho Herrera, Fabio Parra, Alvaro Mejía, Alfonso Flórez, Martín Alfonso Ramírez, Santiago Botero, entre otros.

No había cumbre que se les escapara: Herrera fue campeón de la montaña en las tres grandes vueltas y se llevó la camiseta amarilla en la Vuelta a España de 1987; Parra se montó en el podio de los Elíseos en el Tour de 1988.

Fueron los años que los periódicos en Francia describían a los colombianos como "gente que cuando sube, parece que están bajando".

Pero de un momento a otro los "escarabajos" dejaron de brillar. Hacían buenas carreras, pero nada como lo conseguido por Herrera y compañía. Solo se escuchaban algunas victorias aisladas de un gran ciclista como fue Mauricio Soler.

"Yo creo que todo el control que surgió alrededor de la EPO (la eritropoyetina, una hormona que estímula la producción de hematocritos) le causó muchos problemas a los colombianos, que no necesitaban doparse para subir una montaña, pero las regulaciones los hicieron desaparecer un poco del protagonismo", explicó Belda.

De hecho, a Santiago Botero se le prohibió correr en varias pruebas debido a que tenía alta la testosterona, pero después se descubrió que la producía de forma natural.

Para Arbeláez al control antidoping se le unió la falta de patrocinio que hizo que muchos talentos se perdieran por falta de apoyo.

"Durante muchos años no hubo más equipo de colombianos. No estaban los patrocinadores de antes como Pilas Varta o Café de Colombia. Pero ahora si hay un trabajo serio que está rindiendo su frutos".

Formando nuevos ídolos

En Boyacá, la tierra de Nairo Quintana, esta semana se comenzaron a vender ruanas (un atuendo típico de la región) del mismo color de la camiseta del Giro: rosa, en honor a uno de sus hijos predilectos y ya se agotaron. Los nuevos ídolos.

"Son generaciones. Colombia tuvo una gran época con Herrera, Parra y Botero y ahora lo está volviendo a vivir con Nairo, Urán y Duarte. Lo que viene es tal vez mucho mejor", explicó Belda.

Y añadió "te apuesto 100 euros que Nairo va a ganar la Vuelta España de este año".

Tal vez en ese vaticinio auspicioso tenga que ver que los corredores colombiano ya no solo saben escalar montañas de forma natural como si estuvieran caminando por la playa, sino que están aprendiendo a manejar el terreno plano con una maestría europea.

"Rigoberto estuvo este año en un túnel de viento en San Francisco invitado por la marca de bicicletas Specialized y Nairo hizo lo mismo con Movistar. Y ahora estamos viendo los resultados", señaló Arbelaez.

Lo cierto es que ahora Nairo se viste de rosado con propiedad mientras su nombre pasa a la historia. Y Colombia, con sus "escarabajos", se alista para festejar, lo que parece, será una gran serie de títulos.

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