Prescribe en Ecuador el caso 30-S por supuesto secuestro al expresidente Correa
El hecho se refería a la sublevación de un grupo de uniformados el 30 de septiembre de 2010, donde retuvieron por algunas horas al exmandatario en un hospital.
Una corte de Ecuador declaró prescrito el juicio denominado "30-S", caso en el que el expresidente Rafael Correa (2007-2017) acusaba a siete policías por su supuesto secuestro, durante una revuelta de agentes el 30 de septiembre de 2010.
En el caso, 20 policías fueron procesados por el presunto secuestro o plagio de Correa y siete fueron llamados a juicio.
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Al comenzar la audiencia, el fiscal de la causa, Francisco Vega, solicitó cambiar el tipo penal de "secuestro extorsivo a plagio simple" ya que, según dijo, no habían pruebas suficientes para comprobar que el exmandatario haya sido sometido a malos tratos durante la insubordinación de policías en septiembre de 2010.
"Le invito a la ciudadanía a que vuelva a creer en la justicia y en la Fiscalía, porque estamos aquí para que todos los derechos sean cumplidos", remarcó Vega en declaraciones efectuadas en las afueras de un complejo judicial de Quito donde se llevó a cabo la audiencia.
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El juez, Marcelo Narváez, anunció que prescribió el caso debido a la falta de pruebas y porque ha transcurrido el tiempo que determina la ley para tal efecto, por lo que solicitó que se archive el proceso y que se levanten las medidas cautelares impuestas a los agentes investigados.
"Este es el proceso que se ha llevado por el presunto plagio al expresidente de la República, circunstancia que por años hemos venido impugnando en razón de que no hay existencia alguna de que la policía haya planificado este delito", dijo a periodistas Marcelo Dueñas, abogado defensor de uno de los policía.
La Fiscalía de Ecuador anunció en septiembre del año pasado la creación de una mesa de trabajo con la Comisión Nacional Anticorrupción, para indagar sobre las denuncias de supuestos delitos de lesa humanidad atribuidos a Correa.
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Según la Comisión, el exmandatario sometió a una persecución política a quienes consideró responsable de la revuelta policial, que empezó como una protesta por salarios y derivó en un alzamiento de proporciones que, incluso, mantuvo retenido a Correa por más de nueve horas en un hospital de la institución y del que fue rescatado en la noche en medio de un intenso tiroteo.
