Puerto Boyacá se sobrepone al dolor y da el paso a la reconciliación

“Cruzar el parque y ver ese monumento construido con las armas con las que mataron a mi familia da mucho dolor, pero toca salir adelante”, dice una joven de Puerto Boyacá que por seguridad no da su nombre, mientras mira el obelisco en memoria de las víctimas del conflicto de 7.5 toneladas y 14 metros de altura que fue construido con 13 mil armas fundidas y que fueron entregadas durante el sometimiento a la justicia por parte de las Autodefensas Unidas de Colombia en el proceso de Ralito.  

Perdonar no ha sido fácil para muchas victimas que vieron flotar en el río de La Magdalena los cuerpos de sus amigos, de sus vecinos y quizás los de sus seres queridos como lo narra Gloria Yanet Daza a quien los paramilitares le asesinaron a su esposo y a su hermano.  

“Nosotros veíamos bajar ese poco de muertos por el río, pero uno podía decir nada, porque si usted decía algo, lo mataban”, dice doña Gloria que lleva viviendo 40 años en el pueblo que fue considerado la “Capital Antisubversiva de Colombia” en la década de los 90.

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En ese entonces reinaba el terror y no había ley sino la que imponían los paramilitares, entonces decidían tomar sus pertenencias y marcharse en busca de un lugar seguro, así lo recuerda Rosa Elena Miranda, de 65 años de edad, quien lleva 15 años esperando saber si están vivos o muertos sus dos hijos que las autodefensas desaparecieron.

“Hace varios años unos huimos del dolor, del odio, las injusticias, el miedo y la muerte. Huimos en silencio porque no hubo otra opción; huimos porque estuvimos solos porque necesitábamos buscar un lugar, una esperanza”, dice doña Rosa, que reconoce que Dios le ha dado mucha fuerza para seguir contando su historia. 

Es complejo para las víctimas sentarse en las sillas blancas que fueron dispuestas para ellas en el remodelado parque del municipio, y participar de un acto de reconciliación, en donde el Obelisco, que fue construido por el maestro boyacense José Cristiano Barrera, lleva grabado los tres pilares de la negociación: verdad, justicia y reparación y que las víctimas dicen no sentir en la realidad. 

“Me explicaban que ese símbolo que tiene el monumento como una V dizque es la verdad. ¿Dónde está la verdad? Si no han hablado con la verdad”, denuncia Yolanda Rodríguez 57 años de edad a quien los paramilitares le violaron y asesinaron a su hermana Yaneth Rodríguez. 

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El director nacional para la Atención Integral de las Víctimas, Ramón Alberto Rodríguez, quien dice que para el año 2019 la entidad tendrá $1.8 billones de presupuesto, dice que si está trabajando en reparaciones colectivas y directas en los municipios afectados por el conflicto. “Hemos indemnizado aproximadamente 700 víctimas en el municipio de Puerto Boyacá vamos a seguir a medida que tengamos recursos haciendo reparación directa”. 

Pero hay otros afectados por el conflicto que reconocen que en el monumento, en el cual la Gobernación de Boyacá invirtió $130 millones, es una alegoría a la memoria de sus seres queridos, es plasmar en un lugar del pueblo de 50.000 habitantes y de donde se desmovilizaron 760 paramilitares, el recuerdo de quienes aún no olvidan. 

 “Ya para el 2019 cumplen 16 años desaparecidos mis hermanos y no nos han dado ninguna razón, y no por eso vamos ha echarle culpa al monumento que es un homenaje”, cuenta Luz Alba Salas. 

Los habitantes de este municipio, ubicado en el Magdalena Medio, reconocen que a través del tiempo las cosas han cambiado para bien, y que la guerra ya no es parte de su cotidianidad.

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 “Si se ha compuesto mucho, a como era, Dios mío bendito”, dice una de las madres víctimas del conflicto. “El conflicto armado eso ya no se ve aquí”, explica Luz Helena Álvarez Hernández quien perdió a su hijo de 14 años de edad a manos de las autodefensas hace 21 años. 

El alcalde de Puerto Boyacá, Óscar Fernando Botero, luego de develar el monumento en homenaje a las víctimas, considera que el municipio debe ser considerado como territorio de reconciliación, y por eso desde ya presentará proyecto entorno a ese menester que dará inicio desde el parque principal.  

“Cuando iniciamos el proceso de remodelación (del parque) y con el ícono (monumento) para que se llame parque de la reconciliación Jorge Eliecer Gaitán, es decir no quitarle el reconocimiento del pasado”, dijo Botero. 

Carlos Amaya, gobernador de Boyacá, agradeció al alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, por haber cedido parte de la fundición de las armas. “Las víctimas del conflicto toda nuestra solidaridad”. 

La consigna de las víctimas de la violencia en esta zona de Boyacá es: “cómo dice el monumento tendremos, que sobreponernos al dolor y continuar”.