Detalles inéditos de los paseos de Carlos Mattos

Colombia

El destacado trabajo del periodista Ricardo Calderón y la Unidad Investigativa del Canal Caracol puso al descubierto que en Colombia la cárcel es rey de burlas cuando el preso es millonario.

Hay varios detalles en las imágenes de los frecuentes paseos de Carlos Mattos donde los guardianes del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) actuaban como criados del preso: lo llevaban raudos a su oficina, le cargaban las bolsas y, para no someterlo a los terribles trancones de Bogotá, invadían con las sirenas prendidas el carril de Transmilenio para transportarlo a toda velocidad.

Dos personajes que aparecen en las imágenes no han sido identificados y son del mayor interés.

Uno es un hombre que entra y sale repetidamente del edificio de Mattos. Las cámaras lo captaron tanto en la entrada de la clínica Palermo como en la avenida 19 con calle 101, donde están los cuarteles generales de su jefe, llevando documentos de un lado a otro.

Ese hombre se llama Juan Carlos y es muy cercano a Mattos, su chofer y escolta de confianza. Todo indica que sus habilidades no se limitan al volante y la pistola.

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El principal testigo contra Carlos Mattos, el abogado Luis David Durán, declaró ante la Fiscalía que, cuando tenía que pagar los sobornos de 100 millones de pesos mensuales. 60 para el juez Reinaldo Huertas y 40 para el oficial mayor del juzgado Dagoberto Rodríguez, quien le llevaba el dinero era este hombre Juan Carlos a quien ustedes pueden ver en una foto tomada del video del Canal Caracol.

A pesar del señalamiento del testigo, este sujeto Juan Carlos jamás ha sido llamado a declarar.

Otra persona que aparece en el video se llama Elvira y es la secretaria de Carlos Mattos. La señora, que conoce la letra menuda de los negocios visibles e invisibles de Mattos, tampoco ha sido llamada a rendir declaración en la Fiscalía.

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Capítulo aparte merece el abogado Iván Cancino y sus cambiantes y cómicas versiones sobre los hechos que estaban a la vista del país. Empezó diciendo que ese día se había encontrado con Carlos Mattos por casualidad sin esperárselo y terminó admitiendo que eran “varias” las ocasiones en las que se había visto con su cliente por fuera de la cárcel.

Argumentó que era más cómodo conversar por fuera de La Picota que en la cárcel por las restricciones del COVID-19. Doctor Cancino, por favor.

En algún momento de sus siempre graciosas justificaciones, el abogado Cancino aseguró que tan pronto vió a Mattos lo reconvino con energía por estar fuera de la cárcel. Debió ser un vaciadón terrible porque duró cerca de tres horas, de acuerdo con el reloj.

Los registros de llamadas entrantes y salientes de su celular pueden dejar perfectamente clara la manera en la que se coordinaban estos encuentros casuales.

Cancino además salió del sitio de la reunión en un carro muy lujoso. Un ceremonioso Hyundai negro que quiere ser un Mercedes Benz, a imagen y semejanza de su propietario. El vehículo que se llevó al “abogado del amor” está a nombre de una empresa constructora de Carlos Mattos.

Bonita forma de terminar una cita casual.

Cancino, y otro abogado, que él quiere hacer ver distante de él, lograron para Mattos un principio de oportunidad en donde no cuenta nada sobre cómo le pagó la plata a la jueza Ligia del Carmen Hernández y cuál fue la participación de abogados en el plan para lograr las medidas cautelares que obligaron a Hyundai a pagarle una millonaria indemnización.

Con dos millones de dólares, lo mismo que el testigo Luis David Durán asegura que le ofrecían de soborno para voltearse, todo quedó cubierto, borrada la participación de cómplices y de sus hermanos Alfonso y Jorge Mattos.

También resulta chistoso que la víctima –que para este caso era la administración de justicia-- estaba representada por Francisco Bernate, el gran amigo y ahijado de matrimonio de Iván Cancino. Padrino y ahijado lograron un gran acuerdo. Ojalá el juez le pegue una revisadita pensando en el interés ciudadano.

Era difícil superar el nivel de humor que el buen Cancino le introdujo a este episodio. Sin embargo, hubo alguien que quizás lo igualó.

El 22 de febrero, hoy hace exactamente una semana, Carlos Mattos no salió de la Picota a darse su vueltica a y manejar sus negocios desde su edificio de la avenida 19. Se lo impidió una visita de la Contraloría General de la República y de la Defensoría del Pueblo. Dos altos funcionarios de las entidades de control fueron a cerciorarse de las condiciones de reclusión de Carlos Mattos y Emilio Tapia y este fue su reporte:

El contralor de humedades se llama Sebastián Montoya y lo único grave que encontró en La Picota fue una gotera en la celda de Mattos. Este perspicaz funcionario es el contralor delegado para el sector justicia y uno de los candidatos del presidente Iván Duque y el actual contralor Felipe Córdoba para quedarse con la Contraloría General en la elección que quieren anticipar.

Sin embargo, esa es parte de otra comedia que luego les contaré.

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Bonus track

¿Recuerdan a la fiscal Claudia Patricia Vanegas que fue expulsada de la Fiscalía por armar una videollamada con Carlos Mattos y los fiscales del caso para promover un principio de oportunidad?

Pues bien, la fortuna ahora le sonríe a la exfiscal Vanegas. Acaba de ser nombrada magistrada auxiliar en la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia. La nombró la magistrada Cristina Lombana, conocida como la calladita porque no dijo nada cuando se posesionó en la Corte siendo oficial activa del Ejército.