Grave situación de la Gran Vía que une a municipios de Cundinamarca genera preocupación
En el kilómetro 0 + 800, la vía ha perdido la mitad de la banca, lo que obliga a los más de 40.000 usuarios de esta vía a tomar una ruta alternativa por una carretera que se encuentra en constante riesgo de colapso.

Grave situación de la Gran Vía que une a municipios de Cundinamarca genera preocupación
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Durante los puentes festivos, miles de usuarios se ven afectados por los severos trancones provocados por la gran congestión de vehículos en la vía Bogotá - Anapoima - Apulo. Esta importante carretera departamental ha quedado insuficiente en los últimos años para atender la creciente demanda de tráfico de miles de automóviles que utilizan este corredor.
Una de las alternativas para los habitantes de la región del Tequendama es la llamada “Gran Vía”, una vía de un carril en cada sentido que presenta varias secciones en mal estado. Destaca especialmente el tramo conocido como “El semáforo”, el cual ha experimentado al menos tres grandes deslizamientos. La concesión encargada de la vía, Devisab, ha realizado dos intervenciones en el punto kilómetro 0 + 800 para contener la montaña que sostiene la carretera, ya que cada día sufre pequeños deslizamientos que amenazan con llevarla al abismo.
En el carril que queda en la zona del “Semaforo”, ya se pueden observar grietas en el asfalto y un desnivel que sugiere la presencia de una falla geológica en dicho tramo. A simple vista, las grietas en la vía aún son pequeñas, pero debajo de la lona que cubre la caída de rocas en la quebrada, las grietas alcanzan un tamaño suficiente para introducir un pie de talla 43. A diario, decenas de autobuses transportan usuarios a lo largo de este corredor que podría colapsar en cualquier momento.
En una entrevista realizada en el programa “La W” con Julio Sánchez Cristo, Helver Salgado, presidente de la Vereda Tolu Bajo en el municipio de La Mesa, denunció la grave situación de falta de mantenimiento y el mal estado de la Gran Vía, la cual conecta los municipios de Tena, La Mesa, Cachipay y Zipacón. Salgado destacó que varios tramos de la vía presentan malas condiciones, y uno de ellos se encuentra en peligro inminente de deslizamiento y colapso. A pesar de los constantes reclamos, la solución a este problema ha sido postergada durante casi 20 años, a pesar de la importancia de la vía para el turismo y la comunicación entre los municipios afectados.
El pasado viernes 2 de junio, la comunidad, los alcaldes de los municipios, representantes de la concesión responsable, Devisab, y la gobernación de Cundinamarca se reunieron para dar seguimiento a los acuerdos pactados desde el mes de enero. Durante la reunión, la comunidad, representada por varios presidentes de las juntas de acción comunal de la región, reclamó que estaban esperando el inicio de la construcción de la obra. Sin embargo, las autoridades solo explicaron cómo se llevaría a cabo la intervención en el punto más crítico y los avances en los acercamientos con los propietarios de los terrenos donde se construirá la vía.
Gustavo Pardo, subgerente del Instituto de Concesiones e Infraestructura de Cundinamarca, brindó una explicación durante la entrevista en “La W” para responder a las denuncias. Pardo informó que se han realizado mesas de trabajo con las administraciones municipales y la comunidad para abordar el problema. Se han programado intervenciones en varios puntos críticos de la vía, incluyendo el kilómetro cero más 200, el kilómetro cero más 800 y el sector de Hoy más los kilómetros 4 y 5. No obstante, Pardo reconoció que aún faltan obtener los permisos necesarios para llevar a cabo las intervenciones, lo que podría retrasar el inicio de las obras. A pesar de ello, se han asegurado los recursos necesarios y se han realizado diseños para mejorar la movilidad y seguridad en los tramos afectados.
La comunidad y los alcaldes de los municipios afectados expresaron su preocupación durante la reunión con la Gobernación y el Instituto de Infraestructura y Concesiones de Cundinamarca. Muchos quedaron insatisfechos con las soluciones presentadas, especialmente debido a la demora en la obtención de los permisos requeridos. Existe una creciente preocupación por el riesgo de colapso de la vía, lo que pone en peligro la vida de aproximadamente 40.000 personas que transitan por ella durante los fines de semana festivos. La comunidad espera que las autoridades tomen medidas urgentes para resolver este problema y garantizar una buena comunicación entre los municipios afectados y las ciudades de Bogotá y Girardot.
A pesar de los avances presentados por el Instituto de Infraestructura y Concesiones de Cundinamarca, persisten las dudas y preguntas sobre las acciones concretas que se tomarán para solucionar la situación de la Gran Vía. La comunidad espera una pronta resolución y que se agilicen los trámites necesarios para dar inicio a las obras de mejora en los tramos afectados. El tiempo de espera y la incertidumbre generan temor ante la posibilidad de una tragedia en esta importante vía de comunicación.