Víctima de secuestro en Iglesia La María habla por primera vez: “no tengo resentimiento”
Martha Helena Hernández le contó a La W cómo fue vivir en cautiverio con su esposo y sus dos hijas de 5 y 15 años.

Víctima de secuestro en Iglesia La María habla por primera vez: "no tengo resentimiento"
16:06
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Secuestro Iglesia La María | Foto: Centro de Memoria Histórica
Hace 25 años, el 30 de mayo de 1999, Martha Helena Hernández, su esposo y sus dos hijas pequeñas fueron secuestrados por miembros del frente José María Becerra del ELN mientras se encontraba en la Iglesia La María, en el sur de Cali. Ahora, por primera vez, cuenta su verdad ante los micrófonos de La W
“Hace 25 años estaba en las montañas del suroccidente del país, secuestrada por el ELN. Nos secuestraron en la Iglesia la María junto con otras personas, pero particularmente quedamos mi marido, dos de mis hijas, de 5 y 15 años y yo. A mis hijas las negocié en la montaña con los guerrilleros el primer día, yo estuve cerca de 30 días secuestrada y mi marido estuvo cerca de 6 meses allí”.
Martha Helena relata que cerca de 170 personas fueron secuestradas y sacadas en camiones. El día de la misa, hombres armados que decían ser parte del Gaula alertaron sobre una explosión en el lugar, pero minutos después se dieron cuenta de que eran miembros del ELN. Las liberaciones se dieron poco a poco. El primer día negociaron para que sus hijas salieran, después iría ella y, finalmente, su esposo, volvió a casa 5 meses después. A pesar de que muchas fueron pactadas con dinero a cambio, Martha decidió que su caso no sería igual.
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“Las lentejas siempre se pagan de una u otra manera. No hay forma que no se pague a los que nos soltaron antes, teníamos la labor de negociar por quienes estaban arriba. Allí se hicieron diferentes tipos de negociaciones, en mi caso, por mi formación he sido una persona que ha tratado de encontrar las formas, siempre tuve el discurso de que había que ser consecuentes entre el decir y el hacer, les decía que si estaban trabajando por el desarrollo social del país, no me pidieron plata a cambio. Yo logré nuestra liberación haciendo obra social, me costó mi patrimonio, me tocó entregar mi casa para cumplir, pero al final del día no entregué dinero para armas, entregué una emisora de radio para la comunidad”.
Muchas de las víctimas de ese secuestro tildaron al padre Jorge Humberto Cadavid, quien presidía la misa en la Iglesia La Maria, como cómplice del ELN por su comportamiento.
“Yo no podría asegurar, pero el comportamiento del padre Jorge Humberto Cadavid era extraño. Él nos dijo a nosotros que saliéramos, que había una bomba, y cuando salimos caminando no era el Ejército, era la guerrilla. Era una persona que siempre estuvo muy atemorizada, nunca nos defendió a nosotros durante el cautiverio, cuando decían que nos iban a liberar era el primero que estaba en la fila. Él tenía trato especial, cuando quedó libre nunca se preocupó por nosotros”.
Sobre el trato por parte del ELN dice que nunca hubo maltrato físico, pero sí psicológico.
“Nunca nos encadenaron, ni nos pegaron. Vivíamos en condiciones muy difíciles. Un día estaba llorando porque me llegaron unas cartas que enviaron mis hijas a través de la Cruz Roja y unos de los guerrilleritos, porque había menores de edad de 13 y 14 que no sabían leer y escribir, me pregunta -¿por qué llora?- y yo le digo -me hace falta mi familia- y me dice -es que no entiendo porque yo nunca he tenido familia”. Es difícil porque el maltrato psicológico era constante, te sacaban la granada, te sacaban la ametralladora, te ponían un guerrillero cada 5 personas y eso agrede”.
Para muchos revivir este tipo de experiencias resultan tortuosas, pero Martha señala que ha sido un camino de aprendizaje, no solamente para ella, sino para toda su familia. Además, señala que la Comisión de la Verdad nunca la llamó para que contara su parte de estos hechos.
“No es una situación fácil porque estás secuestrado. Sin embargo, yo tengo la creencia que a uno a veces le suceden las cosas porque tiene capacidad para resolverlas y dejar una huella positiva en el camino. Desde mi experiencia nunca sentí odio, ningún tipo de resentimiento con la guerrilla, entendí muchas realidades del país. Sentí hambre, sé que es dormir entre el barro, aprendí que realmente la paz se construye con tolerancia, humildad y entendimiento por el otro. A pesar de que todos hablamos español, una cosa es hablar y otra es comunicarse. A mí nunca me llamaron para contar algo ante la Comisión de la Verdad, es la primera vez que cuento mi historia”.
Sobre el proceso de negociación que se está realizando con el ELN y el Gobierno del presidente Gustavo Petro dice que no ve nada nuevo e incluso, escucha las mismas palabras que hace 25 años.
“Han pasado 25 años del secuestro, pero yo escucho las mismas palabras. El discurso es el mismo, agresivo y siempre he creído en la paz, he querido contribuir con ella. Me parece que hay un elemento complejo y es el narcotráfico, se ha perdido bastante el concepto social, el ELN nace como una inquietud en la iglesia católica y hoy en día es totalmente diferente”.
Escuche la entrevista en La W:
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