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Colombia invertirá USD 1,7 millones en educar a exmiembros de las Farc

El presidente de la Agencia de Desarrollo Rural, Juan Pablo Díaz Granados, explica cómo se está invirtiendo en educación rural para el posconflicto.

Juan Pablo Díaz Granados, presidente de la Agencia de Desarrollo Rural. Foto: Agencia Anadolu

Juan Pablo Díaz Granados, presidente de la Agencia de Desarrollo Rural. Foto: Agencia Anadolu(Thot)

La Agencia de Desarrollo Rural (ADR) en Colombia busca dar el envión económico y técnico que el campo necesitaba luego de un conflicto armado de más de 50 años, que no permitía llevar la oferta gubernamental a zonas donde hacían presencia grupos al margen de la ley. 

La ADR busca mejorar las condiciones de vida de los campesinos en todas las zonas rurales del territorio nacional, de manera sostenible en el tiempo, por medio de proyectos productivos que permiten a los campesinos materializar sus sueños; programas de asociatividad que promueven el trabajo en equipo, acompañamiento y capacitación constante a la población rural.

El presidente de la Agencia, Juan Pablo Díaz Granados, nos cuenta cómo el trabajo de esta entidad tiene gran relevancia en el posconflicto y cuáles son los retos para los primeros 315 excombatientes de las Farc que se graduaron como técnicos agropecuarios.

¿Cómo trabaja la ADR en la implementación de los acuerdos de paz?

Dentro de los acuerdos firmados con la Farc, el Ministerio de Agricultura y sus entidades adscritas tienen cerca del 62% de corresponsabilidad en la implementación efectiva de los acuerdos. La ADR tiene un gran componente de ese porcentaje en proyectos productivos, en asistencia técnica y en comercialización de productos agrícolas.

¿Cómo se materializa esta corresponsabilidad de la Agencia?

La graduación de los 315 excombatientes de las Farc es una demostración de cómo la ADR ayuda para que la implementación de los acuerdos vaya consolidándose con el paso de los días. Junto al Ministerio de Agricultura, el gran convenio que suscribimos con la Agencia para la Reincorporación y la Normalización y FundaPanaca por COP 5.000 millones (USD 1,7 millones), tuvo una contrapartida importante del Ministerio y de nosotros por COP 2.500 millones y vamos a seguir dedicando el esfuerzo físico para la sostenibilidad y el mantenimiento de las iniciativas como esta.

¿Qué oportunidad pueden tener ahora los 315 excombatientes en el campo colombiano?

La etapa que inicia ahora es muy importante porque la Agencia formula con ellos un acompañamiento para diseñar sus propios proyectos, que, dependiendo de la región, van a permitir que accedan a los recursos de la Agencia para materializar lo que aprendieron. Por ejemplo, pueden formular un proyecto de gallinas ponedoras para seguridad alimentaria, otros lo harán en ganadería, o en cultivos de plátano o yuca.

¿De qué otra forma está acompañando el proceso de reincorporación y reintegración?

Lo estamos logrando con asistencia técnica para las familias en el tema de cultivos ilícitos, especialmente en las zonas de influencia y en los Espacios Territoriales de Reincorporación, donde estamos cofinanciando proyectos por cerca de COP 15.000 millones (USD 5,2 millones). En esas zonas, tenemos 40 proyectos productivos, proyectos a través de los cuales la comunidad encuentra una actividad lícita para derivar de esta un ingreso importante para sus economías familiares y regionales. Estos pueden desarrollarse en diferentes líneas productivas: puede ser en ganadería, especies menores, cultivos de frutas, hortalizas u otros cultivos según la región.

Además COP 10.000 millones (USD 3,4 millones) están destinados a dar asistencia técnica y tenemos presencia especial en ciertos municipios como Tumaco, donde la inversión es de COP 5.000 millones.

¿Qué es el grupo Paz constituido dentro de la Agencia?

Hace algo más de un mes lo formamos y está compuesto por 22 profesionales interdisciplinarios, que tiene como única función tomar aquellos aspectos donde la Agencia tiene responsabilidad en la implementación de los acuerdos y hacer que se materialicen, en coordinación con las demás entidades.

¿Cómo articular lo que va a pasar en el campo con las ciudades para asegurar la viabilidad de esos proyectos?

Nosotros desde la Agencia tenemos una responsabilidad en materia de comercialización. Hemos firmado ya cerca de 55 convenios de intención con aliados comerciales, empresas muy sólidas en la comercialización de alimentos, para que ellos puedan adquirir de forma directa y sin intermediarios los productos de las cosechas que el campo colombiano está entregando.

Parte de la falta de dinamismo y por ende, la falta de ingresos para las familias campesinas de Colombia se establece en la cadena de intermediarios nociva que existe. Por eso hemos firmado estos convenios de intención con estas empresas -garantizándoles un mínimo de calidad y una periodicidad en las cosechas- para que generen contratos formales de compra para los productores que están generalmente asociados.

¿Qué antecedentes hay de esto?

Anteriormente, junto al Ministerio de Agricultura con el programa de Alianzas Productivas, intervenimos cerca de 50.000 hectáreas y por eso estamos emulando ese modelo exitoso en la Agencia, logrando que el componente de comercialización, que es donde más tenemos zonas grises en materia agrícola, se resuelva de manera beneficiosa para el producto primario.

¿Cuáles son las perspectivas de la Agencia para este año?

Esperamos seguir manejando un presupuesto que garantice el desarrollo rural, que este siga siendo el motor de la economía. Que la economía muestre para este 2018 los mismos resultados que en 2017: crecer muy por encima del promedio nacional, ser el primer sector formal generador de empleo en el país y seguir aumentando el número de hectáreas dedicadas a la producción de alimentos.

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