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Exministro Arias considera incomparable escándalo de Agro Ingreso Seguro con el de Fedegán

Desde una prisión en Florida, el exministro escribió a La W los argumentos con los cuales defiende su actuación en Agro Ingreso Seguro

Exministro Arias considera incomparable escándalo de Agro Ingreso Seguro con el de Fedegán. Foto: Colprensa

Exministro Arias considera incomparable escándalo de Agro Ingreso Seguro con el de Fedegán. Foto: Colprensa(Thot)

En La W, un oyente el pasado 7 de mayo comparó el escándalo de Agro Ingreso Seguro con el de Fedegán. Esta es la carta que envió el exministro Andrés Felipe Arias a la emisora, donde defiende su actuación en aquel programa agropecuario que hoy lo tiene en una cárcel de Estados Unidos, en espera de su extradición.

El exministro resalta por ejemplo que dentro del programa Agro Ingreso Seguro estuvieron: “la empresa láctea de la familia política del Dr. Juan Camilo Restrepo recibió mucho apoyo a través de un instrumento de AIS llamado el ICR, que es una condonación de 20% del valor de sus inversiones. Otro ejemplo interesante: la empresa palmicultora del Dr. Federico Renjifo, importante alfil de quien se convertiría en nuestro mayor enemigo, recibió importante apoyo del módulo de riego de AIS”.

Sobre la exfiscal y hoy embajadora del gobierno Duque en Francia, Viviane Morales, el exministro refiere: No olvide que me acuso una Fiscal ilegalmente nombrada. Otro día hablamos de los testimonios que he recolectado sobre sus vínculos con las estructuras paramilitares de antaño”.

Este es el contenido de la carta:

(SIC)

Esta mañana en la 1260 escuche un breve comentario suyo en el que presentaba lo que, a su manera de ver, es la gran diferencia entre el caso de FONDO PARAFISCAL DE LA GANADERÍA y AIS. Según el análisis, en el caso del Fondo lo que se tiene es un debate en torno a quien debe manejar recursos del sector para el propio sector, lo cual es totalmente cierto. Pero, para señalar el contraste con AIS, su señoría afirmó que en este caso lo que se debatió fue la asignación de recursos del gobierno para personas afines al gobierno. En eso me permito discrepar respetuosamente y me tomo el atrevimiento de planteárselo por el respeto que le tengo como periodista y analista económico.

Por supuesto, lo que ha hecho carrera es que a mi me condenaron porque "utilicé el programa políticamente". El problema es que nadie se ha tomado la molestia de leer detenidamente la sentencia. De las pocas personas que los han hecho resalto al Dr. Moisés Wasserman, a quien no conozco. Tampoco que milité en mi partido o tenga afinidades ideológicas conmigo. El Dr. Wasserman concluyo que habia duda suficiente para haberme absuelto. Y es que asi debio ser porque ni siquiera el "motivo político o electoral" se invoca en la condena. De hecho, en la parte final de la misma la propia Corte establece que mi condena es independiente de mi actividad electoral. Y no podía ser de otra forma por varias razones.

Primero. ¿A quién se le ocurre que yo hubiera urdido semejante esquema para ganar los votos de 5 o 6 familias de Santa Marta? ¿Cuántos votos representan? ¿50? ¿60? Mi campaña se enfocó en el voto de las grandes ciudades (casi todas las gane, incluida Bogotá) pues las encuestas indicaban que en las zonas rurales tenia suficiente ventaja y aprobación.

Segundo. Ninguna de las personas acusadas del fraude aportó recursos a mi campaña. Oigase bien: ninguna. Un par de personas del grupo empresarial DAABON tuvieron la intención de hacer el aporte, pero este se les devolvió. Cuando su representante compareció como testigo en el juicio, afirmó que lo habían hecho porque les gustaba mi propuesta política, que ello había sido independiente de los apoyos que reciben del Estado, que nunca lo hicieron porque alguien del gobierno se lo hubiera pedido, menos aun el Ministro, que siempre habían recibido incentivos y subsidios de todos los gobiernos y de todos los Ministros de Agricultura, y que a todos los gobiernos ese grupo empresarial había apoyado en sus campañas políticas. En cualquier caso, los recursos que quisieron aportar fueron devueltos, tras el los filtros de la oficial de cumplimiento de la campaña. Adicionalmente, tenga esto en cuenta: lo que quisieron aportar no alcanza a representar siquiera el 1% de lo que se gastó en la campaña ¿Confeccionaría yo semejante esquema para recibir una financiación equivalente a menos del 1% de los costos de la campaña? Es importante notar también que este grupo nada tiene que ver con los Dávila del escándalo. Hago hincapié en ello porque muchas personas, con intención de hacerme daño, los confunden. Sobra decir que los Dávila del escándalo testificaron durante el juicio que el fraude que cometieron nada tuvo que ver conmigo y que, ademas, no habían aportado nada a mi campaña.

Tercero, el programa no era operado por el Ministerio de Agricultura sino por el IICA, una entidad idónea, técnica, científica, que hace parte del sistema interamericano, es decir, de la OEA, que no tiene animo de lucro, que ha operado programas del Ministerio de Agricultura (y de muchas otras entidades del Estado y de todos los paises del continente americano) desde hace mas de 30 años y que contaba con plena autonomía técnica para identificar, filtrar, calificar y seleccionar los proyectos que debían recibir el apoyo. Si esto es así ¿cómo puede alguien decir que los recursos de AIS estaban destinados a personas cercanas al partido de gobierno? Esto es importante porque muchos otros, al ver que no puede haber vinculo factico entre mi campanha y el fraude de AIS, se rasgan las vestiduras diciendo que el programa estaba diseñado para beneficiar a quienes habían financiado la campaña del Presidente Uribe. Absurdo dada la idoneidad y autonomía técnica del IICA. Mas aun, en el debate en el Congreso se demostró que, aunque el apoyo de AIS lo recibieron en su mayoría agricultores que no tienen relación con partido político alguno, también lo habían recibido empresarios afines a partidos de oposición al gobierno. Incluso enemigos del gobierno Uribe. Por ejemplo, la empresa láctea de la familia política del Dr. Juan Camilo Restrepo recibió mucho apoyo a través de un instrumento de AIS llamado el ICR, que es una condonación de 20% del valor de sus inversiones. Otro ejemplo interesante: la empresa palmicultora del Dr. Federico Renjifo, importante alfil de quien se convertiría en nuestro mayor enemigo, recibió importante apoyo del módulo de riego de AIS.

En suma, no me condenaron por mi actividad electoral o política. Me condenaron por haber celebrado el convenio de cooperacion tecnica y cientifica con el IICA en vez de haber sometido el programa a una licitación. Algo igualmente absurdo porque si hay algo de naturaleza técnica y científica en la agricultura, es la adopción de un sistema de riego por parte del agricultor. Así ha sido desde hace 6,000 años. Pero doblemente absurdo porque de haber sometido el programa a una licitación, hubiéramos incurrido en el imperdonable riesgo de que este hubiera quedado en manos de alguno de los carteles de la contratación y no bajo el cuidado de una entidad de la OEA, sin animo de lucro e idónea en materia técnica. Y el peculado que me adjudican, no es para beneficio propio sino por el beneficio de unos terceros, los mismos que hicieron la trampa. La anomalía jurídica, para que lo reflexione, es que no existe motivación alguna de mi parte para haberlos beneficiado. Es decir, no existe el "quid pro quo". Tampoco hubiera podido hacerlo dada la autonomía del IICA.

Pero me debían condenar. No olvide que me acuso una Fiscal ilegalmente nombrada. Otro dia hablamos de los testimonios que he recolectado sobre sus vínculos con las estructuras paramilitares de antaño. Y me condenaron 7 Magistrados de 8: dos de ellos (Bustos y Malo) están vinculados formalmente al Cartel de la Toga, una de ellas (Patricia Salazar) no asistió a una sola de las audiencia del juicio y aun asi se atrevió a firmar mi condena, otros dos (Luis G. Salazar y Fernando Castro) aparecen salpicados en los audios de la DEA sobre el Cartel de la Toga, y dos (González y Barceló) arrastraban un conflicto de interés protuberante para haberme procesado. El octavo emitió un salvamento de voto demoledor en el que demuestra las anomalías del juzgamiento y la violación a mi debido proceso y al derecho de defensa.

No le parece muy extraño que no me quieran conceder el derecho a apelar la condena, un derecho que la Corte Constitucional ya le reconoce a todos los ciudadanos y que el Comité de DDHH de Naciones Unidas le ordeno al Estado colombiano que me reconociera? ¿Es sensato argumentar, como lo hace la Sala Penal de la Corte, que no se me puede conceder el derecho de apelar retroactivamente porque solo debe aplicar hacia adelante? Eso es tan atroz como decir que cuando se abolió la esclavitud a los esclavos de ese momento les dijeran que deben seguir siendo esclavos porque no había forma de extenderles el derecho a la libertad hacia atrás.

Andres F. Arias

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