Internacional

Atacada la ciudad rebelde siria de Rastán, CICR no puede entrar en Baba Amr

El ejército sirio bombardeaba la ciudad de Rastán para intentar desalojar a los combatientes rebeldes. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) sigue sin poder entrar.

El ejército sirio bombardeaba el domingo la ciudad de Rastán (centro) para intentar desalojar a los combatientes rebeldes, unos días después de haber recobrado el control del barrio de Baba Amr en Homs, donde el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) sigue sin poder entrar.

"Desde la madrugada, las posiciones de grupos de desertores en el norte de la cuidad de Rastán sufren violentos bombardeos", declaró a la AFP Rami Abdel Rhamane, presidente del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Situada en la autopista que une la capital Damasco al norte del país, Rastán, a 20 km de Homs, había sido declarada "ciudad libre" por el Ejército Sirio Libre el pasado 5 de febrero.

Muchos militantes temen que el ejército concentre ahora su ofensiva en Rastán y en la ciudad de Quseir (a 15 km de Homs), controlada en gran parte por los rebeldes.

"Se trata de dos ciudades con la mayor concentración de rebeldes en el centro de Siria y se espera que sea la próxima etapa del ataque del régimen contra los desertores", indicó Abdel Rhamane, tras la recuperación por parte del ejército del barrio rebelde de Baba Amr en Homs, el pasado jueves.

En las afueras de este barrio asediado y bombardeado durante casi un mes y que sufre una grave crisis humanitaria, un convoy de siete camiones cargados con ayuda de urgencia del CICR para la población esperaba por tercer día consecutivo la autorización del régimen para poder entrar.

Las autoridades justifican la espera por motivos de seguridad, en particular la presencia de bombas y de minas en la calzada. Periodistas del canal oficial sirio están sin embargo presentes desde hace días para hacer reportajes en Baba Amr, "desinfectado" según ellos de los "grupos terroristas armados".

Según los militantes, el régimen trata de ganar tiempo para esconder sus "crímenes".

"Estamos convencidos de que quieren tomar su tiempo para enterrar o quemar los cadáveres y borrar las huellas de sus crímenes para que el CICR no se de cuenta", afirmó a la AFP Hadi Abdalá, militante en Homs de la Comisión General de la Revolución Siria, que mencionó a las cientos de víctimas en este barrio.

El rechazo de las autoridades de dejar pasar hasta ahora al CICR provocó la ira de la comunidad internacional que había pedido desde el jueves a Damasco "autorizar un acceso libre, total e inmediato del personal humanitario" a la población civil.

La represión y los combates siguen en el resto del país, en los que han muerto más de 7.500 personas según la ONU desde el estallido de la revuelta hace un año.

El sábado, 44 personas, incluidos 26 civiles murieron en diferentes episodios de violencia, entre ellos en registros llevados a cabo por las fuerzas de seguridad en localidades cercanas a Damasco, según la OSDH.

Entre los muertos se encuentran también 14 miembros de las fuerzas gubernamentales que cayeron en enfrentamientos con desertores cerca de Deraa (sur), cuna de la protesta, donde dos civiles murieron en una explosión que las autoridades calificaron de atentado suicida.

Por otra parte, el avión con los cuerpos de la periodista estadounidense Marie Colvin y del fotógrafo francés Rémi Ochlik, que murieron en un bombardeo en Homs a finales de febrero, llegó el domingo por la mañana al aeropuerto parisiense de Roissy Charles de Gaulle.

 

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