La mujer que se logró escapar de lo que al parecer son centros de tortura en China

Según ha confirmado la ONU, cerca de un millón de personas están encarceladas en los gulags de China (“campos de reeducación”). Y a pesar de que el Gobierno de Pekín ha pasado de negarlo a justificarlo, son pocos los prisioneros que han logrado salir de los campos y contar su historia. 

Sayragul Sauytbay, musulmana de ascendencia kazaja de 43 años de edad, consiguió escapar y en conversación con La W, dio algunos detalles de su confinamiento en uno de estos campos.

Sauytbay, quien creció en el condado de Mongolküre (cerca de la frontera entre China y Kazajstán), contó que durante su encarcelamiento en el campamento, se vio obligada a ser profesora de idiomas de los prisioneros, quienes eran hablantes uigures o kazajos. Además, enseñaba canciones de propaganda china y del Partido Comunista.

En 2014, las autoridades comenzaron a recoger los pasaportes de los funcionarios públicos, entre ellos Sauytbay. Dos años después, justo antes de que los pasaportes de toda la población fueran confiscados, su esposo pudo salir del país con los niños. Sauytbay esperaba unirse a ellos en Kazajstán tan pronto como recibió una visa de salida, pero nunca llegó.

En enero de 2017, comenzaron a llevar personas que tenían familiares en el extranjero, por lo que fueron a la casa de la mujer por la noche, le pusieron una bolsa negra en la cabeza y la llevaron a un lugar que parecía una cárcel.

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