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Las 10 peores cosas que pueden pasar en una cita

Una cita siempre es algo muy complejo, tanto si se prepara al milímetro como si surge de la más estricta informalidad.

Vimos en Algo pasa con Mary (Hermanos Farrelly, 1998)

La cita fue entre Ted (Ben Stiller) y Mary (Cameron Diaz)

El incidente: El joven Ted se las ve muy felices cuando consigue que la chica más guapa, y a la vez simpática, de su instituto sea su pareja en el baile de graduación. Por desgracia, una cremallera traicionera hará presa feroz en su escroto, suscitando miradas de horror y risas flojas en los padres de la mujer, en un agente de policía, en un bombero y en el propio espectador, merced a un plano breve pero inolvidable. Un intento de resolver la papeleta mandará al héroe de camino al hospital.

Una mala noticia

 

Vimos en Lío embarazoso (Judd Apatow, 2007)

La cita fue entre Ben (Seth Rogen) y Alison (Katherine Heigl)

El incidente: En raras ocasiones, un rollete de una noche acaba dando lugar a una relación más estable, duradera y feliz. Este, todo hay que decirlo, no es el caso: si Alison quiere ver de nuevo a Ben es porque su coito ocasional acabó en preñez imprevista, una noticia a la cual el chico reacciona como un auténtico gañán, replicando un torrente de excusas para quitarse el marrón de encima. Chicos y chicas, por muy borrachos que estéis, no tratéis nunca de obviar el trámite del preservativo.

Un pequeño problema de salud

 

Vimos en Hitch: especialista en seducción (Andy Tennant, 2005)

La cita fue entre Alex (Will Smith) y Sara (Eva Mendes)

El incidente: Afortunadamente para todos y para todas, los tiempos han cambiado, y ya no se da por hecho que un chico tiene que hacerse el machote en una primera cita. Sin embargo, el consejero sentimental interpretado aquí por Will Smith todavía no se ha enterado: tras comer marisco pese a ser alérgico, el tipo trata de fingir compostura y quitarle hierro al asunto, mientras su cara va transformándose en un espanto cósmico, híbrido de monstruo gigante de Pacific Rim y crítica de After Earth escrita por un antifan de M. Night Shyamalan. En esas condiciones, está claro que triunfar es difícil.

Elegir mal la película

Vimos en Taxi Driver (Martin Scorsese, 1976)

La cita fue entre Travis (Robert De Niro) y Betsy (Cybill Shepherd)

El incidente: Hace poco, con ocasión de nuestro repaso a los personajes más pornoadictos del cine, recordábamos esta escena. Es poco probable que un chico cometa la misma metedura de pata de Travis cuando quiere seducir a la muy refinada Betsy llevándola a ver una peli de gemidos y jadeos.

Llegar con las expectativas equivocadas

Vimos en Happiness (Todd Solondz, 1998)

La cita fue entre Joy (Jane Adams) y Andy (Jon Lovitz)

El incidente: ¿Quién no se ha visto en una situación así? Invitas a cenar a la persona de tus sueños (en este caso, una chica), te vistes de domingo, reservas mesa en el restaurante más caro que permite tu bolsillo e incluso compras un regalo a medida... Pero lo que te espera tras pronunciar las palabras fatídicas son unas calabazas como soles. Y además, como esto es una película de Todd Solondz, el varón rechazado no se conforma con dejar las cosas como están y admitir el chasco, sino que arma un numerito antológico, a medio camino entre la psicopatía y la vergüenza ajena. Además, el regalo se lo queda él.

Subestimar la furia de una mujer despechada

 

Vimos en Abre los ojos (Alejandro Amenábar, 1997)

La cita fue entre César (Eduardo Noriega) y Nuria (Najwa Nimri)

El incidente: Desde luego, el protagonista del segundo filme de Amenábar es lo que, en una conversación casual, definiríamos como "un cretino". Pero, según nos demuestra esta escena, resulta que también es tonto de remate. Después de desdeñar sus encantos por los de una Penélope Cruz que hace de mimo en el Retiro, Noriega se deja enredar por esa Najwa sin mantón de Manila, pero con vestido chinés y ojazos seductores, ignorante de que ella ha preparado un final de traca para su relación en forma de choque automovilístico a gran velocidad. Ay, si Cronenberg hubiese estado tras la cámara.

No saber apreciar lo evidente

 

Vimos en Fargo (Hermanos Coen, 1996)

La cita fue entre La sheriff Marge (Frances McDormand) y Mike (Steve Park)

El incidente: Te pasaste todo el instituto enamorado de ella, para después pasar largos años echándola de menos. Un buen día, sin comerlo ni beberlo, recibes una llamada suya: resulta que está de paso por la ciudad, por asuntos de trabajo (investigando un asesinato, en realidad) y cree que sería buena idea tomar una copa. Parece un milagro, y te preguntas si lograrás cumplir tu sueño, pero cuando sacas el tema la chica reacciona a la defensiva. Tal vez deberías haberte fijado en que está embarazadísima, o interesarte por si, durante todo este tiempo, ella se había casado. Pero desengáñate: eres un personaje de los Coen, y lo tuyo no tiene arreglo.

Él es un psicópata

 Vimos en American Psycho (Mary Harron, 2000)

La cita fue entre Patrick Bateman (Christian Bale) y Courtney (Samantha Mathis)

El incidente: Como bien sabemos, Patrick Bateman se cree un príncipe de las tinieblas cuando en realidad es un pijo sin demasiadas luces, aunque con cierta habilidad para los descuartizamientos. De modo que, tras constatar que su enésimo intento para reservar mesa en el Dorsia ha fracasado miserablemente, el muy tunante se lleva a su futura víctima a un restaurante también carísimo, pero con menos nombre. Menos mal que ella va tan pasada de barbitúricos que ni siquiera se da cuenta. Y, mientras tanto, la pobre Reese Whiterspoon en su casita, sin enterarse de nada.

Ella se ha tomado unas copas de más


 

Vimos en Virgen a los 40 (Judd Apatow, 2005)

La cita fue entre Andy (Steve Carell) y Nicky (Leslie Mann)

El incidente: Por aquí pensamos que Get Ur Freak On, de Missy Elliott, es una de las canciones más sexys de la historia. Vamos, que a sus sincopados sones conseguiría mojar hasta un tímido patológico como el héroe de esta película. Estamos seguros de que la acompañante del protagonista también pensaría lo mismo si la inmensa cantidad de alcohol en su sangre (o, más bien, la pequeña cantidad de sangre en su alcohol) le permitiera recordarlo. La chica se deja llevar, y baila lo suyo: el problema es que ambas cosas le hacen poner las manos en todas partes menos en el volante de su coche. Como banda sonora alternativa para esta escena, proponemos otro clásico de la música negra: Don't Drive Drunk, de Stevie Wonder.

Todo, en general

Vimos en Cita a ciegas (Blake Edwards, 1987)

La cita fue entre Walter (Bruce Willis) y Nadia (Kim Basinger)

El incidente: En la mayoría de las películas, una cita desastrosa da lugar a una escena divertida, o como mucho a unas pocas. Blake Edwards, que por algo había dirigido La Pantera Rosa y sus secuelas, decidió rizar el rizo y centrar uno de sus últimos filmes en una sola de estas catástrofes: el abogado Willis necesita una acompañante para una cena de negocios, así que acaba quedando con una pariente lejana de su cuñada. Lo que su hermano, celestino del encuentro, no le explica es que ella sólo necesita beberse una copa para convertirse en una furia del Averno, ni que tiene un ex novio con un tornillo flojo capaz de perseguirla durante una noche entera (o más) para hacerle la vida imposible.

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