“Sí, ya lo dije. Y lo vuelvo a decir”: columna del empresario Sebastián Sanint
En su nueva columna, Sebastián Sanint hace un análisis de los precandidatos presidenciales de cara a las elecciones de 2026.
“Sí, ya lo dije. Y lo vuelvo a decir”: columna del empresario Sebastián Sanint
Esto no es comunismo.
No es “fachismo”.
Ni siquiera un Frente Nacional.
Es un sancocho.
Izquierda, centro, oportunistas, una pizca de derecha.
Todos en la olla.
Y el país, raspando el fondo.
Petro y Santos, que se odiaban, ahora se llaman.
Se entienden.
Uno quiere dejar sucesor.
El otro, volver al poder.
Y entre los dos cocinan un sancocho nacional.
No es un partido.
Es una aplanadora.
Roy ya se montó.
Ese no cambia de bando: cambia el bando con él.
De traidor a aliado cuantas veces haga falta.
Y siempre cae parado.
Y si Benedetti está por ahí, es porque el negocio está asegurado.
Porque ese sí sabe dónde ponen las garzas.
¿Y el Pacto Histórico?
Ya no pacta. Ni hace historia.
Bolívar entusado.
Y ni saliendo a ofrecer pactos con los de siempre le paran bolas.
Tal vez tenga escrúpulos, y esa vaina sí es grave.
Pizarro a la cola.
Y los demás, juiciositos.
Porque Petro es leal… hasta que le estorban.
¿Y la derecha?
Perdidita de ruta.
Uribe, empantanado.
Fico, bacaneado en Medallo, pero que no se atreva a salir de ahí porque paila.
Paloma no vuela.
Y Miguel, siempre tan bien peinadito, haciendo campaña en Miami.
Y Vicky…
Vicky ya no pregunta. Ahora posa.
Se lanza. Se codea. Sonríe.
Lidera en las encuestas sin decir casi nada.
Y tal vez por eso lidera: porque todavía no dice nada.
Pero tarde o temprano va a tener que salir con algo original.
Necesita discurso.
Pero, sobre todo, alianzas.
Y si se demora mucho, ya no tendrá con quién.
Claudia duda.
Coquetea.
Pero sabe que no es su turno.
Le toca montarse en la locomotora y hacer la fila, como María José, o aventurarse sola al barranco.
Fajardo sigue esperando que voten por decencia.
Y Vargas Lleras calla, mientras Char arrienda la Costa al mejor postor.
Gaviria ya no es el César.
Escribe furioso, mientras sus gladiadores se le cambian de bando.
Y los conservadores…
Son los conservadores.
Ya aseguraron tajada.
Lo que se está armando no es una coalición.
Es una hegemonía.
La gran repartija.
Perpetuar la clase política y su mala maña, a cambio de reformas sociales tibias y una paz a medias.
El político que cree en las ideas y en el mérito ya no es raro: es una especie extinta.
Y el que se quede por fuera… que aprenda a no mercar en Carulla.
Porque político que no se monte en esta locomotora, lo espicha la aplanadora.
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