La Granja Agroecológica de Versalles está ubicada en Valle del Cauca y es un espacio donde 45 campesinos mayores de 60 años se reúnen diariamente a cosechar moras, producto que ya cuenta con compradores aliados como Postobón. | Foto: cortesía Fundación Saldarriaga Concha

La Granja Agroecológica de Versalles está ubicada en Valle del Cauca y es un espacio donde 45 campesinos mayores de 60 años se reúnen diariamente a cosechar moras, producto que ya cuenta con compradores aliados como Postobón. | Foto: cortesía Fundación Saldarriaga Concha

45 mayores de 60 años comercializaron más de $3.000 millones con su granja agroecológica

En el municipio de Versalles, Valle del Cauca, 45 personas mayores de 60 años han generado ingresos a partir de cultivos de mora en parcelas dentro la Granja Agroecológica de Versalles. En total han vendedido 1.600 toneladas de esta fruta.

Desde las 5 de la mañana se ven decenas de campesinos descender por las montañas del municipio de Versalles, Valle del Cauca, con botas, palas y sombreros de paja. Caminan rumbo a las plantaciones de mora de la Granja Agrocológica de Versalles, un espacio que desde hace más de diez años se ha convertido en punto de encuentro para 45 campesinos mayores de 60 años que continúan generando ingresos a sin tener que salir del campo.

Según la Misión Colombia Envejece (MCE), el 77,2 % de las personas de 60 años o más no recibe ingresos; el 3,6 % recibe menos de un salario mínimo; el 9,7 % entre uno y menos de dos SMMLV y el 9,5 % recibe dos o más SMMLV. Además, la MCE también encontró que solo el 6,7% de la población mayor en las zonas rurales tiene acceso a una pensión.

César Hernández, de 78 años, ha logrado producir 50 mil kilos de mora desde que se vinculó al proyecto. Dice que, de no estar vinculado, lo más seguro es que tuviese que vivir en el rebusque o como jornalero, sin tener ingresos estables. Actualmente sus ingresos superan el millón de pesos, pero en la granja cada campesino tiene total autonomía sobre sus parcelas y el monto puede variar dependiendo del empeño que cada uno ponga en su producción.

Las dieciocho hectáreas de terreno en las que funciona la iniciativa fueron una donación en calidad de comodato de la Alcaldía de Versalles. El espacio inició hace más de diez años siendo una iniciativa de la Corporación Diocesana de Cartago con el apoyo de la Fundación Saldarriaga Concha. La idea era pensar un programa productivo que ayudara a la inclusión productiva de las personas mayores.

En la finca trabajan 45 personas mayores de 60 años que desde hace más de una década cosechan moras en Versalles, Valle del Cauca. | Foto: cortesía Fundación Saldarriaga Concha

Luego de una serie de estudios se concluyó que el cultivo más viable sería la mora y otros adicionales de pancoger. El proyecto ha sido tan exitoso que en una década han logrado comercializar más de 1.600 toneladas de mora que se traducen en ventas por un valor total de $3 mil millones colombianos, cifras que también ayudan a dinamizar la economía del municipio y a crear redes comerciales en la zona rural.

Hasta 2020, Colombia registraba que el 14% de su población eran personas mayores de 60 años. Además, de acuerdo con el Dane, el 18 % de personas propietarias de micronegocios eran mayores. Desde la Fundación Saldarriaga Concha explican que tres de las razones por las cuales muchas personas mayores deciden emprender es porque no cuentan con otra alternativa de ingresos, porque identifican una oportunidad de negocio en el mercado o porque desean continuar con la tradición familiar, algo que suele ser más común en el campo, donde las personas heredan la vocación agrícola.

César Hernández, por ejemplo, ha sido agricultor durante toda su vida. Primero tuvo unos cultivos de café y ahora está volcado a la producción de mora, producto que le venden a aliados permanentes como Postobón y Natural Foods.

“Me siento bien, yo siempre he sido productivo, nunca he dejado de trabajar. Mi parcela actual me ha dado de qué vivir y para velar por mi familia. A la edad que tengo me siento bendecido. Yo trabajo para mí, pero si no trabajo un día nadie me va a regañar y si trabajo más del tiempo, mejor”, cuenta César, quien todos los días se dedica a limpiar, abonar, podar, cosechar el fruto y a vigilar las plántulas.

Desde que se vinculó a la Granja Agroecológica de Versalles, César Hernández, de 78 años, ha logrado comercializar 50 mil kilos de mora. Sus ingresos mensuales superan el millón de pesos. | Foto: cortesía Fundación Saldarriaga Concha.

Aunque actualmente hay 45 campesinos vinculados, si en algún momento se les llega a presentar una situación personal compleja en temas de salud, por ejemplo, tienen la libertad de ceder el espacio a quien escojan.

Los campesinos, además, cuentan con asistencia técnica y con apoyo psicosocial liderado por la trabajadora social Patricia Mejía, con el objetivo de ayudarles a mantener una vida social activa: “Estos productores, fuera de tener una ganancia económica, también tienen una ganancia social y familiar. Por su edad, muchos están enfermos o caen en depresión, entonces debemos motivarlos constantemente. Da mucha alegría ver cómo ahora pueden pensar en cosas tan simples como mejorar su vivienda o comprarse prótesis. Todo eso ayuda a que tengan una vida llena de bienestar”.

Juan Pablo Alzate, líder de programas de la Fundación, explica que la generación de ingresos para estas personas en el campo también les permite diversificar su economía, pues muchos invierten el dinero en otros cultivos o comprando reses.

“Mi proyecto para los próximos años es seguir luchando por el proyecto y la parcela. Si a futuro llegara yo a faltar, la idea es que haya un relevo generacional. Tengo hijos que aman el campo, entonces habría una transición”, comenta Hernández, quien menciona sentirse feliz de saber que aún puede sostener a su familia.

En 2020, el 14% de los colombianos tenían más de 60 años, pero en los próximos 30 años ese porcentaje de personas mayores de 65 años se duplicará. Los de 80 años en adelante pasarán de 2% a 5% en 2050. Estas cifras hacen que resulte fundamental que el país comience a pensar programas para vincular a esta población en la vida productiva más allá de los actuales, como el Sello Amigable Adulto Mayor.

“Desde la Fundación Saldarriaga Concha promovemos el discurso del envejecimiento activo, que consiste en derribar ese ideal de que las personas mayores ya no tienen nada para darle a la sociedad. Este proyecto demuestra que estas personas aún son capaces de generar ingresos, y en un contexto rural que suele ser más complicado”, concluye Juan Pablo Alzate.

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