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Margarita Posada, periodista y escritora es #UnaMujerW

Margarita escribe desde que tiene uso de razón y siempre de manera muy íntima.

Los que conocen a Margarita saben que era la mujer que podía con cualquier cosa. Estuvo en dos mesas de trabajo, ha escrito tres libros, cientos de crónicas para múltiples medios escritos incluyendo una en la que se sometió a una operación, para poderlo contar. Lo dicho, Margarita podía con todo, hasta que le pegó el fantasma de la depresión.

“Para mí la depresión es como la evasión sistemática del dolor o del sufrimiento, somos personas que nos quedamos en situaciones incómodas como quien deja un dedo en la llama de una vela hasta que se le achicharra. No siento, no siento, no siento como entonces cuando lo saca, ahí está el resultado”.

Margarita escribe desde que tiene uso de razón y siempre de manera muy íntima. Pero esta es la primera vez en la que se refiere a una condición que toca a muchos, pero de la cual poco se habla y se sabe. 

“Las muertes chiquitas es mi primer libro de no ficción publicado. Tengo dos obras de ficción anteriores, pero cuando necesité hablar de la depresión, que es una enfermedad que atravesó mi vida y la partió en dos, sentí que echar mano de la ficción era hacerme trampa a mí misma. Por eso decidí hablar en carne propia, sin metáforas ni re-presentaciones de la realidad”.

Y es que no es cualquier enfermedad...

“ La depresión es una enfermedad muy difícil de entender y a la que todo el mundo le tiene pánico, primero por todos los tabúes que tiene cualquier tipo de enfermedad mental,  y segundo por su propio nombre, porque pues esa palabra también define un estado de ánimo completamente normal en todos los seres humanos que estamos fluctuando entre la felicidad y la alegría, pero yo creo que estar deprimido no se parece en nada a estar triste, porque cuando uno está triste le hace falta algo, pero cuando está deprimido no le hace falta nada.”

Para ella, el primer paso para controlar la enfermedad es informarse sobre esta.

“Yo sinceramente creo que el tema de la medicación es muy importante para las personas que tenemos enfermedades mentales y que hay que hacerles caso a los médicos, pero que funcionan casi como un antiinflamatorio funciona en la rodilla de un futbolista, se la desinflama para que pueda hacer una terapia y lograr ejercitarla para estar de nuevo bien, así mismo yo creo que sucede con la medicación en las enfermedades mentales o en la depresión, y es

Que los medicamentos que regulan todos esos químicos que influyen en la sinapsis de las neuronas en el cerebro, pero no son la última respuesta, para mí la última respuesta está en un tema de autoconocimiento, de espiritualidad y de aceptación de la realidad.”

Esa es la fuerza de las muertes chiquitas. Un texto tanto o más poderoso que cualquier medicamento químico.  

“Mi mayor logro ha sido poder escribir este libro con honestidad brutal, como dice Calamaro, y dejar de esconderme en la ironía, que tanto bien le hace a mi literatura y tanto mal le hace a mi espíritu. con que una sola persona que lea este libro sienta que ahí hay una chispita de amor por la vida, ¡yo me doy por bien servida!”