Polémico enfrentamiento entre jóvenes y sacerdote por grabación de video con prácticas homosexuales

Un grupo de jóvenes en Chía acusó al padre de la iglesia católica, Julián Calle, de cometer actos de homosexualismo después de embriagarse con ellos en las instalaciones de la parroquia de ese municipio. En diálogo con La W, el joven de 18 años identificado como Jhonatan, explicó que el 9 de febrero pasado llegó con sus amigos a la Parroquia y después de compartir varios tragos de whisky, el sacerdote de 67 años comenzó a tocarlos y a practicarles sexo oral. Jhonatan dijo que el encuentro con el religioso quedó grabado en su cámara de video. "Yo cogí mi cámara y el padre destapó la primera botella nos empezamos a embriagar y después este padre comenzó con sus chistes homosexuales y a un amigo que se emborrachó le cogió el pene y se puso a besarlo". El joven indicó que ante este hecho acudió a las autoridades eclesiásticas para denunciar al religioso porque aún a sabiendas de que actuaban bajo su propia voluntad, esto constituía un acto censurable que tenía que ser solucionado de alguna manera. "La solución era reestablecer el daño causado, porque por lo menos en mi, perdí el apoyo familiar, pasé a ser una persona en el olvido". El joven indicó que grabaron el video con sus amigos para demostrar la conducta que el religioso estaba cometiendo. Sin embargo, el padre Julián Calle dijo que había sido víctima de un montaje de este grupo de adolescentes y admitió que tomó trago con ellos pero no recuerda haberle practicado sexo oral a ninguno. "Ellos llevaron el whisky y después de que me dieron eso pusieron la cámara", enfatizó. Y añadió que al otro día un muchacho que estaba hospedado transitoriamente le contó que le había metido la mano en los genitales a uno de los muchachos con los que había departido. "Yo no me acuerdo de nada, solamente al otro día que Manuel me dijo eso y me quedé aterrado", explicó el padre Julián Calle. El sacerdote indicó que esto es una retaliación porque denunció a Jhonatan de haberle exigido cinco millones de pesos para entregarle un carro de la parroquia que había sacado del garaje de manera abusiva.