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Franco Ospina, el eterno navegante

Tan Caribe y marinero como su padre, el inolvidable capi Francisco Ospina Navia, Franco casi nunca se propone metas pequeñas.

Esta vez será el encargado de comandar la expedición Caribe Respira, una travesía de 7 semanas, desde la Guajira hasta el golfo de Urabá, para recoger más de 150 toneladas de plástico.

Una aventura de W Radio y Coca Cola Colombia con el apoyo de la Armada Nacional,  la Fuerza Naval del Caribe y Acoplásticos que invitará a los colombianos a movilizarnos para salvar uno de nuestros más emblemáticos símbolos: el mar Caribe.

La expresión “dar la vuelta al mundo” no le suena ajena a Franco.  Una de sus aventuras más recordadas fue la de embarcarse en un pequeño velero en Sevilla, España, y llegar a Santa Marta luego de varios meses extremos, para celebrar 500 años del encuentro del viejo y el nuevo mundo evocando la travesía de Colón.

No contento con ello, al año siguiente, 1993, volvió a embarcarse por América del Sur, esta vez para unir a Argentina y Colombia en una expedición que recorrió ríos tan emblemáticos como el Paraná, el Maporé, el Orinoco, el Amazonas y el Meta, entre otros. De vuelta, cruzó Magallanes para subir a su casa en Santa Marta bordeando Suramérica desde Chile.

Durante la pandemia, mientras supervisaba la vueltas que le dan a la bahía de Santa Marta los delfines que rehabilita en el Acuario del Rodadero, este buzo profesional y ambientalista fue cómplice de sus amigos arhuacos en un proyecto que volvió a los indígenas de la Sierra Nevada con el mar luego de 400 años: les enseñó a bucear con un fin ambiental.

Los arhuacos, guardianes de la Sierra y del equilibrio ecológico que debe existir entre ella y el resto del planeta, perdieron el contacto con el mar desde cuando sus ancestros tayronas, magníficos navegantes y amantes del océano, huyeron a la alta montaña para salvarse del exterminio de la conquista española.

Esta vez la reconección se logró con un grupo de arhuacos que decidió aportar al mantenimiento de ese equilibrio a partir de la pesca submarina de una especie invasora que le hace mucho daño a las especies locales: el pez león. Esta especie traída de Indonesia es un depredador certero que por error fue liberado en el Caribe a mediados de los años 80 y no es fácil de controlar debido a que posee espinas venenosas.

Con paciencia y persistencia, y con Franco de maestro, un primer contingente de arhuacos aprendió a bucear luego de solo conocer las profundidades del mar por los relatos que sus abuelos hacían de los viajes espirituales de sus ancestros. Este proyecto, conocido como ‘Somos tayronas, regresamos al mar‘, se logró con el apoyo de Conservation International.

Ahora Franco, al mando de su velero Tortuga, llevará un equipo de W Radio que viaja con la idea de reconectar al país con lo que corresponde al 50% de su territorio: el mar Caribe. Con una misión: evitar que sigamos llenando de residuos plásticos nuestra principal fuente de supervivencia.