Cápsulas suicidas impresas en 3D serán legales en Suiza en 2022
Philip Nitschke, humanista australiano, autor, físico y fundador y director del grupo pro-eutanasia Exit International, habló en La W sobre la idea detrás de las cápsulas.
“Allí se experimenta una muerte pacífica”: Philip Nitschke, creador de las cápsulas suicidas
“Allí se experimenta una muerte pacífica”: Philip Nitschke, creador de las cápsulas suicidas
Philip Nitschke, humanista australiano, autor, físico y fundador y director del grupo pro-eutanasia Exit International, habló en La W sobre la creación de las cápsulas para practicar la eutanasia.
En los Países Bajos crearon una cápsula impresa en 3D diseñadas para el suicidio asistido. Se trata de un artefacto que fue bautizado como “Sarco” y que podrían comenzar a funcionar desde el 2022 en Suiza tras una revisión legal.
La cápsula fue creada por el doctor Philip Nitschke. Es parecido a un ataúd y podría comenzar a usarse para proporcionar una muerte pacífica sin usar sustancias controladas cuando una persona lo decide.
Nitschke habló en La W sobre la cápsula y el alcance que podría llegar a tener. “La idea es que una persona que quiera practicarse la eutanasia entre allí y experimente la muerte pacífica. La persona puede trasportar la cápsula a donde quiera”, indicó el experto.
Lea También:
El doctor también aseguró que para suministrarlo debe hacerse con un software. Una vez sea legal su uso, una persona puede hacer su cápsula en cualquier lugar del mundo.
Nitschke indicó que son los profesionales de la salud los encargados de determinar si una persona está lista para usar una de las cápsulas suicidas. “Un doctoro debe comprobar y asegurarse de que la persona tiene las capacidades mentales para practicarse la eutanasia en una de las cápsulas”, expresó.
De acuerdo con el experto, una vez la persona está lista para tomar la decisión hay poco tiempo de arrepentirse. “Una persona tiene 30 segundos después de presionar el botón porque el tiempo es muy corto en perder la conciencia”, dijo.
Finalmente contó que una persona debe responder correctamente las preguntas quién es, dónde está y qué va a pasar para que le aprueben la indicación de que puede presionar el botón y comenzar a perder la conciencia, un proceso similar cuando se practica la eutanasia.