Regiones

El olor a café, la esencia de Filandia, Quindío

Filandia es uno de los pueblos predilectos para visitar en el Quindío por su arquitectura y tranquilidad.

Filandia, Quindío. Foto: Zaida Piñeros

Filandia, Quindío. Foto: Zaida Piñeros

Colombia

Filandia es un pueblo del Quindío que queda aproximadamente a 301 kilómetros de Bogotá, con un tiempo de recorrido de siete a ocho horas.

Para llegar a este tranquilo y bello destino se debe salir por la autopista sur y dirigirse por la vía que conduce a Chinauta, Melgar, Girardot e Ibagué. Si es de su predilección tiene la opción de descansar en la capital del Tolima y disfrutar del clima y rumba de la ciudad musical.

Si, de lo contrario, desea seguir, cuando llegue a Ibagué debe dirigirse por la vía que conduce a Cajamarca y luego transitar por la línea, una de las vías más importantes del país.

Luego arribará a Armenia. Posterior, iniciará el tránsito por la autopista del café la cual cuenta con dos carriles de ida y otros dos de regreso, en donde se siente el olor a los cafetales y se observa la riqueza exorbitante en flora y fauna, con un color amarillo en las nubes mientras el sol alumbra el pavimento.

Además, en el camino, también se observa una gran propiedad en estado de deterioro del que los curiosos dicen que perteneció a Carlos Lehder, uno de los grandes narcotraficantes de los 70 y 80.

Casa de la que los curiosos dicen que era de Carlos Ledher. Foto: Zaida Piñeros

En el kilometro 20, se debe desviar a la izquierda para tomar una vía angosta y pavimentada de al menos siete kilómetros, rodeada de fincas y las reservas naturales de Barbas Bremen, que a la vez crean un entorno paisajístico muy llamativo por su verdor y fertilidad. El lugar está en una meseta desde donde se aprecian varios de los municipios limítrofes.

Cuando se llega a Filandia se siente la tranquilidad, la entrada recibe a sus visitantes con una pendiente pronunciada en donde los ciclistas que se atreven a hacer el recorrido por la autopista del café y llegan a este lugar, respiran profundo mientras pedalean su bicicleta y se brotan las venas de los músculos de sus piernas para lograr alcanzar a empezar el recorrido que los dirige al parque central.

Le puede interesar

Y es que mientras se recorren las calles decoradas con cada producto que ofrece el comercio tradicional de las costumbres paisas, es imposible no antojarse de por lo menos una bolsa de café, una ruana, un saco, mochilas y hasta alpargatas.

No hay muchos parqueaderos para dejar el carro con el propósito de disfrutar a Finlandia, por lo que la mejor opción es ubicarlo es un espacio de las calles de este hermoso municipio que se caracteriza por el calor, amabilidad y honestidad de sus habitantes que acoge a los turistas.

Lo mejor de Filandia es su parque central de donde se desprenden la calles llenas de comercio. Pues en este lugar se reúnen nativos del pueblo, viajeros, arrieros y hasta los yipaos.

Parque central, Filandia, Quindío. Foto: Zaida Piñeros

Aquí se marcan senderos entre jardines y bancas, y algunos quioscos en los que venden refrescantes jugos naturales, ensaladas de frutas, café y salpicones. En las cuadras que lo rodean se aprecian bellas casas de los primeros pobladores, hay varios café y algunos restaurantes.

Pues no hay nada mejor que sentarse en una tienda de café que queda en la esquina del parque principal, al lado del hotel Bamboo y la Parroquia María Inmaculada Concepción hecha en bahareque y tapia pisada desde 1905, para tomarse un café calientico y endulzado con panela mientras se contempla cada cosa que sucede alrededor.

Parroquia María Inmaculada Concepción de Filandia, Quindío. Foto: Zaida Piñeros

Luego, es fácil pararse del café para caminar por horas mientras se observa y antoja de lo que ofrecen las tiendas de ropa, café, zapatos, joyas y artesanías ubicadas en las casas coloniales que componen la hermosa arquitectura de Filandia propia de la colonización antioqueña que permite una experiencia llena de cultura, historia y color. Las fachadas de las casas hablan de la historia de finales del siglo XIX.

Pues los balcones y artesanías caracterizan el recorrido que dirige hasta la Calle del Tiempo Detenido, una vía que habla los momentos de antes y muchas veces añorados, en donde también se encuentran locales comerciales que invitan a comprar objetos hechos de palma de iraca y bejuco, mientras el olor del café envuelve los sentidos de los visitantes.

Calle de Filandia, Quindío. Foto: Zaida Piñeros

Y no es para menos, pues este pueblito del Quindío sorprende con paisajes que enamoran y un clima que atrae para hospedarse.

Unos de los mayores atractivos de Filandia es el Mirador Colina, localizado a las afueras del municipio. El cual se ubica en torre de madera de 27 metros de altura, con un diseño llamativo que les permite a los turistas apreciar el paisaje Cultural Cafetero.

Desde la cima se podrá apreciar doce poblaciones del departamento del Quindío incrustadas en las colinas que lucen en tonos del verde vegetal, donde se escuchará la sinfonía que regala la naturaleza llena de vida y color.

El horario de atención al público es desde las 10 de la mañana y hasta las 7 de la noche entre semana. El fin de semana y festivos, el servicio se extiende hasta las nueve de la noche.

Finalmente, si quiere almorzar en Filandia, el restaurante Helena Adentro tiene a disposición de los turistas una gastronomía cafetera que encanta por la sazón de sus platos y la hermosura del paisaje que se observa desde un mirador, donde está ubicado el restaurante, y que abre el apetito del comensal que se deleita de los verdes pastos y las nubes blancas y azules al horizonte.

Mirador desde el restaurante Helena Adentro en Filandia, Quindío. Foto: Zaida Piñeros

Para almorzar en Filandia, Quindío. Foto: Zaida Piñeros

El siguiente artículo se está cargando

Escucha la radioen directo

W Radio
Directo

Tu contenido empezará después de la publicidad

Programación

Señales

Elige una ciudad

Compartir

Más acciones

Suscríbete

Tu contenido empezará después de la publicidad