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¿La corrupción en Colombia se gesta desde la niñez?

El profesor Alejandro Boada explica por qué detrás de la corrupción está el egoísmo.

Salón de clases, imagen de referencia | Foto: GettyImages

Salón de clases, imagen de referencia | Foto: GettyImages / Busà Photography

En diálogo con Sigue La W, el profesor Alejandro Boada, director del Centro de Innovación de la Universidad Externado de Colombia se refirió a las razones de fondo del por qué Colombia sigue siendo uno de los países más corruptos del mundo e hizo referencia al estudio de la OCDE que revela que los niños de Colombia son los más egoístas del mundo.

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Los estudiantes colombianos fueron menos propensos a responder que ayudarían a un compañero de clase que está perdido, a compartir sus juguetes con un niño nuevo en la escuela o a sentir lástima por un niño que se ha caído y se ha lastimado.

“En el estudio le preguntan a los niños si a la hora de resolver problemas piensan en los demás y los colombianos terminamos con las cifras más negativas, es decir, jamás de los jamás ayudarían o serían empáticos con los otros”, dijo.

Boada relaciona ese profundo egoísmo con la corrupción que se evidencia en Colombia, “el problema es la educación, no tenemos conciencia de qué existe el otro, la gente no es corrupta porque quiere corromperse y robarle la plata al otro, el problema es el egoísmo porque si me quedo con esta plata, pues se me arregla la vida, con esos millones ya tengo para pensionarme”.

El profesor explica que, contrario a lo que sucede en Colombia, en países como Suecia la vida es a otro precio, los suecos piensan de otra manera y eso es otra historia, en los países nórdicos y no es porque en el metro haya un policía que los vigile todo el tiempo; es porque a ellos desde pequeños les enseñan la Ley de Jante que dice que nadie es más importante que la persona de al lado, nadie es más importante que el otro. Es decir, nada es más importante que tengan todos un buen vecino, entonces no se les ocurre, siquiera se les pasa por la mente pensar en robar al prójimo.

Para Boada el origen de la corrupción es mucho más profundo y no es culpa de los gobernantes ni de la gente, la responsabilidad recae sobre la educación, porque aprendemos cosas muy limitadas que sólo nos dan nuestro punto de vista y no analizamos el contexto de nuestros actos, no analizamos las posibles consecuencias de todo lo que hacemos.

“Entonces el colado en el bus dice, ‘pues yo me ahorré un pasaje y hoy me fui gratis’, el no entiende que si todos se comportaran como él al final no tendríamos transporte público”.

Vea la entrevista en Sigue La W:

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