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Orgullo, lucha y respeto de ser vendedor ambulante en Tunja

Según los datos del Dane, Tunja se ubica dentro de las 10 ciudades con más desempleo en el país.

Para Ángela Consuelo Cruz, de 33 años de edad, no existen el descanso ni domingo ni días festivos, lleva más de 15 años como trabajadora informal en las calles de Tunja poniendo toda su fe para salir adelante con su producto: los aguates.

Se persigna y dice: “Dios nos dio la oportunidad de trabajar y de vendedor ambulante. Yo me siento orgullosa de lo que soy, por lo menos no tengo que depender de nada y de nadie”.   

Ángela es una mujer morena, acuerpada y de buen vestir reconoce que heredó de su mamá la forma de trabajar y lo asumió con más responsabilidad para sacar adelante a sus hijas tras quedar como madre soltera desde muy joven.

Un hombre que bebía mucho, me golpeaba y me maltrataba. Nosotras las mujeres no tenemos por qué, aguantarnos eso realmente”, narra mientras dirige su mirada a la vecina de puesto.

Juguetea con los aguates, sobre su labor dice no es menor que la de una ejecutiva de la Gobernación de Boyacá o de la Alcaldía de Tunja, también se requiere de conocimiento.

“Hay una gran variedad de aguates está el papelillo que es el más fino, criollo, cimitarra, río blanco, guatemalteco y hass. (…) Uno aprende las propiedades y tiempo de maduración por ejemplo”, cuenta Ángela.   

Como todos los colombianos, Ángela anhela tener una mejor calidad de vida y ha intentado a lo largo de 15 años encontrar una oportunidad laboral en empresas privadas y estatales. “No me dan la oportunidad por falta de experiencia, pero uno como va tener experiencia si no dan la oportunidad”.

En una esquina cerca de la universidad de El Rosario de Tunja, doña Ángela se protege de las largas jornadas con una gorra, gafas y crema anti-solar, reconoce que menos del mínimo no le alcanza para cubrir todas sus necesidades. Reconoce que las ventas de los aguacates no siempre llena sus expectativas para pagar alimentación, educación, arriendo y servicios. “Mis gastos están entre $1 millón y millón 800 pesos”.

La salud de sus seres queridos y de ella, depende del Sisben, es igual o incluso peor que los servicios prestados por el régimen contributivo.

Sus hijas en grandes puestos y graduados en la universidad son los sueños por los que lucha doña Ángela, esperanza que tienen la mayoría de vendedores ambulantes.

Tunja se encuentra entre las 10 capitales del país con mayor desempleo en el país, según las cifras reveladas por el Dane para el mes de marzo.