Inflación hasta en los cordones: ‘Palomo’ está que alza su vuelo de San Andresito de la 38 en Bogotá

‘Palomo’ se dedica a la venta de cordones en San Andresito de la 38 en Bogotá hace más de 15 años y su negocio está en riesgo a causa del incremento desmesurado de los precios.

Alfonso López, el ‘Palomo’, vendedor de cordones en San Andresito de la 38 en Bogotá. Foto: Zaida Piñeros

Alfonso López, el ‘Palomo’, vendedor de cordones en San Andresito de la 38 en Bogotá. Foto: Zaida Piñeros

Bogotá

Alfonso López, el político, era conocido como el ‘Pollo López’ que hizo volar la imaginación de los comerciantes de San Andresito de la 38, en Bogotá cuando afirmó que convertiría a Colombia en el Japón de Suramérica.

Dentro de esos comerciantes, con un oficio más cercano al suelo, estaba su tocayo Alfonso López, el ‘Palomo’, quien hace más de 15 años vende cordones en una labor que se ha convertido en su especialidad.

El ‘Palomo’ que alza su vuelo mientras vende cordones en esta zona de la capital del país, recordó que, desde el tiempo de la presidencia de su tocayo a la actualidad, muchas cosas han cambiado, algo natural con el paso del tiempo.

‘Palomo’ ha visto pasar épocas y estilos, moda, lujos que antes relucía y ahora son excentricidades, pues tiene claro como está el país económicamente de acuerdo con los hábitos de compra y la abundancia de mercancía en San Andresito, por lo que dice, a manera de ejemplo, que la gente ahora se queja de que todo está muy caro, sin entender mucho del fenómeno de la inflación.

Y es que en su más reciente informe el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, expuso que, para el tercer mes del año, la inflación en su medición anual llegó al 8,53%, la más alta desde el 2016 cuando se ubicó en 8,97%.

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En esos cambios de moda y gustos no se explica el por qué la gente ya casi no compra cordones, y recuerda que hace unos años se vendían más, ‘palomo’ cree que es por el material del nuevo calzado que tienen “mucho velcro” o tal vez, el incremento de los precios.

Alfonso López, el ‘Palomo’ o ‘Palomito’ como es conocido con cariño en San Andresito de la 38, es un hombre de baja estatura, de unos 50 y tantos años y con una cojera producto de sus “batallas de la vida”.

El ‘Palomo’ comentó que ahora es muy difícil encontrar cordones, tanto así que a veces, cuando la gente llega a San Andresito para comprar tenis, ropa, gafas de marca, algún aparato electrónico, bolsos o billeteras que marcan tendencia, y de paso, unos nuevos cordones que le faltan a esos “amados zapatos” que llevan más tiempo en el armario que la edad de los hijos mayores, deben caminar varias cuadras para encontrar a el ‘Palomo’ y pedirle su asesoría en la compra de los cordones.

Cuando se llega al puesto de ‘Palomo’, que se reconoce por su sombrilla roja, un carrito para hacer mercado, a la intemperie y en la mitad de un andén en una calle llena de comercio, él sale casi que corriendo, aunque en verdad trata de caminar más rápido y a su ritmo por la afección médica de su pierna para atender a los compradores que necesitan urgente el cambio de unos cordones por unos nuevos, más modernos y de buena calidad.

“Es que las cosas están caras y la gente ha vuelto a sus zapatos viejos”, dijo ‘Palomo’ mientras busca los cordones adecuados para un cliente nuevo.

Y es que, si bien ‘Palomo’ nunca hizo un curso de servicio al cliente, este pilar es fundamental en su negocio ya que recibe a los compradores con una sonrisa, les da la bienvenida y con paciencia, les ayuda a elegir las opciones de acuerdo a sus necesidades, aunque varios se quejan de los precios que ofrece, a pesar de que “son baratos”, manifestó López.

Hay cordones para todos los gustos y edades; de los colores que se requieran; cortos, medios, largos; redondos, rectangulares, de hilo y hasta de cuerina, no solo para zapatos o tenis del colegio sino también para los pantalones que se han quedado sin sus cordones en la cintura.

Igualmente, y para darle variedad a su negocio vende plantillas para zapatos, así tiene ingresos extras junto a los cordones que ofrece.

“Y eso que no he sacado toda la mercancía, a veces también ofrezco peluches o juguetes”, agregó ‘Palomo’ mientras mostraba y sacaba más cordones como si fuera una caja mágica de esas donde salen los conejos.

‘Palomo’ relató que lo curioso del negocio de cordones es que hace 15 años se hacía “sus diciembres”, es decir diariamente ganaba $400.000 pesos, pero ahora, “las ventas están duras, la gente ya no compra cordones cómo antes, no sé si prefieren cambiar de zapatos” ya que ahora, por día, recolecta tan solo $60.000 pesos comparado con lo que recibía hace unos años.

Alfonso López es un hombre tranquilo, muy amable y con una gran sonrisa, “soy felizmente separado, tengo un hijo pero vive lejos de Bogotá”, dijo riendo, así que dedica su tiempo al negocio que por tantos años le ha inspirado la razón del servicio a los demás.

No necesita de una especialización o de un título especifico, tan solo de su amplia experiencia para asesorar en cordones hasta al más experto en ellos.

Así, ejerciendo su oficio, ‘Palomo’ es testigo del cambio de moda y costumbres pero ve, con asombro, que la gente ya casi no compra cordones.

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