Un día de trabajo terminó en tragedia, el accidente que le cambió la vida a Norberto

Un tiburón le arrebató a un compañero de pesca y dañó el motor de su lancha, transporte que necesita todos los días para llevar el sustento económico a su casa.

Un día de trabajo terminó en tragedia, el accidente que le cambió la vida a Norberto. Foto:

Un día de trabajo terminó en tragedia, el accidente que le cambió la vida a Norberto. Foto:(Thot)

Un tiburón cambió la vida de Norberto, le arrebató a un compañero de pesca y dañó el motor de su lancha, transporte que necesita todos los días para llevar el sustento económico a su casa.

Norberto se despierta antes de las 5:30 am, alista todo el equipo para salir y desayuna lo que le prepara su esposa. Él tiene dos maneras de hacerlo, la que más le gusta es bucear y ver que encuentra, la otra es tradicionalmente conocida como pesca de hilo. Cuando sale tan temprano muchas veces el mar está picado, pero es algo que aprenden a manejar, por eso es tan importante el buen estado de la lancha en la que salen, cuando van mar adentro.

 

Muchos isleños se dedican a esta actividad. San Andrés y Providencia es una zona que vive mayormente del turismo y la pesca, por eso está casi en sus venas el contacto con el mar y el amor por el agua la arena y las olas altas.

 

Norberto, nació en Salgar, Antioquia, es difícil de creer por sus habilidades en el mar y con la pesca, llegó a los 8 años a Providencia y desde ese momento se enamoró del mar y sabía que quería pasar ahí el resto de su vida. Formó su familia, vive con su esposa, su suegra y sus dos hijos, han salido adelante gracias al sustento que él lleva todos los días a su casa.
 

Cuando llegó a Providencia conoció a “Yunicuca” quien le enseñó a bucear y le mostró los peligros que iba a enfrentar en el mar. Él es como su padrino, aunque su edad ya está avanzada todavía vive y sigue siendo un ejemplo para muchas personas en la isla. Hace unos años salió a bucear y pescar, durante su travesía se le acabó el oxígeno y perdió la movilidad de la parte inferior del cuerpo.

 

Aunque los peligros del mar afectan las labores de los pescadores no son el único problema. Humberto considera que por el calentamiento global muchas veces pierde el tiempo en el mar porque no logra pescar ni lo de recuperar la gasolina que debe ponerle a su lancha. Muchas veces no ha logrado conseguir ni un pescado. Por esta razón debe apoyarse de otras labores que se relacionan con el turismo y utiliza la lancha como medio de transporte para darle la vuelta a la isla a personas extranjeras.

 

Por esta situación natural ha dejado de salir todos los días a pescar, lo hace cuatro veces a la semana y últimamente también ha intentado hacerlo por la tarde, desde las dos o tres de la tarde, pero en este momento del día su tiempo de trabajo es menor, la marea después de las cinco de la tarde se pone muy peligrosa y después del accidente prefiere evitar estos momentos difíciles.

 

Cuando sale por la tarde no es tan fácil comercializar sus pescados, a pesar de que lleva más de 20 años en esta actividad no tiene clientes fijos, vende el pescado por libras y los precios oscilan entre 4.500 pesos y 8.000 cuando lo entrega arreglado y listo para cocinar, laborar que también aprendió en la isla.

 

El accidente

 

El 14 de julio de 2018 cambió la vida de Norberto para siempre, todo comenzó cuando Fidelino Gómez Bernard le dijo que, si ese sábado podían salir a pescar, Norberto respondió que no tenía para la gasolina que mejor dejaran así y él insistió en que sería un buen día para salir y conseguir atunes.

El sábado comenzó a las 6:30 am cuando fueron a comprar los 35.000 pesos de gasolina para ir hasta El Faro, que es el lugar limite al que van a pescar y volver a la isla sin ningún contratiempo. Todo iba muy bien. Este día decidieron hacer pesca de hilo, soltaron el nailon y efectivamente, recolectaron atunes. Ya de vuelta Norberto estaba cansado de manejar la lancha y le pidió a Fidelino que estuviera al mando. Mientras tanto dejaron la red dentro del mar para ver qué más podían conseguir.

 

El mar comenzó a tener olas cada vez más fuertes y muy seguidas, Fidelino le dijo a Norberto "Ponga mucho cuidado porque el mar está bravo" esas son las últimas palabras que recuerda de él. Después de esto comenzaron a recoger todos sus implementos, a la distancia vieron como una ola de 4 o 5 metros. Norberto no logró calcularlo con certeza, se iba acercando a la lancha, en ese momento su único pensamiento fue "somos hombres muertos"; la lancha se volteó, él se hundió por algunos segundos y no volvió a ver a su compañero.

Pasaron 4 o 5 olas más en las que Norberto se hundía para evitar ser golpeado contra algún rompeolas. A algunos metros de distancia vio una tabla de su lancha y decidió nadar lo más rápido que pudo para ver si ahí estaba su compañero, cuando llegó no vio rastro ni de Fidelino ni del resto de su lancha. Siguió nadando buscando ayuda, pero por mucho tiempo esto fue en vano, el mar estaba tan fuerte que no había ni una sola lancha en los alrededores. 

 

La angustia comenzó a adueñarse de su mente, se sentía agotado, sus brazos ya no daban más, tenía sed y no dejaba de pensar en donde estaría su compañero o que le iba a decir a la familia en caso de no encontrarlo. Pensó en no nadar más y esperar, pero el pensamiento de su familia lo llenó de fuerzas y avanzó unos metros más, ahí vio una lancha muy cerca a la playa y con las pocas fuerzas que le quedaban comenzó a gritar y a llamarlos con los brazos.

 

La lancha poco a poco se fue acercando a él y cada vez sentía más alivio, cuando lo recogieron lo primero que hizo fue contarles que Fidelino estaba desaparecido, Los hombres de la lancha llamaron a más personas para comenzar la búsqueda. El primer hallazgo fue la lancha, estaba volteada, con el motor totalmente hundido en el mar y había quedado anclada. entre todos la voltearon para ver si ahí abajo estaba Fidelino, pero fue inútil, ni un solo rasgo de su compañero.

Norberto no podía más con la debilidad de su cuerpo, por eso las personas que lo recogieron le ayudaron a llevar su lancha a superficie y se fue para su casa, mientras tanto salieron 7 lanchas de Providencia en busca de Fidelino. Una hora después llegaron noticias: habían encontrado a Fidelino en boca de un tiburón tigre, los pescadores intentaron acercarle otros pescados para que soltara el cuerpo del hombre pero no lo hizo, por esto le acercaron burbujas de tanque de buceo porque según expertos, estas le dan miedo a los tiburones, así el animal dio tregua y entre varios pescadores lograron recuperar el cuerpo. Ya le había arrancado una extremidad superior, una inferior y sus partes íntimas.

 

Después del estudio de medicina legal se supo que la muerte di Fidelino fue al momento de caer de la lancha, se golpeó la cabeza tan fuerte que su cráneo se partió en dos pedazos, le salió mucha sangre y esta fue la que alertó al tiburón del cuerpo sin vida. 

 

Esta fue una noticia devastadora para las familias de los dos pescadores. Desde este día la esposa de Norberto no quiere que él salga a profundidades del mar porque siempre tiene un mal presentimiento. Además duro más de seis meses sin poder trabajar porque el motor de su lancha quedó sin posibilidad de repararse.

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