Cultura Vacacional: más que descansar

Al adquirir ‘cultura vacacional’ es decir, viajar al menos una vez al año a destinos o lugares nuevos y hacerlo de forma programada y anticipada, se pueden evidenciar una serie de numerosos beneficios en varios entornos de la vida.

En el ámbito personal, tomar vacaciones nos aleja de la cotidianidad. Esto, beneficia al cerebro al desconectarlo de la rutina, a nuestro cuerpo al reducir la tensión y a nuestra mente al reorganizar nuestras prioridades. Todo esto nos ayuda a mejorar nuestra salud mental y física permitiendo que nos desempeñemos mejor en nuestros entornos personales.

En el entorno laboral, las personas tienden a ser más creativas después de tomar vacaciones, tendiendo a sufrir menos de depresión, tensión y cansancio. Una mente despejada aumenta la productividad y la creatividad.

Las relaciones familiares también se ven beneficiadas, ya que tomar vacaciones nos permite conocer y comprender a nuestros seres queridos al compartir en escenarios y situaciones diferentes, llevando a que se creen lazos familiares más fuertes, lo cual también suma a nuestra calidad de vida.

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