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Los personajes del año no son políticos

El protagonista del año está lejos de ser un personaje mezquino que cree que imprimiendo billetes solucionaría algo en nuestro país. En Colombia, los héroes llevan bata en vez de capa.

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close up. paramedic superhero standing on a city street. photo with a copy of the space. Photo: Getty Images

Este año parece uno de esos días malos que no quieren terminar. Parece uno de esos días en los que solo queremos llegar a casa. Pero las calles se hacen eternas, los trancones inmensos y pareciera como si nunca, nunca fuésemos a llegar a casa.

Todos deberíamos remar en la misma dirección, no solamente como país sino como humanidad: la elaboración, la negociación y la distribución de las vacunas no ha sido nada fácil y ha requerido esfuerzos titánicos para cada una de las partes. Mil aciertos y mil inconvenientes se han presentado ante una situación inédita. De hecho, en Colombia ha sido de los mejores países en el manejo de la vacunación.

Aterra, por ejemplo, que dadas las circunstancias existan personajes mezquinos que especulan con los dineros públicos, quienes se adueñaron de los $70.000 millones que iban para conectar a niños en el país, que tengamos una presidenta de la cámara que probablemente hizo plagio y que tengamos un candidato que cree que con imprimir billetes aporta a la economía.

Igualmente, el hecho de que la polarización política lleve a algunos personajes a lanzar comentarios tan extraviados como los que dicen que los que votarán por algún político no deberían estar salvados del COVID-19, como si estar en una Unidad de Cuidado Intensivo dependiera de nuestro voto o nuestras inclinaciones políticas.

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Para mí los personajes del año llevan bata en vez de capa. Pienso mucho en el personal médico que a pesar de llevar años exigiendo mejores garantías laborales a las que no tienen respuesta, no han dudado en arriesgar su vida y las de sus familias con tal de luchar por la vida de sus pacientes.

Pienso también en los profesores, que a pesar de tener la bata guardada y de que se les ha multiplicado el trabajo, luchan por todos los medios para que la niñez y la juventud no pierda la oportunidad del aprendizaje.

Y, al mismo tiempo, pienso en toda aquella persona que nunca se dio el lujo de cerrar y volver a abrir sus negocios, los emprendedores; para los que esa palabra “reactivación” no es un adorno sino una obligación vital. Ellos son verdaderos protagonistas del año.

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