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¿Quién domina en el norte del Cauca?

Sigue La W habló con líderes y defensores de derechos humanos sobre la crisis social que se vive en el Cauca.

Foto de referencia de un ataque que ocurrió en el departamento del Cauca. (Photo by Luis ROBAYO / AFP) (Photo by LUIS ROBAYO/AFP via Getty Images)

Foto de referencia de un ataque que ocurrió en el departamento del Cauca. (Photo by Luis ROBAYO / AFP) (Photo by LUIS ROBAYO/AFP via Getty Images) / LUIS ROBAYO

Las condiciones sociales, económicas y políticas del norte del departamento del Cauca y sur del Valle son una bomba de tiempo. Narcotráfico, minería ilegal, corrupción, despojo de tierras, grupos armados ilegales, pobreza y abandono del Estado agudizan el conflicto armado en una región sin Dios ni ley.

La región del norte del Cauca está dominada por la presencia de carteles mexicanos, asociados a bandas crimínales, disidencias de las Farc, al ELN y delincuencia común, que se fortalecen más a través del reclutamiento ilegal y con el aumento de cultivos ilícitos.

La gran preocupación entre expertos y analistas del problema en esta zona de conflicto es que desde que las Farc dejaron las armas, se están reactivando nuevas modalidades delictivas cuyo epicentro es el norte del Cauca.

No hay grandes capos visibles. En las calles de los municipios de Miranda, Corinto, Padilla, Caloto y Guachené hay numerosas camionetas lujosas, y en las tiendas donde antes se bebía chirrinchi, una bebida alcohólica artesanal, hoy se bebe whisky.

Hay miedo e impotencia en la población que se siente, además de vulnerable, invisible ante los ojos de un Estado ausente. La petición de corteros de caña, agricultores, campesinos y empresarios que trabajan en esta zona del suroccidente del país, es que ese Estado que no los ha oído, busque salidas y ponga fin a los graves problemas de orden público que están viviendo.

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La población reclama un uso monopolizado de la fuerza; justicia, porque las investigaciones quedan en la impunidad, sobre todo aquellas que tienen que ver con el asesinato de líderes sociales. También piden, con desesperación, inversión social, que las instituciones sean garantes y se proteja el medio ambiente.

Organizaciones sociales, academia, iglesia y sociedad civil advierten que lo más preocupante es que no hay indicadores de cómo acabar con los insumos que nutren el narcotráfico como principal combustible de la economía ilegal, sumado a otros retos que afectan a quienes viven en la región.

A ese panorama, se suman las más de tres mil hectáreas del norte del Cauca que, según los testimonios, han sido invadidas por comunidades indígenas, cuyo objetivo es ocupar por la fuerza 40 mil hectáreas que están reclamando  luego de serles prometidas.

A propósito de la situación, Clemencia Carabalí, líder y defensora de derechos humanos, habló en Sigue La W. “Lamentablemente la zona del Cauca es una zona que se sigue debatiendo en medio de la guerra, nuestros derechos siguen siendo vulnerados, no hay una presencia del Estado eficiente ni se garantizan derechos básicos como el agua, la tierra, educación de calidad”, relató sobre cómo viven los habitantes.

En el Cauca la expropiación también tiene preocupados a los habitantes. Mientras algunos intentan continuar en la agricultura, otros han tenido que cerrarse a un mercado específico.

Claudia Calero, presidenta de Asocaña, relató cómo es el panorama de tierras en el Cauca. “a situación en el norte del Cauca es cada vez más difícil, en el 2014 iniciamos con 200 hectáreas invadidas y hoy son más de 3.000 donde no se puede hacer una actividad productiva”, indicó.

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