20 experiencias de turismo comunitario para redescubrir el país

Las comunidades son las que mejor conocen las particularidades de sus territorios. Es por eso que, cuando se habla de turismo comunitario, los emprendimientos alrededor del mismo son una de las opciones más recomendables para descubrir elementos tradicionales de un lugar, promover su cultura e, incluso, destacar historias de vida resilientes.

Muchos de los 100 destinos que todo colombiano debería conocer son experiencias de naturaleza. No obstante, para la consolidación de una experiencia grata en la visita, se requiere de una mano de obra que gestione, coordine y vele por la sostenibilidad económica y medioambiental de los proyectos.

La misma está conformada por personas de los propios consejos comunitarios, líderes, gestores culturales, reincorporados, campesinos y demás. De acuerdo con la Red Nacional de Turismo Comunitario, Colombia cuenta con, por los menos, 52 iniciativas en los 32 departamentos (vinculadas al Programa Turismo Comunitario del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo).

Pero una vez se pone la lupa en las regiones, la cifra parece aumentar. En esta selección, por ejemplo, Colombia Visible recopiló 20 iniciativas comunitarias en las que el turismo direcciona todo el territorio. Incluso, en algunos casos, esta actividad ha sido el puente para la transición hacia la paz y la reconciliación.

Con música, trabajos medioambientales, rescate de gastronomía típica o museos... en cada rincón de Colombia hay una comunidad que trabaja para hacer que los visitantes conozcan todo lo bueno que el país tiene para ofrecer. En todas estas 20 iniciativas, la construcción de paz y el fortalecimiento de la identidad local son dos de los objetivos en común.

Uno de los casos es el de los campesinos de la Serranía del Perijá (Cesar) quienes retornaron al lugar para implementar un modelo de turismo comunitario sostenible y desarrollar la memoria histórica de la región tras el conflicto armado. Hoy, tras varios años de trabajo, aseguran que “sabíamos que queríamos narrar la historia del territorio, el problema era contarla a los turistas sin que se nos quebrara la voz”.

Ese mismo reto tuvieron los ex integrantes de pandillas de la Comuna 2 de Villavicencio que decidieron cambiar la guerra entre bandas por un recorrido en siete barrios. ¿El objetivo? Lograr la resocialización, cambios de conducta y formación como guías turísticos de los jóvenes de la zona, para evitar actividades delincuenciales.

En el país también se hace turismo comunitario desde los núcleos familiares: la familia dueña del alojamiento El Artesano, en Ramiriquí, busca rescatar el valor del campesinado boyacense. Mientras que las mujeres de Nuquí (Chocó) que adelantan una labor de rescate de tradiciones ancestrales de la gastronomía pacífica, también dan cuenta de los aportes que el turismo genera en una comunidad en cuanto a oportunidades laborales.

Conozca las 20 experiencias de turismo comunitario aquí.

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