Actualidad

Juan Pablo Barrientos de la W Radio gana Premio de Periodismo Simón Bolívar

Dejad que los niños vengan a mí trabajo donde se revelaron 45 denuncias contra 33 sacerdotes por pederastia, fue escogida como la mejor investigación en radio del 2018

Juan Pablo Barrientos. Foto: W Radio

En enero de 2018 Juan Pablo Barrientos se sentó a mi lado y me dijo que debía contarme los pormenores de una investigación que había iniciado dos años antes. Que lo hacía por dos razones: la primera porque en su trabajo periodístico era obligatorio que profesionales ajenos a la investigación la mirarán desde afuera y le dijeran qué le sobraba, qué le faltaba o dónde había un asomo de apasionamiento; la segunda era para que como editor web de la W Radio, planeara junto a mi equipo cómo se iba a presentar digitalmente toda la información de reportería que había recaudado en tantos meses de trabajo.

Cuando Barrientos abrió los archivos y comenzó a explicarme una a una las denuncias, los testimonios, los audios y su extensa reportería, me di cuenta que estaba frente a la investigación periodística más grande sobre pederastia en la Iglesia Católica de Colombia.

En ese momento también me enteré que Juan Pablo contaba con todo el apoyo de Julio Sánchez Cristo y de la W Radio como medio, quien le había pedido solo una cosa: agotar hasta la última instancia para conseguir los testimonios y la posible defensa de quienes aparecían mencionados en esta investigación. Equilibrio periodístico. Juan Pablo así lo había hecho.  

Después de ver todo el material le dije: “Pero lo tienes todo, ¡esto hay que publicarlo ya!”. Ante su respuesta, sin embargo, supe que estaba frente a un periodista cauto, sin apresuramientos y que anteponía todos los conductos regulares –tantos los del periodismo como el de sus jefes-. “He buscado a todas las personas que hacen parte de esta denuncia, algunas han respondido, otras no. Pero para publicar me falta una de las voces más importantes: la del monseñor Ricardo Tobón, arzobispo de Medellín y vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Colombia. Debemos esperar”, recuerdo que me dijo.

Barrientos siguió buscando la respuesta de monseñor Ricardo Tobón por un mes más. Incluso, tuvo la paciencia de esperarlo el 16 de febrero a que terminara una eucaristía en la Catedral Basílica Metropolitana de Medellín, para hacerle las preguntas que tanto había evadido. Ante la insistencia del profesional, Tobón decidió darle una cita de tan solo una hora en Bogotá -el primero de marzo de 2018- donde contestó algunas de las preguntas del periodista que, paradójicamente, hoy hacen parte del acervo probatorio que evidencian su encubrimiento.

El 21 de marzo de 2018 pasadas las siete de la mañana, Juan Pablo Barrientos junto a Julio Sánchez Cristo y su equipo de trabajo de la W Radio presentaron la primera parte de la investigación titulada “Dejad que los niños vengan a mí”, este trabajo reveló 17 denuncias de pederastia hechas a sacerdotes de la Arquidiócesis de Medellín, también otras denuncias contra sacerdotes aún activos y una acusación bastante grave contra el más alto jerarca de la iglesia católica de Medellín, la cual reza que: El arzobispo Ricardo Tobón encubrió y protegió a sacerdotes pederastas de su ciudad.

Como prueba de tal denuncia se encontraba el caso del padre Roberto Cadavid Arroyave, quien tras abusar de menores en diferentes parroquias de Medellín, fue recomendado y autorizado por monseñor Ricardo Tobón para ejercer como sacerdote en la Diócesis de Brooklyn, Nueva York.

Juan Pablo Barrientos le preguntó ese primero de marzo de 2018 al arzobispo Ricardo Tobón por el caso Cadavid, pero Tobón aseguró que no sabía dónde estaba y que además lo había suspendió en el año 2012 por denuncias de pederastia. Sin embargo, la respuesta que recibió Barrientos de la Diócesis de Brooklyn era distinta y decía que gracias a una carta de recomendación de monseñor Ricardo Tobón admitieron al padre Roberto Cadavid en el año 2012, pero además que Tobón lo volvió a recomendar en el año 2015. 

No obstante, lo que más alteró a la comunidad católica de Medellín fue la mención del nombre del padre Carlos Arturo Yepes Vargas en esta investigación, tras la denuncia de un hombre de 36 años quien aseguró haber sido abusado años antes por este sacerdote. Fue ahí donde si se vino una andanada contra el periodista Juan Pablo Barrientos.

A la mañana siguiente de las revelaciones, decenas de personas se encadenaron a las afueras de las instalaciones de Caracol Radio en Bogotá, pidiendo una rectificación de lo dicho sobre la denuncia contra el padre Yepes.

También en media docena de cajas llegaron 45 mil firmas exigiendo la retractación; a su vez el padre Carlos Arturo Yepes interpuso cuatro derechos de petición, los cuales fueron respondidos debidamente, entonces interpuso dos tutelas que no favorecieron sus exigencias, de tal suerte que fueron apeladas, una de ellas tampoco favoreció las peticiones de Yepes y otra sigue en proceso.

En su canal de YouTube el padre Yepes le ha dedicado largo tiempo a mancillar el trabajo periodístico de Juan Pablo Barrientos, incluso esta semana nos enteramos que le interpuso otras dos denuncias más.

Como si fuera poco el número de teléfono personal del periodista Juan Pablo Barrientos fue publicado en una cadena de WhastApp en donde se le pedía a la gente que le enviara mensajes de repudio, los cuales llegaron. Empero, no fueron uno, ni dos; fueron más de 1500 mensajes de odio, insultos y amenazas.

Sin embargo, Juan Pablo Barrientos siguió adelante con su investigación. De la primera parte también se desprendieron nuevas denuncias contra otros sacerdotes y ya no solo en Medellín sino en otras ciudades de Colombia.

La valentía de Juan Pablo Barrientos la puedo resumir con una escena que sucedió en medio de la segunda parte de este trabajo periodístico. Un sábado del mes de julio llegó a mi chat un mensaje de Juan Pablo que decía: “Pacho, quiero que sepas que voy para la Comuna 13, acá en Medellín. Voy al barrio (tal) a entrevistar al padre (tal), pero hace una hora alguien de seguridad de la alcaldía –no sé cómo supo- me dijo que jóvenes de alta peligrosidad estaban esperando a que yo subiera hasta la iglesia. Quiero que lo sepas por si me pasa algo”.

Mi mensaje inmediato de respuesta fue: “No vayás Juan Pablo, no vayás”. Más tarde supe que cuando Juan Pablo llegó a la iglesia, en las escalinatas estaba un combo de muchachos con sus motos esperándolo. Juan Pablo entró, hizo la entrevista y al salir le pidió al padre que lo acompañara hasta la puerta para que -si lo iban a matar- esto fuera ante la mirada de quien representa a la iglesia en dicho sector. Entonces uno de los muchachos que estaba en las escalinatas preguntó: “¿padre, todo bien?” Y el padre les dijo que sí, que: “todo bien”.

Esta investigación ha sido tan rigurosa que el diario El Tiempo le siguió el rastro y publicó los cheques con los que le pagaron a una víctima del padre Roberto Cadavid para callarla; le siguió el diario francés Le Monde, donde se publicó el caso del padre Cadavid y el encubrimiento de monseñor Ricardo Tobón; también fue publicada una investigación en el medio estadounidense The Gothamist, donde la periodista Taylor Dolven ahondó en las denuncias de La W y publicó un artículo titulado: “Brooklyn diocese ignored protocol and unwittingly accepted priest accused of abuse” y que traduce “Diócesis de Brooklyn ignoró el protocolo y aceptó inconscientemente a un sacerdote acusado de pederastia”.

Tal vez por todas estas razones y muchas más los jurados del Premio Nacional Simón Bolívar han decidido que el trabajo de Juan Pablo Barrientos sobre pederastia en Colombia, publicado y respaldado por la W Radio haya sido escogido como la mejor investigación en la categoría de radio del año 2018.

Esta reportería ya va por la segunda entrega, además de otros artículos que han salido a la luz pública por las propias denuncias de ciudadanos de todas las regiones del país. En total hasta el momento se han revelado 45 denuncias por pederastia contra 33 sacerdotes en todo el país.

Muchos no saben la historia de dónde salió esta investigación y quisiera resumirla para dejarle un mensaje a los que estamos en el medio y a las generaciones de periodistas venideras. Resulta que en enero de 2016, hace dos años, Juan Pablo Barrientos vio -igual que muchos de nosotros- la película Spotlight, filme ganador del Oscar tras mostrar cómo el periódico Boston Globe descubrió numerosos casos de pederastia en la arquidiócesis de la capital de Massachusetts. Al finalizar la película, en los créditos y con letra muy pequeña aparecieron algunas ciudades del planeta en las que habría denuncias de casos de pederastia, entre ellas Medellín.

Pues bien, Juan Pablo hizo lo que muchos hubiéramos podido hacer si hubiéramos tenido su olfato periodístico: imitar la dinámica de investigación que mostraba la película. Por varios meses visitó la página oficial de la Arquidiócesis de Medellín y comenzó a identificar los sacerdotes que no aparecían con cargo o asignación alguna; a su vez cruzaba los nombres de estos curas con la base de datos del sistema judicial y ahí fueron apareciendo las denuncias por pederastia.

En tal virtud, el mensaje es: ¡Las historias siempre están ahí y no las vemos! Están en la entrevista de radio, en la película de cine, en un recorte de prensa, en una carretera que no abren, en el vecino de asiento del bus en el que vamos camino a casa.

Las historias están ahí, solo hay que tener el ojo avizor y la perseverancia y profesionalismo de un periodista como el que aquí felicitamos.

Enhorabuena, Juan Pablo. 

(A continuación, anexamos todo el especial del trabajo periodistico 'Dejad que los Niños vengan a mí' con sus dos partes, los artículos relacionados y la prueba de cómo monseñor Ricardo Tobón encubrió a sacerdotes y casos de pederastia en Medellín. Además las cuatro cartas que Juan Pablo Barrientos le envió al papa Francisco)

ESPECIAL 'DEJAD QUE LOS NIÑOS VENGA A MÍ'

CARTAS ENVIADAS AL PAPA FRANCISCO: