Internacional

Hechos de violencia empañan la revuelta libanesa

Los hechos de violencia han dejado en Beirut cientos de personas heridas, tanto manifestantes como efectivos de las fuerzas de seguridad.

Una fuente de la Cruz Roja libanesa informó a Efe que unos 170 heridos tuvieron que ser hospitalizados y más de 140 atendidos por los equipos de socorro en el centro de la capital, donde el sábado por la noche y hasta la madrugada del domingo se registraron enfrentamientos entre los antidisturbios y los manifestantes.

Las Fuerzas de Seguridad Interna informaron que 142 de sus miembros sufrieron heridas, incluidos siete oficiales y tres casos graves que presentan fracturas.

Según la Agencia Nacional de Noticias libanesa (ANN), este sábado los manifestantes lanzaron piedras, bengalas y cócteles molotov contra los uniformados, que a su vez emplearon gases lacrimógenos, pelotas de goma y cañones de agua para dispersarlos y evitar que se aproximaran a los accesos del Parlamento.

La ministra de Interior en funciones, Raya al Hasan, afirmó hoy en Twitter que mantiene el contacto con el comandante del Ejército Joseph Aoun, quien elogió el trabajo de los cuerpos militares y de seguridad en esta "delicada etapa" y aseguró que "continúa la coordinación para mantener el orden" en las calles del Líbano.

Anoche efectivos del Ejército consiguieron poner fin a los enfrentamientos entre manifestantes y policías, como ya ha ocurrido anteriormente en las protestas libanesas cuando los militares han tenido que intervenir para aplacar los ánimos y controlar la situación.

"Hemos pedido una escalada y el fin del movimiento pacífico de hace más de un mes, ahora es el momento perfecto", aseguró a Efe Ali Samadi, un estudiante universitario de 25 años.

Y agregó: "hemos estado en las calles durante más de 90 días y al Gobierno no le importa lo que digamos o hagamos, así que si no escuchan nuestra voz, sentirán nuestra rabia".

El joven también auguró una campaña de arrestos y más violencia en las calles si no se forma un nuevo gabinete, misión encargada a Hasan Diab a finales de diciembre tras la dimisión de Saad Hariri por la presión de las manifestaciones populares.

Otro manifestante y también estudiante de 23 años, Yad Haidar, responsabilizó de la violencia a la ministra de Interior y al general Emad Othman, director general de las Fuerzas de Seguridad Interna, porque "fueron los que dieron las órdenes" de actuar con la fuerza.

"Hemos expresado nuestras demandas claramente pero ellos nos han ignorado, teníamos que mandar un mensaje", afirmó en referencia de las clase política contra la que han estado protestando por 95 días y a la que culpan de la crisis económica que sufre el país.

"Lo que hacemos es levantarnos contra los bancos que nos han robado durante años y aquellos que están en el poder y no se ven afectados por la crisis", agregó el joven.

Este domingo fueron convocadas nuevas marchas bajo el lema "no hay vuelta atrás", pero la lluvia y la violencia de anoche ahuyentó a la mayor parte de los participantes y sólo unas decenas de personas volvieron a concentrarse enfrente del Parlamento

Las Fuerzas de Seguridad Interna pidieron a los "manifestantes pacíficos" que mantengan el carácter no violento de las protestas y eviten que "los agitadores" prosigan atacando a los antidisturbios, que en la tarde del domingo emplearon cañones de agua pero negaron haber lanzado gases lacrimógenos.

Por su parte, Human Rights Watch denunció que el sábado por la noche los antidisturbios "lanzaron gases lacrimógenos (directamente) a las cabezas de los manifestantes, pelotas de goma a sus ojos y atacaron a personas en hospitales y mezquitas".

"Los eventos de la pasada noche demuestran la necesidad urgente de que las autoridades pongan fin a la impunidad de los abusos policiales", agregó la ONG en un comunicado.