Internacional

Javier Bertucci, un pastor que quiere ser el presidente de Venezuela

El mundo conoció el nombre de Javier Bertucci en 2016, cuando figuró en los Papeles de Panamá.Ahora aspira a ser el candidato unitario que se enfrente a Maduro el 20 de mayo.

Javier Bertucci. Foto: Agencia Anadolu

Javier Bertucci. Foto: Agencia Anadolu(Thot)

Por: Andreina Itriago

Hace casi 40 años, Coromoto tuvo una premonición en el poblado de San Nicolás, en el estado venezolano de Portuguesa. Le dijo a su nieto Javier: “Tú vas a ser presidente”. El niño de diez años no le prestó atención. Ahora es uno de los cuatro candidatos que se disputarán, el 20 de mayo, la presidencia del país sudamericano.

Su nombre completo es Javier Alejandro Bertucci Carrero. A sus 48 años está casado, tiene tres hijos, conduce un programa de televisión y se le relaciona con al menos seis empresas. También fue pastor de una iglesia cristiana evangélica, pero dejó de serlo en febrero de 2018, para poder inscribirse como candidato presidencial por el partido Esperanza por el cambio. 

Aunque confiesa que se siente más cómodo desempeñando el rol religioso, consiguió en la política una trinchera familiar: “Como es una política de servicio, me siento muy a gusto con lo que estoy haciendo”. Le ha funcionado: aunque sigue siendo el tercero en intención de voto, las encuestas revelan que el apoyo hacia el polifacético líder carismático ha ido creciendo, pese a sus antecedentes.  

El nombre de Javier Bertucci figura en un expediente inconcluso de la justicia venezolana, por la presunta comisión de varios delitos, entre ellos el de contrabando agravado. Por eso cumplió dos años de arresto domiciliario. También aparece en la filtración de los Papeles de Panamá.

Aún hoy refuta la investigación que se llevó a cabo con base en los documentos del bufete Mossack Fonseca. Sin embargo, reconoce a la Agencia Anadolu que la polémica le ayudó: “El que no sabía de mí, se enteró”.

Bertucci asegura que la red de empresas que encabeza en Panamá, Estados Unidos, República Dominicana y Venezuela está conformada, en su mayoría, por compañías que iban a llevar a cabo proyectos que nunca se concretaron. “No tienen cuentas bancarias”, agrega.

Sin embargo, estas empresas aparecen “activas” en distintos registros, como también lo están sus empresas venezolanas, cuya actividad ha estado relacionada con la producción agrícola. Pero él asegura haber cedido todos sus recursos y propiedades a su organización religiosa, la iglesia Maranatha, que es la que ha patrocinado al menos la “parte social” de su campaña electoral.

En sus actos políticos el candidato ha repartido miles de platos de sopa, y ha colocado puestos de peluquería y barbería, así como colchones inflables. “Muy parecido al esquema de la obra social que yo venía haciendo”, asegura el expastor al referirse a la labor que desempeñó por una década como líder de su organización religiosa.

Así lo conoció Rafael Pérez, un carpintero de 34 años, que vive en el barrio Las Minas, al sureste de Caracas. “Voy a votar por Bertucci, no porque sea cristiano sino por las cosas que él ha hecho. Yo he visto por años que él ayuda a la gente”, argumenta.

En comunidades como la suya, Bertucci fue testigo del deterioro del país. Relata que lo  que empezó como un “clamor” de sus habitantes para que se lanzara a presidente pronto se convirtió en una “súplica”. “Entendí que los cambios que requiere la sociedad venezolana no los iba a poder hacer desde la arena religiosa sino desde la arena política”.

Ejército cristiano

Bertucci dice contar con el apoyo de su partido, Esperanza por el cambio, y de más de 42.000 iglesias cristianas. Pero no son todas las que hay en el país. El 8 de mayo una federación que asegura congregar 2.000 iglesias cristianas evangélicas emitió un comunicado mediante el cual se desligaba de su candidatura.

Al respecto Bertucci dijo, en entrevista con la Agencia Anadolu, que respeta esa decisión y que cree que los miembros de las iglesias que sí lo respaldan serán suficientes no solo como electores sino también como defensores de los votos el 20 de mayo. “La iglesia cristiana evangélica está metida en los rincones más inhóspitos del país”, explica, y asegura que gracias a ella tendrá testigos de mesa en casi todos los 14.638 centros de votación.

De perpetrarse el temido “fraude”, asegura que no se quedará de brazos cruzados: “Si yo tengo las actas en la mano y aquí no me quieren reconocer,  (…) me voy por todo el mundo. (…) Eso sí podría acarrear la aplicación de la Carta Democrática a Venezuela”.

De ganar también tiene un plan, conformado por doce propuestas. Ninguna de ellas, sin embargo, es la dolarización, que sí ha enarbolado su contrincante, el exgobernador Henri Falcón. “Nuestro problema no es el tipo de moneda, es que tenemos un aparato productivo detenido”, asegura, y dice que aspira a reactivarlo. Sin embargo, lo primero será abrir un canal humanitario para que ingresen alimentos y medicinas al desabastecido país.

Pero no todas sus acciones serán populares. Bertucci ha dicho que continuará con las repudiadas “cadenas” o transmisiones conjuntas de radio y televisión. La diferencia con las del expresidente Hugo Chávez o las de su sucesor, Nicolás Maduro, es que las suyas serán solo los domingos, durarán máximo una hora y en ellas se dedicará a “sembrar valores” cristianos.

Aunque los cristianos conforman más del 80% de la población venezolana, la mayoría de ellos (71%) son católicos. Solo 17% pertenece a iglesias como la evangélica.

Candidato único

Según la más reciente encuesta de la firma Delphos, el 43% de los electores le dará su voto a Maduro, 24% a Falcón y 19% a Bertucci. Aunque está de tercero, el expastor celebra estos números, pues muestran que el respaldo a su candidatura ha crecido, mientras que el apoyo a la de Falcón se ha “estancado”.

Sin embargo, sabe que una alianza es necesaria para alcanzar a Maduro, e insiste en que sea a su favor. De la otra forma, es decir, con Falcón a la cabeza, asegura que no tendrían oportunidad de ganarle al presidente.  

“Un chavista no va a votar por un chavista traicionero, que ahora es opositor, y que también es traicionero de la oposición”, dijo, al referirse al exgobernador.

Él sí se cree capaz de capitalizar el sufragio de los chavistas que se espera no voten por Maduro. Es el mismo objetivo al que apunta el también candidato Reinaldo Quijada, quien sin embargo figura con menos del 2% de apoyo en las encuestas.

Pero a diferencia de este, Bertucci dice no ser chavista, aunque sí le reconoce un liderazgo importante a Chávez: “Nunca estuve de acuerdo con sus políticas ni con su inoculación de odio en la sociedad, ni con su separación de clases (…) pero de que es un líder, es un líder”. 

Estos son los perfiles de los demás candidatos:

Reinaldo Quijada, el ingeniero que quiere quitarle votos al chavismo

Maduro, el sucesor de Chávez que va por su primera reelección

Henri Falcón, el principal opositor de Maduro que antes era chavista

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