Judicial

Historia clínica revela particulares detalles del caso Vives Caballero

Negarse a practicar la prueba de alcoholemia en seis oportunidades, salir hacia la clínica psiquiátrica en vehículo particular y sin avisar a los fiscales, son algunos hechos.

Enrique Vives Caballero se encuentra recluido en la cárcel San Sebastián de Ternera en Cartagena. Foto: Proporcionada por Gennys Álvarez

Enrique Vives Caballero, recluido en la cárcel San Sebastián de Ternera en Cartagena, dejó una estela de dudas en la juez, los fiscales y los defensores de las víctimas por su paso en la clínica Perfect Body. Tanto la llegada como la salida se hicieron sin una orden judicial, solo bastó la decisión del abogado Alex Fernández, hoy señalado por la Procuraduría General de la Nación de obstruir el desarrollo de las audiencias, dilatar el proceso y aportar hechos contrarios a la realidad.

Según la historia clínica Vives fue valorado en este centro médico a las 2:45 de la tarde del lunes 13 de septiembre, no por una emergencia que justificara su traslado sino por una cita prioritaria, alegando sensación de angustia, temblores involuntarios e intolerancia a los alimentos. No obstante, la primera nota de enfermería subraya que el paciente se encuentra “consciente y orientado”.

Pasadas tres horas, el empresario agrega más síntomas a su epicrisis, dice sentir dolor abdominal producto de una gastritis. A las 7 de la noche se recalca en el historial que la persona sigue “consciente y orientado”, tanto es así que inicia la negativa de practicarse la prueba de alcoholemia según porque “el abogado no le ha dado la orden”. 

Y a pesar de que el capturado gozaba de plena consciencia, como lo atestigua la misma reseña, el tercer médico tratante controvirtiendo el diagnóstico anterior “considera que el paciente no se encuentra en condiciones para realizar audiencia”, y propone que la diligencia sea reprogramada. 

Después de 20 horas del accidente Vives Caballero tampoco se deja practicar el test de alcoholemia y puntualiza que no tiene autorización de su defensor, así lo haría por una tercera y una cuarta ocasión antes de que acabara el día lunes, y el martes se resistiría a una quinta y una sexta solicitud, lo cual resultó llamativo para la Procuraduría, porque sería “una forma de esperar a que el cuerpo se desintoxicara”. 

Ya en el segundo día de estancia en la Perfect Body, el mismo gerente de la clínica, Hernando Estrada, lo remite a psicología y de ahí a psiquiatría, arrojando un diagnóstico de estrés postraumático y una crisis ansiosa depresiva, y empieza a recibir tratamientos para la salud mental. 

Vives siempre estuvo acompañado por un familiar y por un custodio de la Policía, los mismos que a las 6:41 de la tarde del miércoles 15 permitieron un retiro voluntario, intento de fuga del centro asistencial, oponerse a un traslado a Barranquilla y salir hacia un sanatorio psiquiátrico en un vehículo particular. 

Y sin consultar otra vez con los fiscales y la juez, Alex Fernández se llevó a su defendido a la clínica Fundación Santa Marta por el niño (Fusam), gerenciada por Carlos Dávila Sánchez, el mismo especialista que lo atendió un día antes en la Perfect Body, clínica en donde paradójicamente le practicaron 14 estudios y lo atendieron cinco profesionales de salud, y mientras esto ocurría las audiencias eran aplazadas. 

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La explicación de la clínica

Hernando Estrada, gerente de la clínica Perfect Body, respondió a las circunstancias que rodearon la fotografía del capturado en una camilla conectado a unos equipos médicos, con una bebida energizante y una Biblia en la cabecera.

“A pesar de que en las redes sociales se diga lo contrario, el paciente se encontraba en un electrocardiograma, con un equipo en funcionamiento. La foto fue tomada de una manera imprevista. Yo doy fe de ello porque revisé los resultados”, dijo el especialista.

“Esta persona con el trauma que padecía no hacía otra cosa que hablar del accidente, por su cabeza se le pasaban esas imágenes, no estaba en sus facultades mentales para asistir ante la justicia, estuviera sedado o no. Solamente bastaba el impacto psicológico”, precisó Estrada sobre la no asistencia de Vives a la audiencia del martes 14 por la tarde.

El gerente también explicó la nota de enfermería que cuenta un intento de fuga, señala que no se puede entender esa expresión como si se tratara de un escape, sino el caso de alguien que sale por su cuenta y no espera que se resuelva un trámite administrativo. 

Las audiencias preliminares terminaron este miércoles con el segundo momento de la apelación a la medida de aseguramiento intramural. Fernández Harding, quien pidió libertad para su defendido, tendrá que esperar el pronunciamiento de segunda instancia, a pesar que la Fiscalía volvió a recalcar que en la muerte de los 6 jóvenes en Gaira hubo exceso de velocidad y conducción bajo los efectos del alcohol.