El estilista colombiano que se dedica a asesorar mujeres con Síndrome de Down

Son muchos los mitos que se tejen en relación a las personas con discapacidad cognitiva, algunas fundaciones se dedican a brindar oportunidades y educación para el desarrollo de estas personas; no obstante, pocas veces se habla de la vanidad y el derecho que tienen a tener una apariencia hermosa que les brinde mayor seguridad y posibilidades de relacionamiento afectivo como cualquier persona. En ese sentido, varios profesionales y entidades están organizando la fundación A-Marte.

El proyecto lo dirige la periodista y relacionista pública Martha Cano Albornoz, que tiene una hermana con síndrome de Down.

Una de las personas que está apoyando esta iniciativa es un reconocido estilista bogotano, Haspper Huertas Castiblanco, que tiene 42 años, 15 de los cuales se ha dedicado a la peluquería. Actualmente está estudiando administración de empresas, le gusta el arte y a futuro quiere estudiar diseño. Haspper ha hecho una apuesta para capacitarse y atender a esta población tan especial. Su compromiso tiene una motivación también personal: Haspper tiene dos hijas, una de las cuales tiene discapacidad cognitiva, por eso el tema lo siente en carne propia y le genera mucha sensibilidad. Con dedicación y empeño se ha especializado y es una labor muy bella que le genera gran satisfacción.

Este estilista profesional desde muy joven sintió esa pasión por la belleza y los estilos que marcan la personalidad a través del corte y color en el pelo. Asiste permanentemente a cursos y capacitaciones,  pero fue con la experiencia de su hija que desarrolló una mayor sensibilidad por esta población. Al respecto, considera que este trabajo sí representa un desafío para los estilistas y añade que “a estas bellas mujeres, muchas veces les hacemos un verdadero cambio de look”.

Además, cree que un verdadero reto es trabajar con la población con discapacidad cognitiva ya que muchas veces se debe convertir hasta en sicólogo de la familia, porque las chicas en general vienen acompañadas de sus familiares y los cambios de look se acuerdan en consenso con la familia. Aunque él insiste en escuchar primero a las jóvenes para respetar en lo posible su independencia, dice que “pasa que por ejemplo, una joven quiere tener el cabello corto o pintarse de colores y sus padres no están muy de acuerdo, así que ahí se tiene que mediar, y pensar en el mejor resultado para la chica o chico”.

Haspper le ha permitido a Andrea y otras chicas mejorar su apariencia física a través de experiencias creativas, personalizadas en estética y diseños con tendencias de vanguardia, pero más que todo con un buen corazón y disposición. Añade que “detrás de cada cliente satisfecho hay un equipo de trabajo capacitado, y la mejor selección de diseños, productos y buenos consejos”.