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La cumbia de todos

Historias del cielo, el agua y la tierra

Lado positivo_Ciénaga cumbiana

Lado positivo_Ciénaga cumbiana / SM

Colombia

Si Colombia tiene un lado positivo es su lado cumbiero. Música del cielo, del agua y de la tierra que nació en lo más profundo de los andes colombianos, que “tiene la cadencia de una tierra que cuando se cuenta no se olvida”. Que inundó de historias el lecho del Magdalena y cubrió con sus aguas doradas un delta que alimenta de pescado y cultura a todo un país. Un territorio que se quiso llamar Cumbiana.

Cumbiana permitió a Carlos Vives ser su voz. Contar la historia de un mundo en el que personas limpias, como se ve “La Nevada” desde la ciénaga en una mañana clara, tratan de subsistir, ayudan a otros. Gente que, a diario, busca preservar la cultura de la que fue hecha su imaginación, por ende, sus sueños, pesadillas, temores y deseos.

Canta Isaac Segundo López los versos que él mismo compone. Y los de otros artistas, porque lo que tiene es tiempo. Los canta a capella mientras boga 5 horas río arriba para recoger agua dulce en su lancha. Luego tiene otras 5, mientras boga de vuelta, para cantar, pensar, hablarse, responderse, filosofar. Todos los días de su vida boga con agua para abajo y por agua para arriba. Lleva más de 40 años siendo el único vendedor de agua dulce a domicilio de Nueva Venecia y Buenavista, poblados anfibios anclados en palafitos a la Ciénaga Grande de Santa Marta en los que el agua “entreverá” (dulce y salada), sobre la que reposan, no es apta para consumo humano.

Una algarabía rítmica de tamboras y guacharacas es un recreo en el colegio Intelecto, en el barrio Pescaito de Santa Marta. El maestro Alaín Manjarrez, gestor cultural y cofundador del proyecto educativo, está convencido de que la cultura y la educación deben ir juntas, por eso los instrumentos musicales autóctonos son como otros profesores de su institución. Maestros que enseñan la geometría que hace la cumbia en la arena, la aritmética de sus versos, la historia de sus protagonistas, la razón y filosofía de sus letras y la geografía de la que se apropió para hacerse endémica en todo un continente. Siempre junto a sus brillantes hijos: el porro y el vallenato.

Y entre Isaac y Alaín hay muchos, como la partera, enfermera, profesora, tanatóloga buenavistera, Manuela Guerrero, y sus historias de casi 90 años de “malahoras” y bendiciones. O Guillermo Yanez, médico que decidió abrir un gran restaurante en Pescaito para que los jóvenes del barrio trabajen en él y la comida típica reluzca en su propio entorno. Muchos para los que Carlos Vives y Claudia Elena Vásquez decidieron inventar la Fundación Tras La Perla. Una entidad que nació con dos, o tres pequeños objetivos de desarrollo social en el barrio Pescaito, pero que ha tomado proporciones inimaginables dentro del “Universo Vives” por sus resultados, por el cariño que profesan quienes han sido sus beneficiarios y por las necesidades identificadas dentro de su territorio, que se extendió a una ciénaga que Carlos Vives, Claudia Elena e Isabel Vásquez -Directora Ejecutiva de Tras La Perla- quieren recuperar y preservar.

“Tal vez estamos perdiendo la poesía en la música precisamente porque estamos perdiendo los ecosistemas que la inspiran. Carlos (Vives) dice que los ecosistemas no existen sin la gente y viceversa, por eso nuestra labor es educar y ayudar a preservar nuestras raíces y nuestra cultura”, explica Isabel Vásquez sobre esa relación simbiótica. Es la labor que quiere apoyar Diageo, mediante el Cóctel Cumbiana de Old Parr.

Claudia Elena Vásquez lo llama “desarrollo local basado en identidad, basado en las personas y todo su talento.” “En Tras La Perla gestionamos la creación y recuperación de infraestructura. Infraestructura que apunta al crecimiento cultural y social de comunidades como Pescaito y el Territorio Anfibio.” Este crecimiento va generando conocimiento de un territorio hasta ahora perdido entre aguas y papeleos de escritorio. Conocimiento que queda disponible para otros que quieran apoyar esta causa y aportar para cambiar el guion.

Cambiar el guion y disfrutar el lado positivo de la vida es lo que permite conectar en un solo latido al Territorio Anfibio, el barrio de Pescaito y a toda Colombia con el sabor del coctel Cumbiana el cual, desde su propósito, busca brindar desarrollo y progreso a toda esta región a través de la alegría y el hecho de celebrar la vida en todo momento y en cualquier lugar.

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