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Teleférico en el aire

Es muy probable que se declare desierta la licitación del cable de San Cristóbal por falta de proponentes.

Teleférico en Medellín, Colombia. Foto: Getty Images

Teleférico en Medellín, Colombia. Foto: Getty Images / Kryssia Campos

Los sistemas de teleférico han cambiado la cara de grandes zonas de Manizales, Medellín y Bogotá.

Estos sistemas de transporte masivo han sido especialmente benéficos en las empinadas Comuna 13 de Medellín y Ciudad Bolívar de Bogotá.

El de Medellín se llama orgullosamente Metrocable, como en Bogotá no hay metro se llama Transmicable (que le vamos a hacer, es lo que hay).

En fin, no nos vamos a poner ahora a hablar de quien condenó a la capital al bus porque el tema de hoy son los teleféricos.

La alcaldesa Claudia López quiere un sistema de cable aéreo para la zona de San Cristóbal en el sur de Bogotá. El proyecto planea tres estaciones conectando con TransMilenio en el 20 de julio, llegando a los barrios de La Victoria y Altamira. Beneficiará a 400 mil personas.

El proyecto debería estar listo en 2025 pero que aparentemente se va a frustrar.

La licitación termina en unos minutos. El Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) cerrará hoy a las 9 de la mañana la urna para recibir propuestas y probablemente se quedará vacía.

Es casi seguro que el proceso sea declarado desierto por falta de proponentes.

La licitación que fue muy acuciosa en los estudios técnicos, no contempló unas variables financieras cuando calculó los costos:

  1. Los impuestos
  2. La inflación
  3. El riesgo cambiario

El pliego de condiciones estima los impuestos distritales en 4 por ciento cuando en realidad es 10 por ciento.

Puede leer:

La inflación fue calculada en niveles inferiores a los que hoy soportan Colombia y el mundo.

Sin embargo, el mayor desplome es el riesgo cambiario. La obra fue calculada en pesos y ustedes ya saben lo que está pasando con la devaluación.

El presupuesto inicial ya se ha encogido un 10 por ciento por cuenta de la tasa de cambio y es básicamente incalculable lo que puede suceder en los próximos tres años, que es el tiempo de ejecución de la obra.

Cuando se abrió la licitación en septiembre, hace un mes larguito, el valor calculado por la administración de Bogotá era equivalente a 35 millones de euros. 37 días después, el peso se ha devaluado casi 10 por ciento. De los 35 millones solo quedan 32.

Los potenciales proponentes proyectan que el costo de la obra puede llegar a 55 millones de euros. Es decir están lejos del cálculo del distrito y así lo han manifestado en cartas al IDU.

El proyecto costará 100.000 millones de pesos más de lo estimado por el gobierno de Bogotá.

Los teleféricos urbanos no son como los turísticos. Tienen que aguantar trabajo pesado. El cable de San Cristóbal va a operar 18 horas al día, siete días de la semana y un nivel exigente de mantenimiento ya que sí se llega a varar van a necesitar remplazarlo por 150 buses en cada sentido.

Una obra de esas características solo tiene dos proponentes posibles. Los dos son europeos: La compañía austriaca Doplemier y la francesa Poma.

Solo estas dos empresas tienen la experiencia y capacidad que establece el pliego de condiciones de la licitación.

Doplemier construyó el cable de Ciudad Bolívar y Poma el de la Comuna 13 de Medellín, además del metro cable de Pereira y el del Chicamocha.

El Reporte Coronell puede confirmar que ninguna de esas empresas presentará oferta. Sus casas matrices considera que el precio calculado en pesos no permite hacer la obra.

La declaración de licitación desierta puede ser un golpe grande para la alcaldía de Claudia López que ha dicho que Bogotá necesita 7 sistemas de teleférico para atender a los habitantes de los barrios obreros en las montañas de la ciudad.

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