Judicial

Bloque Occidental: secuestrados jugaban ajedrez o veían películas con guerrilleros

Distintas unidades del Bloque Occidental que rindieron ampliación de su testimonio colectivo de forma escrita, no reconocieron vinculación alguna con el narcotráfico más allá del supuesto cobro de un “impuesto”.

Guerrilla de las Farc. Foto: Colprensa

Guerrilla de las Farc. Foto: Colprensa

La W conoció las ampliaciones de versión voluntaria rendidas por varios de los frentes y columnas que integraron el Bloque Occidental de las Farc estructura que sembró el terror en departamentos como Valle del Cauca y Cauca.

Dentro de las confesiones entregadas, el excomandante del Frente 30 de las Farc Luis Eduardo Prada González ‘Freddy’ afirmó, así como otros exmandos, que la guerrilla tenía vínculos con bandas de crimen organizado como ‘Los Cabezones’ en ciudades como Cali, para cometer secuestros.

“Como Mincho era el primero al mando fue quien principalmente manejó toda la parte organizativa para realizar estos secuestros. Por ese motivo era quien tenía comunicación directa con la banda delincuencial “los cabezones” y ellos eran quienes realizaban la inteligencia y captura de personas que vivían en Cali y tenían dinero suficiente para poder aportar a la organización” afirmó.

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Además, tanto Prada como otros exmiembros de frentes como el 30, el 29 y la Columna Móvil Manuel Cepeda o la Columna Móvil Jacobo Arenas reconocieron decenas de secuestros de mujeres, ingenieros, campesinos, comerciantes, extranjeros y hasta niños y menores de edad con fines de extorsión para el pago de rescates. Uno de los casos escabrosos fue el de la niña María Alejandra Cantoní.

“Esas son situaciones por las que nunca debe pasar una niña o un niño, estar alejados de sus padres sin saber lo que estaba pasando con claridad, estar en un sitio desconocido con personas desconocidas. Afectaciones psicológicas que sus padres sufrieron, la angustia de 12 horas si verla o saber qué estaba haciendo, si estaba bien o no” dijeron a la JEP.

Frente a los tratos a las víctimas defendieron que siempre se procuró brindarles un cautiverio lo más “digno” posible, hablaron de secuestrados que tenían la chance de ver películas con los guerrilleros, de jugar ajedrez, hacer ejercicio, comer “mecato” en fechas especiales y pocas veces ser amarrados con cadenas.

“Siempre la orden del día era proporcionarles la mejor atención en medio de esas circunstancias, que sabemos que es poco para unos civiles privados de su libertad de manera forzosa y en condiciones de guerra” respondieron ante la jurisdicción.

Según lo admitido por los excomandantes del Bloque Occidental de la guerrilla los cobros por la libertad de los secuestrados podían ir desde los 30 millones de pesos hasta miles de millones de pesos (mencionaron un caso donde a la familia del secuestrado se le exigieron $5.000 millones de pesos).

Es más, en el caso de una víctima llamada Francisco Menotti aunque el hombre se había fugado y ya no se encontraba con ellos, seguían presionando a la familia para que entregara más plata (habían “abonado” $50 millones de pesos).

Por otra parte, frente a la vinculación del Bloque con el narcotráfico no reconocieron relación mayor con el tráfico de drogas que el cobro de un “impuesto” a los que ellos aseguran eran los dueños del negocio, sin incriminar a las Farc en posesión de cultivos directamente.

Finalmente, frente al secuestro de los diputados del Valle del Cauca los comparecientes de distintas unidades reiteraron que a su juicio no hubo colaboración de políticos o la Fuerza Pública en la toma de la Asamblea del Valle y dijeron que el único colaborador fue un hombre llamado León Villegas que tenía un negocio de fotocopias dentro del lugar.

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