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Fidel Ochoa a Mario Montoya: “por respeto a las víctimas, que acepte su responsabilidad”

Sigue La W conversó con los sargentos en retiro Fidel Ochoa y Jaime Coral, dos de los ocho comparecientes que admitieron su participación en el asesinato y la desaparición forzada de 49 personas presentadas como “falsos positivos” entre 2002 y 2006.

Fidel Ochoa y Mario Montoya. Fotos: JEP / Colprensa (Archivo)

Fidel Ochoa y Mario Montoya. Fotos: JEP / Colprensa (Archivo)

El pasado 27 de junio, ocho exmilitares del Ejército Nacional admitieron en una audiencia pública de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), realizada en Dabeiba (Antioquia) ante víctimas del conflicto armado, su participación en el asesinato y la desaparición forzada de 49 personas que fueron presentadas como “falsos positivos” entre 2002 y 2006.

Los restos de los cuerpos de los “falsos positivos” que confesaron los exmilitares fueron hallados en diciembre de 2019 en el cementerio Las Mercedes de Dabeiba por un grupo de militares y magistrados de la JEP. Durante la investigación, se intervinieron un total de 29 fosas comunes y una bóveda en la que se encontraron 49 cuerpos, de acuerdo con el Instituto Nacional de Medicina Legal.

Sobre los falsos positivos de Dabeiba:

“Lo que manifestamos los comparecientes es que en esa época cometimos delitos muy graves y hoy en día estamos arrepentidos y dispuestos a reparar a las víctimas según lo que disponga la sanción de la JEP”, relató en Sigue La W el sargento en retiro Fidel Ochoa, uno de los ocho exmilitares que intervinieron ante el tribunal.

Ochoa agregó que ante la JEP ha reconocido más de 30 casos: “Tengo (unas 11 víctimas) en Dabeiba y otras en el sur de Bolívar”.

Sobre el reconocimiento de sus delitos coincidió el también sargento en retiro Jaime Coral, al advertir que “queremos restablecer el buen nombre de las víctimas, no eran combatientes ni delincuentes y esta región no es de gente mala”.

“Quiero resaltar que las víctimas son el centro del acuerdo y de los sueños de paz y reconciliación que vive nuestro país. Quienes perdieron la vida no eran combatientes ni delincuentes, sus familiares y los pobladores de esta región deben sentirse orgullosos, porque esta región es de pobladores dignos y trabajadores. Nosotros mancillamos su buen nombre con mentiras, señalando a sus pobladores como guerrilleros, cuando solo eran humildes campesinos”, enfatizó el sargento (r) Jaime Coral.

Modus operandi

Los mal llamados “falsos positivos fueron ejecuciones de civiles por parte de miembros del Ejército Nacional que luego eran presentados como guerrilleros muertos en combate. Según la JEP, al menos 6.402 jóvenes inocentes fueron engañados con promesas de falsos trabajos y ejecutados para mejorar las estadísticas de lucha contra la guerrilla y recibir recompensas o beneficios a cambio.

Sobre cómo operaba en Dabeiba esta estrategia, Coral relató que sus superiores les “mandaban a traer personas de Medellín para hacerle daño a la sociedad”.

“En los programas radiales, los comandantes de pelotón pasaban una vez al mes y exigían resultados como “litros” o “carrotanques” de sangre. A las unidades que daban resultados las felicitaban”, explicó Coral en Sigue La W.

El sargento (r) Coral también advirtió que no era un secreto para nadie que el general (r) Mario Montoya, quien fue comandante del Ejército Nacional hasta el 4 de noviembre de 2008, hacía esos programas radiales.

Por su parte, el sargento (r) Ochoa coincidió en este relato: “(Mario Montoya) decía que pusiéramos a los soldados a escuchar su voz en el radio donde manifestaba esto. Los resultados que él pedía eran muertos, no podían ser capturas (...) los permisos se otorgaban por número de muertos”.

Acerca de qué pruebas pueden existir de estas supuestas órdenes expresas de Montoya, Ochoa sostuvo: “Creo que hay comandantes de pelotón u otras personas que tienen grabaciones de estos programas”.

A su turno, Coral aseguró: “El soldado lo que hace es cumplir las órdenes de los superiores y eso hacíamos (...) a cualquier comandante uno le reportaba una captura y respondían: “¿cuántas bajas?”. Normalmente, lo que hacíamos era de acuerdo con los requerimientos (de nuestros superiores)”.

Las víctimas

En cuanto a las víctimas de estos delitos sistemáticos, Ochoa reveló que “hubo una práctica de ocultamiento de cuerpos y de identidades” en la que “siempre eran personas vulnerables o necesitadas” ya que, entre más vulnerables, “era menor el problema judicial” para los militares.

“Hacia nuestros superiores, no había ocultamiento de cuerpos. Era el “trofeo” de guerra”, señaló Ochoa.

También se refirió al transporte de las víctimas cuando empezaron a denunciarse estos hechos irregulares: “Cuando comenzamos a tener problemas judiciales, optamos por transportar personas de un lugar a otro. Según la persona a quien íbamos a interceptar, le proponíamos el engaño”.

Coral, por su parte, añadió: “(Las víctimas) eran habitantes de calle o personas vulnerables a quienes los soldados pudieran manipular. Les daban un almuerzo o una sudadera”.

Las recompensas

En cuanto a las recompensas que recibían los pelotones por estos actos, Ochoa aseguró que Montoya era “enfático en decir que el pelotón que no mostrara resultados (muertos) no podía salir a permiso”. Por eso, agregó, había pelotones que duraban hasta 9 o 10 meses sin ver a sus familias.

De esta forma, Ochoa informó que desde la década de los 90 comenzó esa competencia entre batallones a nivel nacional en la que “todo se medía por número de muertos para seleccionar las comisiones que iban al exterior”.

Duro mensaje a Mario Montoya

En diálogo con Sigue La W, Ochoa envió un duro mensaje al general (r) Montoya: “Yo le diría a Mario Montoya que, por estos mismos hechos que hoy reconozco, él nos felicitaba y daba premios, pero hoy se averguenza de eso”.

Además, aclaró que no está evadiendo su propia responsabilidad, pero que Montoya “también lo es”.

“Así como nosotros, como mandos medios, estamos reconociendo y diciendo que estamos arrepentidos, así como estamos aportando a la verdad, nos gustaría que él pusiera la cara. Por respeto a las víctimas, le digo que acepte su responsabilidad”, advirtió el sargento (r) Ochoa.

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