Controversia en el mundo cultural por venta de dos obras de Débora Arango
Existía un compromiso para conservar completa la colección que la artista donó al Museo de Arte Moderno de Medellín

Controversia en el mundo cultural por venta de dos obras de Débora Arango
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Débora Arango. Foto: Radio Nacional de Colombia
Débora Arango, la gran pintora antioqueña, desafió todos los parámetros de su tiempo. Los desnudos de sus óleos y acuarelas escandalizaron a la sociedad pacata de su época.
También las denuncias sociales plasmadas en su obra que pusieron la atención en las víctimas, algo absolutamente inusitado en la Colombia de esos años.
Hace unos días el periodista José Fernando Hoyos, en la Revista de Papel, escribió un magnífico artículo revelando que el Museo de Arte Moderno de Medellín, institución a la que Débora Arango le donó –en vida– la mayor parte de su obra está vendiendo dos de sus pinturas más representativas al Banco de la República, con la justificación de que necesita fondos para sostener la colección de Débora e impulsar a nuevas artistas.
Vamos primero con la historia de la donación. En 1986 y 1987, mediante dos escrituras públicas, la pintora decidió donar 233 óleos y acuarelas al Museo de Arte Moderno de Medellín.
A cambio de la generosa donación, la institución adquirió dos compromisos:
–Primero: que la obra de la artista permanecería colgada en su casa de Envigado hasta el día de su muerte.
–Y segundo, de acuerdo con quien fue el gestor de la donación, el museo prometió conservar junta su obra.
La artista expresionista tenía 79 años cuando firmó las escrituras donando su invaluable colección. Su larga y prolífica vida terminó 19 años después. Murió en su casa de Envigado en 2005, cuando tenía 98 años.
Su sobrina Cecilia León inició procesos civiles y penales porque consideró que el museo no tenía derecho a quedarse con la obra que su tía le había donado años antes a la institución.
El largo y sonado pleito terminó conciliándose de manera salomónica: La sobrina conservó doce obras con retratos de miembros de la familia y el Museo de Arte Moderno de Medellín se quedó con 233 cuadros que constituyen la colección más completa de Débora Arango.
El trabajo de la pintora expresionista fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por lo cual su compra y venta están sujetas a condiciones legales y a la autorización del Ministerio de Cultura.
Hace unos días, gracias al artículo de José Fernando Hoyos y a publicaciones de El Espectador, El Colombiano y La República, se supo que silenciosamente avanzaba un negocio para vender dos de las obras más representativas de Débora Arango.
La primera se llama Madona del Silencio, se trata del óleo de una mujer dando a luz en un marco de soledad y pobreza. La artista produjo esta impresionante pieza en 1946 después de visitar la cárcel del Buen Pastor y conocer las condiciones de vida de las reclusas. Ustedes pueden verla en la página de la W.

Madona del Silencio
La segunda obra está titulada Rojas Pinilla es una obra de crítica política. Muestra a un grupo de sapos tomando champaña sobre la bandera nacional dispuesta como una mesa debajo de la cual hay bolsas de dinero. Alrededor de la celebración de los batracios están enterrados los esqueletos de sus víctimas.

El intento de venta de las dos obras empezó por una oferta que el Museo de Arte Moderno de Medellín le hizo al Banco de la República, y no por “interés del banco” como se ha querido presentar.
Como la comercialización de bienes de interés cultural necesita el visto bueno del Ministerio de Cultura, fue ahí donde se encendieron las alarmas.
La directora del Museo de Arte Moderno de Medellín, María Mercedes González, argumentó que con la venta de las obras se podría: “ampliar la difusión y alcance del trabajo de la maestra Débora Arango, que hoy reposan en la colección del Museo y que revisten de especial importancia para la cultura a nivel nacional. De igual forma, los recursos obtenidos son necesarios para la preservación de la colección de la maestra, del cumplimiento general de la misión y funciones sociales y culturales del MAMM”.
La Dirección de Patrimonio y Memoria del Ministerio respondió negando la autorización advirtiendo que la maestra Débora Arango había hecho una donación irrevocable de su obra al Museo de Medellín y que eso impide que vaya a otra entidad. Advirtió también que “es importante entender que esta colección debe verse como unidades indivisibles, pues su conformación obedece a asuntos históricos, artísticos, políticos, jurídicos, entre otros, que ocurrieron en una época e intención determinadas. Disgregarlas puede llegar a afectar sus valores como parte de un conjunto”.
A pesar de la negativa, la directora del Museo de Arte Moderno de Medellín ha seguido insistiendo en que se le autorice la venta de las dos obras, diciendo que “la decisión del Ministerio, bajo argumentaciones erróneas y falsa motivación, afecta gravemente el patrimonio del MAMM (entidad sin ánimo de lucro), pues lo convierte en un patrimonio sin posibilidad de disposición, con lo que se vulnera el derecho de propiedad”.
El Consejo Internacional de Museos (Icom), del cual hace parte el MAMM, ha reprochado el intento de venta a través de un comunicado invocando la ética con que se debe manejar un museo.
El comunicado dice que el Museo de Arte Moderno de Medellín debe buscar recursos en otro lado y no a través de la mutilación de su valiosa colección.
En los próximos días, el Ministerio de Cultura decidirá si acepta o no el recurso legal para autorizar la venta de los dos óleos de Débora Arango, una artista que dedicó buena parte de su obra a denunciar la codicia de los poderosos y que quiso que su creación estuviera cerca del lugar donde vivió, creó y murió.
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