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Derecho de réplica respecto de las notas sobre la Iglesia de Scientology

Esta es la carta del abogado Leonid Ávila Guarnizo, quien advierte su rechazo a las entrevistas y artículos publicados por la W Radio sobre la Iglesia de Scientology en Colombia

Iglesia de Scientology. Foto: Getty Images

Referencia: Nota de protesta por sus Informaciones inveraces, tendenciosas y faltas de objetividad sobre la Iglesia de Cienciología expresadas en sus notas periodísticas durante el mes de agosto de 2018. Informaciones falaces y discriminatorias vulneradoras del Derecho Fundamental a la Libertad Religiosa y a otras garantías constitucionales.

El suscrito Leonid Ávila Guarnizo, abogado Especialista en Derechos Humanos, se permite dirigirse a la Dirección de la Emisora W, con el fin de elevar Protesta formal  por la Información inveraz, tendenciosa y sin sustento objetivo relacionada en las informaciones  periodísticas, en el asunto en referencia que violan el derecho a la libertad religiosa, no solo de la Iglesia de Scientology que incluyen su derecho a desarrollar programas sociales y humanitarios junto con organizaciones laicas afines para la mejora de la sociedad y el bien común independiente de sus doctrinas, como tarea primordial de cualquier religión, vulnerándose también el derecho fundamental de libertad religiosa de los miles de creyentes que practican ésta confesión minoritaria legítimamente constituida en Colombia y a que sus creencias no sean objeto de ridiculización, discriminación o de promoción de odio religioso. Informaciones tendenciosas y amarillistas sobre Scientology que no se corresponden con la verdad ni con las obligaciones constitucionales y al ejercicio de un periodismo basado en investigaciones serias y objetivas y el correlativo derecho de los ciudadanos de recibir Información veraz e imparcial y a que no se promuevan noticias sensacionalistas que generan  la discriminación e intolerancia religiosa.  

A raíz de un premio otorgado por la Policía Nacional de Colombia al líder religioso de Scientology Internacional, de las decenas de reconocimientos que se han hecho por la ingente labor de promover campañas de educación en derechos humanos y valores morales no religiosos en nuestro país desde hace más de 10 años[1] así como en el mundo; no se resaltó, como hubiera sido lo correcto, el que se hubiera entregado el justo reconocimiento por esa magna y humanitaria labor que se ha hecho en acompañamiento de la tarea en el fortalecimiento y consolidación de una cultura por la comprensión y el respeto de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario, que han tomado como prioridad los estamentos de la fuerza pública, Policía, Ejército y Armada en un país convulsionado con una guerra de más de 50 años donde las violaciones de los derechos humanos han estado en el centro de atención, y que según datos de las mismas instituciones al usar los materiales y capacitación de la Campaña “Jóvenes por los Derechos Humanos[2]” complementarias a la actividad educativa ha ocurrido “una disminución aproximadamente del 96% en el número de quejas y denuncias sobre violaciones de derechos humanos”[3] , pero en lugar de comprender y verificar el gran aporte desplegado y las muestras de agradecimiento en el trascendental apoyo y efectividad en prevención de un tema tan crucial, la emisora que usted dirige  magnificó una supuesta irregularidad relacionada con la entrega del reconocimiento por un miembro de la policía que actualmente se haya en retiro, remarcando que debió entregarse por algún funcionario autorizado, tachando la relación de las organizaciones afines a Scientology que han entregado por años estas capacitaciones y educación efectiva dentro del marco jurídico legal, que ni siquiera se molestó en indagar; y a partir de aquella información implementó en el fondo toda una campaña difamatoria basada en ataques contra la Iglesia de Scientology, tachándola de secta, como también denigrando, falseando y ridiculizando los contenidos de sus creencias y de contera estigmatizando y promoviendo una fuerte discriminación contra los miles de cienciologos que practican ésta religión, haciendo propaganda de apologistas del odio religioso y tergiversando la acción y campañas de mejoramiento social como dimensión autónoma  independiente de la doctrina religiosa propiamente tal. Ocultando y falseando la verdad y sin realmente realizar una verdadera investigación objetiva, seria y veraz.

En efecto, en sus notas periodísticas usted y sus periodistas tachan a Scientology como una secta, descalificándola abiertamente, lo que indirectamente ataca la libertad de creencias de todos los cienciologos, difamando en contra de su fundador y de su líder religioso y repitiendo toda la sarta de infundios presentados por medios sensacionalistas y amarillistas en EEUU; dirigiendo y promoviendo de ésta forma una abierta discriminación a ésta minoría religiosa reflejando una elevada hostilidad hacia el derecho a la libertad religiosa; lo que no es nuevo, sino que desde hace varios años lo viene realizando.   

Contrario a los calificativos denigratorios e insultantes de tachar Scientology como secta, es claro que en realidad no existe ningún teólogo reconocido que haya hecho referencia a un supuesto carácter de secta  de Scientology, sino que por el contrario expertos, sociólogos y teólogos reconocidos a lo largo de todo el planeta han hecho investigaciones concienzudas reconociéndole plenamente su condición de religión a Scientology[4], para la muestra, está el profesor Dr. Bryan R. Wilson, Ph.D. Miembro Emérito Universidad de Oxford, Inglaterra, que en su variada bibliografía cataloga dentro de la diversidad en las religiones, como un ejemplo moderno a la religión de Scientology con una detallada descripción del porqué de tal adscripción[5]. Los expertos más destacados del mundo en los campos de la religión comparada, la historia de la religión, estudios religiosos y sociología coinciden en que Scientology es una religión mundial. Gracias a su interés en las principales e incipientes religiones mundiales, distinguidos eruditos han publicado numerosos estudios, opiniones y documentos constatando a Scientology como religión de acuerdo a una lista de normas mundiales por las que se puede juzgar cualquier religión. Aunque estos expertos y eruditos tienen su propia trayectoria cultural y métodos de análisis singulares, todos han concluido de forma independiente que Scientology posee los elementos y características que se requieren para calificar a una religión como genuina.

Millones de Scientologist creen sinceramente y han adoptado los principios religiosos y prácticas de la religión. Para cada uno de ellos, Scientology es su auténtica religión y satisface sus necesidades espirituales más profundas. Esta es la prueba más importante de toda religión. Sin embargo, si uno se basa en fuentes secundarias, no hay un experto religioso genuino en ningún lugar que no reconozca a Scientology como religión.

 Pero para no ir más lejos en Colombia, el teólogo Doctor Fabián Salazar Guerrero[6], gran promotor del diálogo ecuménico e interreligioso, con formación de más de 25 años como teólogo, y larga experiencia como docente en las aulas universitarias de las más prestigiosas facultades de teología de Colombia, hizo un trabajo de investigación en 2017 denominado “Sistema Religioso de Scientology” donde acredita conclusivamente que Scientology cuenta con las características de ser un Sistema Religioso Articulado, Orgánico, Aplicable y Actual y que como Religión cuenta con un conjunto de creencias identificables y diferenciables, además que comparte creencias comunes como la naturaleza espiritual y eterna del hombre, basado en un trabajo de campo y documental.

Todas esas investigaciones plenamente documentadas en textos publicados, la mayoría, en la web dan cuenta del carácter abierto y detallado de las prácticas y culto que se desarrollan al interior de la Iglesia de Scientology, al igual que en todos los documentos respaldados y verificados por la Oficina de Asuntos Religiosos del Ministerio del Interior del Estado de Colombia donde están archivados y de información pública todo el sustento y fundamentación por la cual se otorgó personería en Colombia que determina a Scientology reconocida como una verdadera religión, aspecto que no se ha investigado por parte de la Emisora W, como es su deber ético y periodístico en honra a la veracidad e imparcialidad a la está también obligado constitucionalmente como medio informativo.

Esto muestra que la emisora W no ha sustentado con ningún reconocido experto, teólogo o sociólogo de las religiones algún dato objetivo que siquiera contradijera el carácter verdaderamente religioso de Scientology y ha eludido investigar realmente los conceptos y estudios de expertos que han hecho trabajos serios sobre la religión de Scientology, como para que demuestre que ha verificado su información de manera veraz e imparcial, pero aparte de mostrar un intenso nivel de grave irrespeto a las libertades religiosas, ha demostrado una supina ignorancia al tratar de tergiversar burdamente las legítimas acciones sociales que como religión legalmente constituida y reconocida en Colombia, como en el mundo[7] ha hecho la Iglesia de Scientology con sus organizaciones laicas afines, que verdaderamente se dedican exclusivamente a fomentar la educación en valores laicos (Camino a la Felicidad), o la campaña mundial “Por un mundo libre de drogas” y “Juventud por los Derechos Humanos que tanta falta le hace a nuestra nación y que ha hecho como en el caso de nuestra fuerzas armadas, adquieran ya un prestigio no solo nacional sino también internacional de una clara consciencia, comprensión y respeto a los derechos humanos. Punto trascendental que la emisora La W ni se ha percatado o ni ha focalizado, en su afán de apoyase en propagandistas anti cultos, muchos de ellos ex – integrantes de la Iglesia de Scientology que se han dedicado a falsear la realidad sobre Scientology.

En efecto, la emisora La W se ha dedicado, sin hacer una investigación imparcial a tomar dichos de ex- miembros de esa comunidad o en programas sensacionalistas que han promovido noticias amarillistas sin ningún sustento real y la mayoría de ellos han sido expulsados por actos criminales o por actos de deshonra a la Iglesia o que se han prestado por dinero a inferir calumnias e injurias, sin que a la fecha exista investigación judicial o condena alguna que acredite tales falacias.

Ahora bien, éste tipo de la llamada apostasía, ocurre cuando un, hasta entonces, creyente aislado renuncia a su anterior adhesión religiosa y ese miembro procede luego a ridiculizar o vituperar sus creencias anteriores y denigrar a aquellos que anteriormente eran sus asociados más cercanos.

Los sociólogos y otros investigadores de las religiones minoritarias han llegado a reconocer una constelación, en particular de motivos que impulsan a los apóstatas a la posición que adoptan relativa a su anterior compromiso religioso y su más reciente renuncia al mismo. Los académicos han llegado a reconocer la “historia de atrocidades” como un género característico del apóstata, e incluso han llegado a considerarlo como una categoría de fenómenos reconocibles [d. C. Shupe, Jr., y D. G. Shupe, Jr., y D.G. Bromley, “Apóstatas e historias de atrocidades”, en B. Wilson, The Social Impact of the New Religious Movements (edited), New York: Rose of Sharon Press, 1981 179-215].

Tal como lo evidencia el experto Bryan R. Wilson en “Apóstatas y nuevos movimientos religiosos”[8] : “Ni el investigador sociológico objetivo ni el tribunal pueden considerar con presteza al apóstata como una fuente de evidencia sólida o digna de crédito. Siempre debe ser visto como alguien cuya historia personal le predispone a los prejuicios con respecto tanto a su anterior compromiso religioso como a sus afiliaciones, debe surgir la sospecha que actúa desde una motivación personal para justificarse a sí mismo y recuperar su autoestima, mostrándose a sí mismo habiendo sido primero una víctima, pero posteriormente habiéndose convertido en un cruzado redimido. Como varios casos han indicado, es probable que sea sugestionable y esté listo para ampliar o embellecer sus quejas para satisfacer a esa especie de periodista cuyo interés está más en el ejemplar sensacional que en una declaración objetiva de la verdad.”

De manera tal que una investigación que conduzca a proveer una información seria, objetiva e imparcial debe garantizar los compromisos de verificaciones y cautelas necesarias para evitar caer en el llamado sensacionalismo y amarillismo, que desafortunadamente ha incurrido la emisora La W con estas “Notas Periodísticas” base de nuestra protesta; y con los que se afectaron los derechos de libertad religiosa y de consciencia de una religión nueva como Scientology, que aparte de sus creencias, promueve una campañas sociales y humanitarias con sus fundaciones seculares afiliadas acorde con la influencia civilizadora y benefactora que tiene toda religión  legítima y legalmente acreditada.

De acuerdo a los estándares de ética informativa y el deber de investigación veraz e imparcial a profundidad respetando el derecho humano a la libertad religiosa y a la no discriminación y no estigmatización de las religiones y sus seguidores; un medio de comunicación responsable nunca debería promover el odio religioso, ni a inmiscuirse en asuntos sagrados relacionados con el credo, los ritos religiosos y las instituciones religiosas, como también debería abstenerse de alentar o instigar la burla, el desprecio o el odio basado en la religión o creencia; tampoco debería referirse a las religiones o las instituciones religiosas en un contexto de prejuicios, sesgado o peyorativo, y si debe hacer referencias religiosas en aspectos esenciales para el tema tratado o para facilitar la comprensión, debería hacerse con precisión, de modo justo, imparcial y respetuoso; en fin un medio de comunicación responsable evita referencias discriminatorias o denigrantes de creencias religiosas y valores espirituales.

Debería saber un medio de comunicación responsable que La libertad de religión o creencia es un derecho fundamental de cada ser humano. Es un derecho humano universal que se aplica a todas las personas igualmente en todas partes, sin importar quiénes son, dónde viven, su edad, género, raza o etnia, y lo que crean o no crean[9]. Y que la libertad de religión o creencia es un amplio haz de derechos que abarca una amplia gama de cuestiones distintas pero interrelacionadas, y que el derecho a la libertad de religión o creencia abarca la libertad de conciencia y el compromiso con la religión o la creencia en todos los asuntos[10]. Y que no es un privilegio proporcionado por un gobierno, sino un derecho innato del individuo. Como se registra en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, “todos están dotados de dignidad y conciencia”. No olvidar que cada religión es una minoría religiosa en algún lugar así como que la libertad de religión o creencia también implica dar la debida consideración y respeto a las personas que pertenecen a las minorías religiosas. Estas personas tienen derecho a disfrutar de su propia cultura, a profesar y practicar su propia religión, y a usar su propio lenguaje, en privado y en público, libremente y sin ninguna interferencia o cualquier forma de discriminación.

Debería tenerse en cuenta que La discriminación religiosa está prohibida bajo la ley internacional de derechos humanos y que ningún individuo o grupo puede estar sujeto a la discriminación por cualquier Estado, institución, grupo de personas, o persona por motivos de religión u otras creencias. Esto incluye cualquier tendencia a discriminar en contra de cualquier religión o creencia por cualquier razón, incluyendo el hecho de que estén recién establecidas, sean no teístas, no tradicionales o representen minorías religiosas[11]. Y sobre todo que La discriminación entre los seres humanos por motivos de religión o creencia constituye una afrenta a la dignidad humana y un repudio de los derechos humanos y las libertades fundamentales proclamados en la carta de derechos de las Naciones Unidas. También constituye un obstáculo para las relaciones amistosas y pacíficas entre las naciones y las comunidades[12].

Señor periodista, lo que está en juego aquí es el pluralismo religioso y el funcionamiento de una democracia en una sociedad abierta libre de discriminaciones e intolerancias religiosas. En la sufrida sociedad europea se ha avanzado mucho en ésta materia, incluso el Tribunal de Derechos Humanos europeo también prohíbe al Estado que reinterprete, malinterprete, analice, evalúe o examine creencias religiosas o la expresión de estas creencias. Ese Tribunal ha observado que en principio el derecho a la libertad de religión para los propósitos de la Convención excluye la evaluación por el Estado de la legitimidad de las creencias religiosas o las formas en que esas creencias religiosas se expresen (ejemplo, en la Iglesia Metropolitana de Besarabia y Otros contra Moldavia, (13 de diciembre de 2001); Todas estas garantías se extienden también a los medios de comunicación; o por lo menos que al hacer sus investigaciones sean objetivos, veraces, justos e imparciales.

Esperamos que la emisora que usted dirige corrija los infundios que plasman sobre Scientology y provea una rectificación adecuada, veraz e imparcial a ésta Iglesia y a los miles de seguidores que creen en la espiritualidad y en la ayuda humanitaria, desinteresada y de buena voluntad que aportan las religiones para el bien común y en apoyo a la paz y la convivencia.