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El colombiano que desafía la muerte limpiando las morgues de COVID-19 en Nueva York

Raul, un oyente de La W, contó la dura experiencia que vive mientras trabaja desinfectando los camiones que se adaptaron cómo morgues para atender la emergencia por coronavirus.

El colombiano que desafía la muerte limpiando las morgues de COVID-19 en Nueva York

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Raul, un oyente de La W, contó la dura experiencia que ha vivido mientras trabaja desinfectando los cadáveres que ha dejado el COVID-19 en la capital del mundo. . Foto: Getty Images

Raúl trabaja en la desinfección de los trailers que se han implementado como morgues en Estados Unidos. Se trata de los contenedores gigantes que se utilizan como bodegas de cuerpos. 

“Salen de los hospitales y los recibimos para refrigerarlos en las camas”, con este trabajo Raúl ve veintenas de cadáveres al día. 

Raúl comentó que al principio había tanto caos que muchos de los cadáveres llegaban sin etiquetas. “Ahora tenemos un protocolo para solucionar esto”, aclaró. 

Tuvimos dos semanas duras, pero a partir de la semana pasada estamos recibiendo casi diez cadáveres por día”, agregó Raúl.

Él contó que cuando empieza a trabajar a las ocho de la mañana se pone un traje especial de bioseguridad que no se puede quitar hasta la hora del almuerzo. “El primer día nos dijeron que debíamos tener mucho cuidado con los líquidos y los plásticos”.

Además, en su lugar de trabajo tienen un protocolo de desinfección y al llegar a su casa, Raúl debe desinfectar toda su ropa. “Con cualquier descuido te puedes infectar. La recomendación es que en cuanto alguien se sienta mal se debe aislar”.

Raúl explicó que en cada uno de estos trailers alcanzan a cargar hasta 40 cuerpos de personas fallecidos. Sin embargo, para él lo peor ha sido tener que ver tanta gente morir en tan poco tiempo, “tocar el cadáver no es tanto, te quedas con las imágenes cuando una persona no tiene etiqueta y toca abrir la bolsa para tomarle la foto. Te quedas con ese trauma de ver tanta gente muerta”.

Finalmente, comentó que un 70% de los cuerpos que recibe son de personas de la tercera edad. "También he visto personas más jóvenes y gente que se veía muy fuerte y parecía que podía luchar contra esto, pero la mayoría son personas mayores de 60 años y gente hispana"

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