Me pagaron $600 millones en efectivo envueltos en bolsas de basura: Sepúlveda
Desde la cárcel La Picota de Bogotá, el hacker Andrés Sepúlveda habla sobre su posible incorporación a la JEP y asegura estar dispuesto a contar toda la verdad.
Andrés Sepúlveda en La W. Foto: La W con Vicky Dávila
El “hacker” Andrés Sepúlveda, quien infiltró el proceso de paz del gobierno de Juan Manuel Santos con las Farc, asegura que buscará un cupo en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) con el fin de beneficiarse de la ley de amnistías e indultos. Para ello, esgrime el argumento de que todos los hechos punibles por los que ha sido condenado hasta la fecha “tienen un claro y preciso nexo causal con el conflicto interno”.
El anuncio, que no ha estado exento de polémica después de generar distintos tipos de reacciones como suspicacia, indignación y sorpresa, ocurre al mismo tiempo en que se discute sobre el hecho de que Sabas Pretelt, Diego Palacio y Alberto Velásquez también se acojan a la JEP y cuenten toda la verdad.
En diálogo con La W, Sepúlveda, quien ha cumplido tres de los diez años de prisión que le fueron imputados, asegura que la orden de interceptar las comunicaciones que se producían al interior de los diálogos entre el Gobierno y las Farc en La Habana vino de Luis Afonso Hoyos pero desconoce quién le dio la orden a él.
De esta manera, Sepúlveda asegura que ha contado todo aquello de lo que tiene certeza absoluta y evidencia. No obstante el “hacker”, condenado por concierto para delinquir, espionaje, uso de software malicioso, acceso abusivo a sistemas informáticos y violación de datos personales, indica que aunque aún tiene más cosas por contar, no se trata de información nueva sino que no se le dio manejo adecuado cuando la reveló en el pasado.
“Muchas cosas que yo conté no fueron incluidas en el caso”, precisa Sepúlveda. Además, agrega que quiere dejar claro que no es santista ni uribista, y que su propósito al interior de la campaña de Zuluaga era obtener información que pudiera tumbar el proceso de paz con las Farc.
De esta manera, Sepúlveda advierte que cree que Óscar Iván Zuluaga sí estaba al tanto de las chuzadas y que tanto él como su hijo David, el entonces gerente de campaña, deben responder ante la Justicia. “Para la campaña nunca me reuní con Uribe (…) solo con Zuluaga”, precisa el “hacker”.
Respecto a Julián Quintana, exdirector del CTI de la Fiscalía, Sepúlveda advierte que su actitud al renunciar fue incoherente, cínica y mezquina, ya que cuestiona que si él sabía algo al respecto, por qué nunca dijo nada.
Finalmente, Sepúlveda revela que ha recibido mínimo una amenaza de muerte al mes y que después de que fue capturado, recibió cerca de 200 millones de pesos que utilizó para pagar a sus abogados, en medio del proceso de conciliación.