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El vuelo de Apis, la colmena educativa española que recorre Suramérica

Un matrimonio español y sus tres hijas emprendieron hace seis meses "un viaje por la educación" suramericana en busca de proyectos transformadores.

Se denominan "El vuelo de Apis" y tras recorrer seis países llegan a Argentina para seguir "polinizando escuelas" con su peculiar colmena educativa.

Conscientes de que la vida se pasa muy rápido, hace un año y medio la familia Melero Sanz pulsó el botón de "stop" en su rutina sevillana (sur de España) y puso todo su empeño en un viaje por América Latina que le permitiera "mirar el mundo con otros ojos" y conjugar sus tres pasiones: la educación, la familia y los viajes.

"Tenemos hijas y queremos que crezcan viendo el mundo desde otra perspectiva, otras formas de hacer, entender, desde otra cultura y, además, nos atrapó el hecho de conocer por conocer", explicó a Efe Ingrid Sanz Rupp, una de las ideólogas del proyecto.

Contaban con "cero ahorros" para lanzarse a la aventura pero no dudaron en ponerse fecha: el 8 de agosto de 2016 arrancaría su periplo.

Tras un intenso año de preparación en el que pusieron "toda la creatividad al servicio del viaje" lograron cumplir su objetivo: reunir unos 30.000 euros (31.805 dólares) ajustándose el cinturón y vendiendo cosas prescindibles, y lograr pequeñas "colaboraciones" de empresas y amigos para seguir dando forma a su sueño.

"Nuestra previsión inicial era hacer unos 30.000 kilómetros en todo suramérica, pero ya llevamos unos 22.000 y estamos a la mitad del viaje", confiesa Andrés Melero, el otro cerebro de "El vuelo de Apis", un homenaje al nombre científico de la abeja europea que, como ellos, necesita del trabajo en equipo y su comunidad para sobrevivir.

Iniciaron el viaje en Santa Marta, al norte de Colombia, y en una especie de persecución del buen tiempo han recorrido Ecuador, Bolivia, Perú, Chile, Uruguay y ahora llegan a Argentina para exprimir al máximo el país austral.

Día a día, a través de las redes sociales y de su blog van contando sus vivencias y reportando aquellos proyectos que transforman la realidad social de su entorno para darles visibilidad.

"En un momento en el que todos los países se están cuestionando los sistemas educativos porque no funcionan y no les damos a nuestros hijos lo que les queremos dar, hay mucha gente con poquísimos recursos, con apoyo cero y que sin embargo por querer cambiar una situación están haciendo cosas maravillosas y transformando la vida de los chicos", explicó Sanz Rupp.

Creen profundamente que "otra educación es posible" y buscan estimular al máximo la creatividad y participación de los niños en su propia formación.

"Un sueño sería lograr una red que conectara todas esas experiencias porque nos da pena que al final se queden como islitas", agregó la abeja reina de esta colmena viajera, quien espera que su iniciativa motive y anime a la comunidad educativa a un cambio de paradigma.

La web cuenta con un espacio dedicado a los sueños de decenas de niños que han ido encontrándose a su paso, de proyectos educativos que emergen en zonas de conflicto o en regiones totalmente desconectadas del mundo y un Tryp Schooling en el que las más pequeñas de la familia (Noa, Cloe y Elsa, de 5, 7 y 9 años, respectivamente) aprovechan para aprender a su manera.

En pequeños videos las tres niñas explican con sus palabras a otros jóvenes conceptos típicos y adaptados a sus edades de una determinada región en la que se encuentran.

En Argentina, por ejemplo, no podía faltar el mate.

No van a la escuela ni tienen las rutinas típicas, pero trabajan las materias instrumentales con su madre y adquieren en primera persona valores como la "hospitalidad y la generosidad" cada vez que abren la puerta de casa de una de las familias que les acoge.

"Están empezando a valorar cualquier jueguito que antes no, están aprendiendo a valorar las cosas que tienen de otra forma" y aunque suponen que a la vuelta se adaptarán fácilmente a las comodidades de su Sevilla natal, la experiencia siempre formará parte de ellas, y eso es lo que más motiva a sus padres.

Hoy, esta familia vive en una improvisación constante con la que, además, han logrado "romper esos tópicos" que les llegaban a través de las noticias para "conocer de primera mano" una realidad "maravillosa" con la que ver crecer a sus hijas.

"Hemos visitado zonas donde la gente tiene mucho menos que nosotros pero son felices", remarcan.

Una verdad que descubren de la mano de nativos que les abren las puertas de su hogar, más de 60 en los últimos seis meses, y sus escuelas, con el que realizan un viaje "mucho más profundo" hasta el corazón de cada etnia.

Su parada estratégica en Buenos Aires dará inicio a otros seis meses dedicados a descubrir lo que les falta de Argentina, Chile, Paraguay, y enfrentarse a la inmensidad de Brasil, "otro continente" -aseguran-, pero con la adrenalina de que ya ha empezado para ellos la cuenta atrás para la vuelta a casa.

Eso si, por su cabeza ya ronda la posibilidad de un nuevo viaje a África o Asia.

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