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China rechaza boicot a los Juegos Olímpicos de Invierno y aseguró que “EE.UU. pagará el precio”

Un portavoz diplomático de China acusó a Estados Unidos de violar el principio de neutralidad política en el deporte.

China rechaza boicot a los Juegos Olímpicos de Invierno y aseguró que “EE.UU. pagará el precio”

China rechazó el martes el “boicot diplomático” de Estados Unidos a los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín en nombre de los derechos humanos y dijo que Washington “pagará el precio”. A dicho movimiento también se habían sumado otros países como Australia, Reino Unido y Canadá.

Estados Unidos aseguró que enviará a sus atletas, pero no a representantes diplomáticos a los Juegos Olímpicos de 2022 debido a las violaciones de los derechos humanos cometidas por China, especialmente en la región de mayoría musulmana de Xinjiang (noroeste), anunció el lunes la Casa Blanca, ignorando las advertencias chinas.

El portavoz diplomático de China, Zhao Lijian, acusó a Estados Unidos de violar el principio de neutralidad política en el deporte.

“El intento de Estados Unidos de interferir en los Juegos Olímpicos de invierno debido a su prejuicio ideológico, basándose en mentiras y rumores, solo pone de manifiesto sus dañinas intenciones”, dijo Zhao.

“Estados Unidos pagará el precio de sus malas pasadas”, afirmó. “Estén atentos”, respondió cuando se le preguntó sobre las represalias de China y volvió a calificar de “mentira del siglo” las acusaciones occidentales sobre la situación en Xinjiang.

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En Washington, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, justificó el lunes la decisión del gobierno de Biden. Al estar presente, “la representación diplomática estadounidense trataría estos Juegos como si nada hubiera pasado, a pesar de las flagrantes violaciones de los derechos humanos y las atrocidades de China en Xinjiang. Y simplemente no podemos hacer eso”, sostuvo la portavoz.

“Los atletas del Team USA cuentan con todo nuestro apoyo. Estaremos 100% detrás de ellos mientras los animamos desde aquí”, afirmó.

Varias organizaciones de derechos humanos acusan a Pekín de haber internado al menos a un millón de musulmanes en Xinjiang en “campos de reeducación”.

Las autoridades chinas denuncian sistemáticamente la “injerencia” de los occidentales que condenan esta situación, asegurando que son “centros de formación profesional” para apoyar el empleo y combatir el extremismo religioso.