Las escalofriantes confesiones de reclutamiento de menores y ajusticiamiento en las Farc
Tras los testimonios de excomandantes del quinto frente de las Farc que conoció Sigue La W, la Procuraduría hizo un llamado para que pidieran perdón por el reclutamiento de menores.

A girl writes on a placard messages alluding to peace on April 9, 2013, in Cali, Valle del Cauca department, Colombia, during a national march in support of the peace process ongoing in Havana between the Revolutionary Armed Forces of Colombia (FARC) guerrillas and the Colombian government . AFP PHOTO/Luis ROBAYO (Photo credit should read LUIS ROBAYO/AFP via Getty Images) / AFP
Ante la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, rindieron versión colectiva Martín Cruz Vega, alias ‘Rubín Morro’; María Elda Ramírez, ‘Mayerli o la Mona´; Luis Óscar Úsuga Restrepo, ‘Isaías Trujillo o El Viejo’; Uriel Antonio Ríos Echavarría, Wilson Muñoz Úsuga y Uberley Tuberquia, ‘Remo o Remorado’.
Esta diligencia hace parte del caso cuatro, situación territorial de la región del Urabá, donde las antiguas Farc cometieron delitos como secuestro, extorsión, reclutamiento ilícito de menores, violencia de género, narcotráfico, desplazamiento y desaparición forzada.
Por eso, la Procuraduría, a través de su delegado ante la JEP, considera que las Farc, al menos en este frente, reclutó de manera sistemática y se financió del narcotráfico. En un documento de 109 páginas expone su concepto, que sintetiza los atroces crímenes ocurridos en el conflicto por parte de la guerrilla.
Frente al reclutamiento ilícito de menores, Martín Cruz Vega, conocido como ‘Rubin Morro’, dijo en una de las diligencias que a las filas guerrilleras llegaban menores que no pasaran de los 15 años, en grupos, y que antes de ser milicianos debían realizar un curso.
La Procuraduría también hizo referencia al testimonio rendido a la Fiscalía por una niña, a quien llamaron Rosa para proteger su identidad, quien fue reclutada en Caldas y trasladada a Chocó. En su testimonio aseguró que fue testigo del fusilamiento de un niño de 13 años y también contó que fue obligada a tener relaciones sexuales con alias ‘Rubin Morro’, cuando ella tenía apenas 14 años.
“(...) esto fue en Risaralda en un sitio que le dicen agua azul por el rio Mistrató hacia adentro, a una hora de Puerto de Oro a pie y de Chirrincha. De ahí empezaron a salir las comisiones a conseguir remesas, a hacer retenes en la vía Risaralda Quibdó, hacer política y el cobro de impuestos, en esos días me sacaron a traer una remesa, eran tres días nada más, cuando volvimos encontramos una gente nueva en el campamento, uno de ellos era un pelaito que tenía 13 años, era un negrito y lo fusilaron porque supuestamente era un infiltrado del ejército. De ahí Morro dijo que no se podía repetir eso, que miraran muy bien a quien se reclutaba. Otra vez salí a una comisión y cuando regrese me sancionaron, casi me fusilan, porque una compañera me pidió el favor de que le entregara una carta a un civil, no sé qué decía la carta y no sé cómo Morro se dio cuenta, cuando volví Morro me dijo que había violado el reglamento, yo le dije que no había leído la carta, Morro me dijo que podía ser una información para el enemigo, que eso me daba para consejo de guerra y que lo más posible era que me fusilaban, y que si yo quería salvarme de esa me portara bien con él, yo pensé que era solamente que le ayudara a lavar la ropa o cositas así, resulta que no. Él empezó a buscarme, que tenía que tener relaciones sexuales con él las veces que quisiera, a veces estaba uno pagando guardia y allá iba y lo buscaba a una, me aplicaron la sanción de 100 viajes de Leña, dos trincheras tipo L en tierra y tres tipo Y de Alto relieve, brilladas de olla, pero a mí me tocaba acostarme con Morro también y por eso me ayudó a mermar las sanciones, a mí me toco así hasta que me volé”, fue el testimonio de una joven reclutada a los 14 años.
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Luis Óscar Úsuga Restrepo, otro de los comparecientes y excabecilla del bloque del estado mayor de las Farc, reiteró la edad de ingreso de niños a las filas guerrilleras, justificándose y que en algunos casos ellos mismos llevaban a sus hijos, cómo le habría pasado a él.
Añadió que para ese entonces su hijo tenía 13 años, y que fue a esa edad cuando supuestamente le manifestó que quería pertenecer a la guerrilla, y que finalmente a los 16 años ya hacía parte de las filas insurgentes
Se conoció que en medio del conflicto y las masacres, algunos niños, muy pequeños, quedaban abandonados, lo que fue aprovechado por ellos para recogerlos. Luego los dejaban al cuidado de terceras personas y cuando ya tenían más de 15 años los metían a la guerrilla.
Así las cosas, la Procuraduría señala en el documento: “de manera respetuosa se solicita a la magistratura que en la fase de aportes tempranos de verdad las Farc pidan perdón a la sociedad civil colombiana y al mundo entero por el centenar de niños que reclutaron para la guerra, incluyéndose ellos mismos en un acto de sincero arrepentimiento que permita sanar el tejido social fuertemente quebrantado en la sociedad colombiana”.
Otro aspecto relevante tuvo que ver con el ajusticiamiento de civiles. De acuerdo con los comparecientes, a la población civil se le impuso normas de convivencia que tenía que cumplir y quienes no acataban dichas normas después de varios llamados eran asesinados, tal fue el caso de consumidores de droga, violadores o ladrones, así lo manifestó Martín Cruz o ‘Rubin Morro’.




