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Los relatos de horror de niños vinculados por Farc, ‘paras’ y otros al conflicto

En su capítulo sobre este asunto, la Comisión de la Verdad relató la brutalidad de los grupos armados en contra de los niños, niñas y adolescentes en más de 60 años de guerra.

Los relatos de horror de niños vinculados por Farc, ‘paras’ y otros al conflicto. Cortesía: Comisión de la Verdad

Los relatos de horror de niños vinculados por Farc, ‘paras’ y otros al conflicto. Cortesía: Comisión de la Verdad

La Comisión de la Verdad presentó este martes el capítulo “No es un mal menor: niñas, niños y adolescentes en el conflicto armado” que hace parte de su informe final, en el cual detalló los aberrantes crímenes que padecieron menores de edad en el país, dentro de la guerra que azotó a Colombia desde 1958.

En el documento se concluyó que la falta de oportunidades y el contexto de violencia en el que vivían los menores fue uno de los principales motivos, por no decir la totalidad, de los motivos por los cuales fueron enlistados forzosamente en los grupos armados, realidad que de acuerdo con la Comisión aún se mantiene.

En el documento de 295 hojas, se relató cómo los grupos paramilitares entrenaban a los jóvenes que reclutaban, retándolos a desmembrar víctimas y aplicarle “sal a la herida” para que sangrara más lentamente y se prolongara el sufrimiento de la persona.

“Nos enseñaron que, si uno cortaba una extremidad o parte de un miembro, debía bañar la herida con sal. Esto detiene un poco el sangrado y mantiene a la persona viva y sufriendo por más tiempo (...) Éramos doce en mi clase. Cada uno de nosotros tenía que cortar una extremidad y practicar otras técnicas en una persona viva. Solo nos podíamos graduar si lo hacíamos” detalla el informe con base en varios testimonios.

Además se mencionaron las vulneraciones a la libertad sexual de las exguerrilleras de las Farc, donde las únicas mujeres que podían tener embarazos libres, y una mejor calidad de vida, eran las mujeres de los comandantes (por ello algunas buscaban tomar esa vía), mientras que las otras tenían que planificar obligatoriamente y también abortar.

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“Existen relatos de mujeres adolescentes embarazadas que tuvieron que abortar o entregar a sus hijas e hijos a familiares o campesinos, no sin antes ser sancionadas. La continuación del embarazo o su interrupción, así como el destino del bebé y de ellas mismas, no dependía de las mujeres, sino de los comandantes (...) En ocasiones, a las adolescentes ni siquiera se les informó la decisión, sino que se enteraron cuando ya estaban en el procedimiento o por las consecuencias” señala el documento de la Comisión.

Es más, sobre las Farc el informe también se centró en el fusilamiento hacia los cientos de niños que llevados a la fuerza, luego decidieron huir, y en muchos casos, aunque las Farc han negado que fuera siempre, perdieron la vida de forma arbitraria. Incluso, en el documento se señala que es incontrovertible el conocimiento que había en la extinta guerrilla sobre la práctica de reclutar menores de 15 años en las filas.

“Sus declaraciones ponen en evidencia que conocía la situación, pues estuvo muy cerca de la columna y de sus combatientes. Además, el rol de comandante hace incontrovertible su responsabilidad frente al reclutamiento y lo sufrido por las niñas, niños y adolescentes dentro de la Columna Móvil Arturo Ruiz” sentenció la Comisión en referencia a Rodrigo Londoño, otro máximo jefe de las Farc.

La guerrilla del ELN también fue ampliamente señalada en el capítulo del informe de la Comisión de la Verdad, particularmente por reclutamiento así como violación de niñas, como fue el caso de una adolescente, quien fue violada y maltratada por un grupo de guerrilleros en un crimen abominable.

“Ellos decían: “Juguemos a la moneda, si sale tal cosa, nos comemos a esa hembra, y si no, la ponemos a lavar ropa y de una vez a hacer la comida”. Como dos o tres veces pasó que se reunieron todos y me cogieron entre los cuatro. Me pegaron, se burlaron y luego me volaron cuatro dientes. Ahí mismo me violaron y mientras tanto me decían: “Ahora sí quedó más fea de lo que es”. Sin los dientes, decían: Así nos lo puede hacer más rico” detalló el relato de la víctima.

Las violaciones también confrontaron duramente a los grupos paramilitares, sobre todo, porque fueron acusados de acuerdo con los testimonios de las víctimas, de incluso drogar a las menores para abusar de ellas indiscriminadamente.

“No hay palabras y más cuando no sé cuántos pasaron por mi cuerpo porque me drogaban y no tenía fuerzas. No tenía derecho a decir nada. Tampoco tenía derecho a la menstruación porque me hacían tomar pastillas, con las que el sangrado paraba inmediatamente. En mi caso, me afectó mucho la matriz, al punto de que me salieron quistes” señala el relato de “Sara”, recogido por la Comisión.

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El Ejército también fue señalado por crímenes contra la juventud dentro del documento del ente transicional, particularmente acusado por el bombardeo a la Columna Móvil Arturo Ruiz, que dejó decenas de niños reclutados por las Farc muertos en esa operación (algunos ejecutados extrajudicialmente), operación en la que fueron condecorados generales como Martín Eduardo Carreño, luego comandante del Ejército.

“A pesar de los flagrantes excesos de la fuerza pública, el 13 de febrero del 2001, el entonces presidente de la República, Andrés Pastrana Arango, condecoró, entre otros, a 36 miembros de la Fuerza Aérea Colombiana; al brigadier general Martín Orlando Carreño, comandante de la Quinta Brigada del Ejército, y a los 2.944 militares que participaron en la operación Berlín” indica el capítulo del informe final.

Los menores que fueron vinculados en calidad de informantes tanto por las Farc como el Ejército también sufrieron los embates del conflicto, donde niños y adolescentes no solo fueron reclutados por las Farc, sino que el informe señala que el Ejército incorporó menores de edad en sus filas. Además la extinta guerrilla asesinó niños acusándolos de informantes del Ejército, y también incorporaron “milicianos” de 14 años.

Finalmente, el documento recoge las afectaciones continuas que generó en niños, niñas y adolescentes su vinculación al conflicto por parte de los grupos armados ilegales, en el que se detallan las secuelas de personas como “Mateo”, indígena llevado a la guerra por los paramilitares.

“Yo quedé bastante atormentado psicológicamente. A veces llegan a tocar la puerta y pienso que me van a matar. Tan pronto escucho ruidos, cojo un palo y le pego a la puerta, y hasta rompo los vidrios. Por esos mismos motivos no puedo tener esposa ni nada. Ella me echó de la casa porque un día llegó el hijo a tocar como a las tres de la mañana, pensé que era alguien que venía a hacernos daño y le partí un palo en la cabeza”, narró Mateo a la Comisión de la Verdad.

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