La erosión amenaza con desaparecer al corregimiento Guáimaro en Salamina, Magdalena

A cuatro horas de Santa Marta, pero a muchos años de progreso, los habitantes de Guáimaro han desocupado algunas viviendas porque la creciente del río Magdalena está llegando a las primeras viviendas.

Habitantes de este corregimiento de Salamina, Magdalena, viven con miedo constante, porque pese a las millonarias obras que adelanta la Unidad Nacional de Riesgos, la población asegura que los resultados no han servido para mitigar la erosión.

El río se ha “comido” más de 15 metros. Los patios de la viviendas más cercanas a la afluente viven llenos de agua, al punto que quienes allí habitaban, decidieron abandonar las viviendas por temor a que el río se desborde y acabe con sus vidas.

“Se están realizando unas obras que llevan seis meses, pero es evidente que de nada han servido. Es una inversión de la Unidad Nacional de Riesgo, pero que no soluciona ni contribuye a acabar con la erosión. Estamos en peligro porque el nivel del río incrementa y cada día más, amenaza con acabar con nuestro pueblo”, señaló David Rodríguez, líder del corregimiento.

La Alcaldía de Salamina y los mismos habitantes de Guáimaro trabajan en obras artesanales, que se adelantan para tratar de mitigar le erosión en una zona que ha socavado más de 15 metros.