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Ritos indígenas, la otra cara de la búsqueda de los niños perdidos en la selva

En Sigue La W hablamos de aquellos ritos espirituales mediante los cuales los indígenas le han hablado a la selva en espera de una respuesta sobre el paradero de los menores que se encuentran en la selva del Guaviare.

Selva de Guaviare donde se busca a las comunidades indígenas - Foto: Fuerza Pública

Selva de Guaviare donde se busca a las comunidades indígenas - Foto: Fuerza Pública

Las comunidades indígenas de Araracuara, Buenos Aires, Mitú, Nukak, Puerto Leguízamo, Florencia y Cauca continúan apoyando la búsqueda de los cuatro niños desaparecidos en la selva Amazónica, tras el accidente aéreo que dejó tres personas muertas en Guaviare el pasado 1 de mayo.

En Sigue La W hablamos de aquellos ritos espirituales mediante los cuales los indígenas le han hablado a la selva en espera de una respuesta sobre el paradero de los menores.

Luis Acosta, coordinador nacional de la Guardia Indígena, contó que en este momento hay 93 personas adelantando las tareas de búsqueda, entre el CRIC, organizaciones indígenas del Putumayo, Caquetá y Guaviare. Así mismo, son coordinados por la OPIAC y la ONIC, en conjunto con el Ejército y las Fuerzas Militares.

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“Es una coordinación cultural, espiritual, técnica y táctica, peinando la zona. Estamos juntando nuestra experiencia para poder encontrar los niños”, explicó Acosta sobre la tarea conjunta, agregando que hay mayores espirituales acompañando el proceso de búsqueda, ya que se realiza en sitios sagrados y de mucha importancia espiritual.

De esta forma, Acosta explicó el rol de las comunidades indígenas en esta labor de búsqueda: “Se ha apoyado desde la parte cultural indígena calmando la selva y haciendo ofrendas para que no llueva, para que las personas no se enfermen y que la selva proteja a los niños. Se está coordinando con médicos de diferentes regiones que están haciendo pagamientos y ceremonias para darles fuerza espiritual a los niños”.

Además, aseguró que existe una fuerza espiritual que maneja la selva: “La selva tiene dueño, no es de cualquiera (…) entre esos dueños espirituales está el del Duende. Estas zonas (donde cayó la avioneta) no han sido contactadas, por lo que cargan una fuerza espiritual muy grande. Tienen que armonizarse, o si no, los esconde (a los niños)”.

Por otro lado, sobre la razón por la que todavía no se ha podido identificar el paradero de los niños a través del sonido del llanto del bebé o de las voces de los niños, Acosta explicó que los sonidos de la selva no son los mismos que se oyen en pueblos o ciudades.

Así lo explicó: “El sonido en la selva es irregular, no es lo mismo que escuchar en la Séptima de Bogotá. Es un lugar muy tupido, los sonidos casi no se sienten (…) las personas somos miniaturas en esa selva tan grande”.

Acosta también se refirió a la posibilidad de que los niños hayan caído en manos de grupos armados ilegales: “Esa zona de la selva es invivible, nadie ha entrado. Ni grupos al margen de la ley están ahí, porque son condiciones de selva”.

Por su parte, el sociólogo multicultural Luis Barragán destacó la importancia del conocimiento ancestral en la búsqueda de los niños.

“Para las comunidades indígenas es importante que exista un ejercicio de pago o reciprocidad donde la energía fluya constantemente”, explicó Barragán en Sigue La W.

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