El Jamming Festival, que se realizaría el 18 marzo del 2022 en la ciudad de Ibagué, terminó siendo cancelado, dejando, asimismo, grandes afectados entre las personas que planeaban asistir al evento, comerciantes y artistas.

Después de un año y cuatro meses de su cancelación, ni las autoridades, ni responsables han dado respuesta sobre el dinero de los afectados.

Para este festival se vendieron aproximadamente 71.000 boletas y se esperaba recibir a más de 100.000 asistentes.

Sigue La W contactó a algunos de los afectado para conocer sus versiones, tras un año de ocurridos los hechos.

¿Qué dicen los afectados?

Andres Arce, manager de la agrupación ‘Kraken’, aseguró no haber vuelto a tener contacto con los organizadores, y afirmó que lo que saben, ha sido por los medios de comunicación, ya que la última información que obtuvieron fue que no viajarían al festival.

Por otro lado, el icónico maestro de la música salsa, Richie Rey, dijo que su experiencia con este festival fue exactamente igual que la de Arce y señaló que: “es como si se hubieran desaparecido en la faz de la tierra”.

Los más afectados con la cancelación de este evento fueron también los comerciantes.

Sigue La W habló con Paula Gamboa, dueña de ‘Pasión Crepes’, quien deseaba participar al menos con tres quioscos en el evento, para así ofrecer sus productos.

Gamboa señaló que: “primeramente nos cobraron $16 millones para poder ingresar por una carpa de 4x4, ese espacio inicialmente era en Bogotá y luego en Girardot, es decir que nos cambiaron el lugar dos veces… ellos llegaban al negocio y nos cobraban $2 millones mensuales”

La comerciante indicó que le causaba “algo de desconfianza el tema”, porque solo se enviaba a una persona en moto para cobrar lo correspondiente y no le daban un recibo legal, pero aun así decidió seguir adelante con el proyecto.

Por otro lado, Sigue La W escuchó a dos asistentes que compraron boletas para asistir al festival.

Luisa Oquendo y Michel Quiebraolla contaron que el decreto que les enviaron decía que en junio se les realizaría la devolución del dinero, pero nunca más se les contacto y hasta el día de hoy no se les ha dado ninguna respuesta.

“Es como si nunca hubieran existido”, “ya se asumió que esa plata se perdió”, declararon las afectadas.

Otro punto que llama la atención en estos hechos, es que la hermana del organizador, quien era la abogada del Jamming Festival, Andrea Casallas, trabaja actualmente en el Ministerio de Cultura como contratista. La respuesta que dio la cartera es que ella está cumpliendo con los cargos que se le asignaron y que no piensan tocar un tema, que prácticamente ya pasó al olvido.