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Investigadores consideran que el atropello masivo de Mannheim no tuvo trasfondo político

Dos personas murieron y cuatro se hallan ingresadas con pronóstico grave, mientras que otras seis sufrieron heridas leves, informó el alcalde de Mannheim, Christian Specht.

Imagen de referencia. FOTO: Getty Images

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Las autoridades alemanas consideran que el atropello masivo perpetrado este lunes 3 de marzo por un ciudadano alemán en Mannheim (suroeste de Alemania), que se ha cobrado al menos dos muertos, no tuvo un trasfondo político, mientras que los indicios apuntan más bien a un posible trastorno psiquiátrico.

“Sobre la motivación concreta del acto no hay indicios de un trasfondo extremista ni religioso. La motivación podría estar relacionada con la personalidad del autor, pero esto es todavía objeto de la investigación”, declaró en una comparecencia el ministro del Interior del estado federado de Baden-Württemberg (donde se encuentra Mannhein), Thomas Strobl.

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“Según las informaciones que tenemos es un acto del tipo contra el que no puede haber una protección al 100%”, afirmó por su parte el primer ministro de ese estado federado, Winfried Kretschmann, quien agregó que a veces lo ocurrido es “solamente” un episodio “trágico” y hay autores que están “enfermos y confusos”.

Dos personas murieron y cuatro se hallan ingresadas con pronóstico grave, mientras que otras seis sufrieron heridas leves, informó por su parte el alcalde de Mannheim, Christian Specht.

Las autoridades regionales excluyeron que el atropello esté relacionado con las multitudinarias celebraciones de carnaval en el oeste de Alemania, ante las que se habían incrementado las medidas de seguridad por el riesgo de ataques de corte yihadista.

Un sospechoso con antecedentes psiquiátricos

El detenido, de 40 años y residente en la vecina localidad de Ludwigsburg, donde ya ha sido registrada su vivienda, actuó en solitario.

Según la reconstrucción de los hechos elaborada por los investigadores, el sospechoso embistió con su vehículo contra los transeúntes de una calle comercial de Mannheim poco antes de las 12:15 (hora local).

Después abandonó el coche y al ser abordado por una patrulla se disparó en la boca con un arma de aire comprimido, de acuerdo con el presidente de la Oficina de Investigaciones Criminales regional, Andreas Stenger.

Su estado se está estabilizando, pero todavía no se le ha podido interrogar, añadió el policía en una rueda de prensa.

Un portavoz de la fiscalía agregó que el detenido había sido condenado a una pena de prisión por un delito de lesiones hace más de diez años y en 2018 al pago de una multa por un delito de odio en internet, al publicar un comentario en Facebook cuyo contenido no se especificó.

Además, había recibido tratamiento psiquiátrico y el año pasado había solicitado ser ingresado en una clínica porque sentía el impulso de rociarse de gasolina y prenderse fuego, según esta fuente.

Reacciones de condena

En varias ciudades de Baden-Württemberg se cancelaron los desfiles de carnaval previstos por razones de seguridad y en señal de respeto a las víctimas y sus allegados.

“De nuevo estamos de duelo por Mannheim. De nuevo estamos de duelo con los allegados de las víctimas de una violencia sin sentido y tememos por los heridos”, escribió el canciller alemán, Olaf Scholz, en X. “No podemos tolerarlo,” agregó.

El jefe de la oposición Friedrich Merz, aspirante a la cancillería tras ganar su bloque conservador las elecciones del pasado 23 de febrero, se declaró “conmocionado” en la misma red social y urgió a hacer “todo lo posible para evitar estos actos”.

Alemania tiene que volver a ser un país seguro. Para eso trabajaremos con toda nuestra determinación”, prometió.

Por su parte, el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, de gira por América Latina, deseó a los heridos una “rápida curación” y conmiseró a los testigos por experimentar algo tan “terrible”.

Cadena de ataques

El pasado mes de febrero un atropello masivo perpetrado presuntamente por un afgano de ideología yihadista se cobró la vida de dos personas, madre e hija, en Múnich (sur), mientras que en diciembre un refugiado saudí con problemas psiquiátricos mató a seis visitantes de un mercadillo navideño en Magdeburgo (este) utilizando el mismo modus operandi.

A esto se suman dos ataques con cuchillo en enero y en febrero, que dejaron a dos muertos en Aschaffenburg (sur), un niño de dos años y un hombre de 41, y a un turista español de 30 años herido de gravedad en Berlín.

Precisamente en Mannheim, a apenas 300 metros del lugar de los hechos, un refugiado afgano hirió con un cuchillo a varios participantes en un acto de una organización de corte xenófobo y anti-islam en mayo del año pasado, así como a un policía, que acabó muriendo a consecuencia de sus heridas.

La seguridad y la migración han marcado la campaña electoral de cara a las elecciones del 23 de febrero, en las que la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) quedó como segunda fuerza.

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