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Una vivienda digna: la meta de Woodpecker para las comunidades más apartadas del p

Desde hace más de 10 años esta empresa ha conseguido sacar miles de sonrisas a personas que jamás imaginaron tener casa propia.

Vivienda digna, dos palabras que parecen describir una utopía en una Colombia que se ha visto marcada por la desigualdad, la falta de oportunidades, y el descuido constante de los gobiernos con las regiones más apartadas de nuestro país. Sin embargo y en medio de una realidad que no es indiferente para ningún colombiano, con Bavaria hoy queremos resaltar un ejemplo de solidaridad colectiva y transformación de país.

Desde hace más de 10 años, Woodpecker se ha convertido en la empresa de corazón solidario con las regiones más apartadas del país. Esta compañía que se dedica a la producción y comercialización de productos fabricados con material WPC, donde la materia prima es el cisco de café, ha conseguido la construcción de infraestructura social vivienda, educación y saneamiento en áreas rurales.

En medio de la labor social que realiza, Woodpecker tiene otro objetivo: contribuir al cuidado del medioambiente, como lo cuenta Alejandro Franco, CEO de la compañía. “Lo interesante de nuestro producto es que dos problemas son solucionados al mismo tiempo: el ambiental y el social. Nuestros perfiles para construcción son resistentes y livianos para poder atender vivienda social en sitios alejados”.

Por otra parte, “el cisco de Café es un material que se quemaba o arrojaba afectando el medio ambiente. El material es muy resistente y luego de varios estudios con la Universidad de Los Andes vimos sus beneficios como material de construcción”.

Gracias a este sistema liviano de construcción, Woodpecker ha podido impactar en varios departamentos del país, “desde el norte hasta el sur y desde el oriente al occidente”, resalta Franco.

Esta iniciativa social ha conseguido construir más de 3.000 viviendas, 20 colegios y 100 aulas. Alejandro asegura que la mayoría de estas edificaciones han sido “proyectos sociales: 680 casas VISR para las comunidades wayuu en La Guajira; 680 casas VISR en La Mojana, Sucre; 98 viviendas VIS en Mallama, Nariño; 900 aulas OEI Ola invernal 2011; colegios en Pescadito y Cascajero en Bagadó, Choco; 70 Casas VIS en Ricaurte, Cundinamarca”.

“En las islas de San Andres y Providencia también se han construido más de 60 casas con nuestro sistema, además nuestra empresa donó dos viviendas el pasado mes de noviembre luego del huracán Iota. Son casas que se armaron en tiempo récord de cinco días teniendo en cuenta la gravedad de la situación”, detalla Franco.

Durante el desarrollo de esta obra social, los trabajadores de Woodpecker han tenido que enfrentar diferentes dificultades, la principal de ellas, el transporte. “En Colombia por nuestra geografía es muy difícil llegar a los sitios donde se desarrollan los proyectos sociales, en gran parte por las vías y por el clima que no ayuda en algunas ocasiones. Hemos utilizado sistemas no convencionales de transporte como helicóptero, canoas e incluso a lomo de mula”.

Y aunque no es fácil, Alejandro destaca que “es muy satisfactorio ver familias y niños contentos con sus nuevas construcciones. Ver que se puede ayudar a otras personas lo llena a uno de alegría”; aunque, no deja de ser para él impactante “ver a muchas personas en la lista de espera de una casa digna. La necesidad y en especial en el sector rural es muy grande”.

Como lo menciona Franco, “la gente que recibe su casa nueva es privilegiada”. En un país como el nuestro y con la crítica situación derivada de la pandemia, son este tipo de iniciativas, como las de Woodpecker, las que nos alientan a creer que entre todos es posible construir un país en el que se reduce la brecha de desigualdad.