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La historia de la primera capitana de la Selección de Fútbol Femenina de Colombia

En W Fin de Semana, Myriam Guerrero compartió detalles de su experiencia como pionera del fútbol en el país y su lucha contra la discriminación.

La historia de la primera capitana de la Selección de Fútbol Femenina de Colombia

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“Eran expresiones soeces, muy ofensivas. Decíab: marimacho, parece niño, solo sirve para tener chinos”: Myriam Guerrero. Foto: Universidad Jorge Tadeo Lozano

Durante la final de la Liga Femenina de fútbol en Cali, disputada el pasado domingo 12 de septiembre, se conoció que el estadio del cuadro azucarero cambió su nombre y pasó a llamarse ‘Estadio Deportivo Cali: Myriam Guerrero’, en homenaje a la pionera del deporte nacional en esta rama. Así mismo, al interior del encuentro se le hizo un homenaje a la exdeportista.

Guerrero, quien nació en Bogotá en 1963, fue la primera capitana y única entrenadora de la Selección Colombia Femenina, así como la primera representante colombiana en el exterior por medio del fútbol.

En diálogo con W Fin de Semana, la excapitana contó algunos detalles de su historia deportiva, que comenzó al sur de Bogotá gracias a su hermano mayor, Carlos Alfonso Guerrero, y sus amigos.

“(Mi hermano) participó en muchos torneo de nivel aficionado (...) yo me sentaba en la cancha a verlo jugar y poco a poco me fui deleitando de la habilidad de manejar el balón con los pies y la cabeza, los gestos técnicos. Mi hermano es el culpable de que yo haya vivido esta pasión por el fútbol”, relató.

Así mismo, Guerrero relata que a lo largo de su experiencia no ha estado exenta de discriminación, gestos machistas y duras críticas en el campo de juego por el hecho de ser mujer: “Eran expresiones soeces, muy ofensivas. Me decían: “marimacho”, “parece niño”, “solo sirve para tener chinos”. Era un ambiente supremamente fuerte, doloroso”, expresó Guerrero.

Sin embargo, relató que estos crtueles señalamientos nunca la detuvieron sino que, al contrario, alimentaron su empeño: “Cuando la semilla se siembra, hay que regarla. Cuando se está creciendo, se ven buenas cosas (y) hay que enfrentar las críticas, los señalamientos. Si se tiene claro lo que se quiere en la vida, hay que perseverar”.

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